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Mostrando entradas de mayo, 2018

La autoridad delegada. Romanos 13:1-7

“ Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.   De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.   Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.   Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.   Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo.   Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.”

¿Amas a tus enemigos? Romanos 12:16-21.

“Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.     No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.   Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.   No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.   Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber ; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.   No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.” CONCLUSIONES. Amar no ha sido fácil para el hombre, aun cuando se trate de su cónyuge, de sus hijos y de sus amigos.   Tampoco lo es cuando se trata de nuestro prójimo y peor aun cuando se trata de nuestros enemigos, no necesariamente declarados; sino también personas que nos hacen la guerra silenciosa, que nos acosan, que nos persiguen, aparentemente sin causa alguna.   El problema fundamental

El amor al mal. Romanos 12:9-10

“El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno . Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.”   CONCLUSIONES. El hombre por naturaleza necesita amar y ser amado.   Amamos a nuestra familia, a nuestro más allegados, a nuestros amigos y si ya tenemos a Cristo en nuestro corazón, entonces también debemos amar al enemigo, a nuestro prójimo y por encima de todo a Dios que es el creador del amor.   También recibimos amor de nuestros seres más cercanos e incondicionalmente recibimos amor de Dios, pues Dios ama también al pecador y mucho más a sus hijos. Fuera del amor fraternal del hombre hacia otros, también hay cierto tipo de amor por las cosas (el que a veces se convierte en pasión, en avaricia y en idolatría), de las cuales unas son buenas y otras malas.   El que ama las cosas buenas, es hijo de Dios, o sea que su corazón ya ha sido transformado por el poder de su Santo Espíritu.   Sin embargo, la m

El confort y el conformismo. Romanos 12:2

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”   CONCLUSIONES. Hablando espiritualmente, hay dos grandes males luego del pecado que aquejan al mundo:   El confort y el conformismo .   En el confort están las personas pobres espiritualmente, o sea aquellos que creen que no tienen necesidad de Dios.   Quizás tienen un buen negocio, un buen empleo, una buena posición, unas propiedades que le permiten vivir holgadamente, una familia que le suple todo lo necesario, unos estudios que quizás lo mantienen muy solicitado, un negocio ilegal que le deja jugosas ganancias, unas fuerzas físicas para trabajar, una buena pensión, etc.   Ante este panorama y la ausencia de nubes grises en el horizonte, dichas personas pensarán que lo tienen todo y que buscar de Dios no es necesario.   Aquí es donde muchos blasfeman contra Dios y dicen: Mi dios es el