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Mostrando entradas de octubre, 2018

Condiciones del hombre natural. 1 Corintios 2:14-16.

“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio, el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.”   CONCLUSIONES. Hombre natural es aquel que no ha sufrido ninguna transformación espiritual; es decir, está pasando por el ciclo natural de la vida; pero nunca se ha dedicado a nacer de nuevo en el ámbito espiritual.   Un hombre nacido de nuevo ya tiene la presencia del Espíritu Santo de Dios en su corazón y por lo tanto deja de ser natural y se convierte en un hijo de Dios, un ser espiritual engendrado por el Espíritu de Dios.   Y al ser un verdadero hijo de Dios, entonces recibe la mente de Cristo; es decir, la mente carnal queda subordinada a la mente de Cristo; entonces en este nuevo ser ya opera la voluntad de Dios

La importante de la fe

La fe es un requisito primordial para llegar a Dios.   Es certeza y convicción.   Proporciona paz, descanso y seguridad.   Un ser humano sin fe jamás agradará al Señor.   Carmen Valencia de Martínez.     El ciclo de la vida humana gira alrededor de la fe que se deposita en alguien o en algo, la fe es una imperiosa necesidad.   La fe es la base de toda ciencia, de todo adelanto, de todo descubrimiento.                   La mayoría de los hombres que lograron obtener asombrosos resultados, tenían una convicción y una seguridad de que sus fórmulas y esfuerzos no serían en vano; las teorías e hipótesis que eran consideradas como ilógicas y fuera de lo común, ellos las mantuvieron firmes, porque estaban visualizando lo que querían lograr.   El mundo los calificó a muchos de ellos como locos, pero hoy son reconocidos como grandes genios.                   Vamos a desarrollar el tema de la fe, pero no enfocándonos en la fe humana depositada en la teoría o fórmula basada

Bienaventurado el que lee y los que oyen

“Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca”. Apocalipsis 1:3 Rev. Rodolfo González   Desde el principio de la creación y a lo largo de toda la historia bíblica, Dios declara el proceso de la primera sociedad constituida en la Tierra; y en forma profética, cómo será su fin. El propósito de Dios después de la desobediencia del hombre, no fue destruirlo, sino más bien salvarlo de la condenación; por ello, estableció leyes y mandamientos que debían ser obedecidos para lograr la paz y la felicidad. Lamentablemente, las personas viven ajenas a esta realidad e insisten en seguir alejados de Dios, imbuidos en sus delitos y pecados, tanto que apoyan legislaciones inmorales que corrompen más nuestra sociedad. La indiferencia de los hombres ha socavado los corazones y viven de espaldas a su Creador, aunque son testigos de terribles manifestaciones de la naturaleza, como grandes t

La verdadera fuente de revelación. 1 Corintios 2:6-13.

“Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.   Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.   Antes bien, como está escrito:   Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.   Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios .   Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.   Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha con