No sois de mis ovejas. Juan 10:24-28.
“Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis ; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas , como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.” CONCLUSIONES. La incredulidad es uno de los mayores males del mundo; generalmente solo creemos en aquellas cosas que nos pueden traer beneficios materiales, tangibles y a corto plazo. Pero creer que Jesucristo es el único camino para llegar a la vida eterna, no es muy fácil si no se tiene fe; pues a Jesucristo no lo podemos ver con nuestros ojos; tampoco podemos apreciar la Nueva Jerusalén donde viviremos por una eternidad los redimidos por la sangre de Jesucristo. Los judíos por su parte ya habían escuchado muchas veces