La Vid y el Pámpano
El pámpano está unido a la vid, y allí es donde crece, se desarrolla y recibe lo que necesita para vivir en abundancia y en fortaleza. Rev. Ramón Aponte “ Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer ” (Juan 15:5). La adhesión del pámpano a la vid le permite no solamente recibir el alimento, sino también le ayuda a llevar una vida fructífera. Las responsabilidades de la vid y del pámpano son muy diferentes; la primera ofrece vida y abundancia, mientras que el segundo ha de permanecer adherido, y prosperar lo que la vid le ha dado. Cristo dijo a sus discípulos: “ Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fr