Condiciones del hombre natural. 1 Corintios 2:14-16.


“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio, el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.”

 

CONCLUSIONES.

Hombre natural es aquel que no ha sufrido ninguna transformación espiritual; es decir, está pasando por el ciclo natural de la vida; pero nunca se ha dedicado a nacer de nuevo en el ámbito espiritual.  Un hombre nacido de nuevo ya tiene la presencia del Espíritu Santo de Dios en su corazón y por lo tanto deja de ser natural y se convierte en un hijo de Dios, un ser espiritual engendrado por el Espíritu de Dios. 

Y al ser un verdadero hijo de Dios, entonces recibe la mente de Cristo; es decir, la mente carnal queda subordinada a la mente de Cristo; entonces en este nuevo ser ya opera la voluntad de Dios y no la voluntad de la carne, ni la voluntad del mundo.  Cuando el ego o yo personal ocupa el corazón del hombre, entonces se hace la voluntad del hombre y cuando el Espíritu Santo ocupa dicho lugar, entonces ya se hace la voluntad de Dios; esta es la gran diferencia entre una mente carnal y una mente espiritual.

Veamos a continuación lo que no puede hacer un hombre natural.

 
1.  No puede percibir las cosas del Espíritu.

No puede, pues su desarrollo intelectual siempre se basó en las manifestaciones de la materia y la energía.  En este orden de ideas, el mundo espiritual para un hombre natural sencillamente es un cuento de hadas o una locura.  Para percibir las cosas espirituales, se necesitan los sentidos espirituales desarrollados y en plena actividad, lo cual solo tiene un cristiano maduro, que es quien vive en una comunión permanente con Dios.
 

2.  No puede entender las cosas del Espíritu.

No puede, pues las cosas espirituales escapan a las leyes físicas y por ende es imposible experimentarlas a nivel de laboratorio.  Las cosas del Espíritu se entienden o se disciernen espiritualmente y no materialmente.  El Espíritu Santo, cuando bautiza al hombre, puede entregarle uno o varios dones, entre ellos el de discernimiento; el cual consiste en entender o interpretar adecuadamente las cosas espirituales. 

Estimado amigo(a)

Si no puedes entender, percibir y mucho menos visualizar todo lo relacionado con el mundo espiritual, entonces eres un hombre natural.  Y recuerda que los hombres naturales no tendrán morada en el reino de los cielos; porque este reino es para los nacidos de nuevo, aquellos engendrados por el Espíritu Santo de Dios. 

Veamos el texto bíblico de Juan 3:5. “Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”  Aquí agua es la Palabra de Dios, lo que quiere decir que el conocimiento de la Palabra de Dios y sobre todo el cumplimiento de ella, nos lleva a nacer de nuevo y de esta misma forma hace que nuestro corazón esté limpio para ser habitado por el Espíritu Santo.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

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