Despierta tú que duermes.
Efesios 5:13-14
“Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz,
son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.”
CONCLUSIONES.
El sueño espiritual se comporta en
forma similar. La persona se encuentra
en vicios, en pecados, en indiferencia delante Dios y no se da cuenta de su
estado, porque aun no ha creído que existe Dios y que también habrá un juicio
por el pecado. Otros sí creen en Dios,
pero no creen que el pecado sea tan malo como para llevarlos al infierno. Otros sencillamente no creen en el infierno,
entonces poco les interesa si su estilo de vida se ajusta a la voluntad de Dios
o se ajusta a la voluntad del mundo.
Cualquiera sea el motivo por el que el hombre se encuentre apartado de
Dios, lo lleva a estar en un estado de sueño espiritual; es decir, que llegará
la segunda venida de Cristo y pasará totalmente desapercibido o le llegará la
muerte creyendo que se acabó todo o que sencillamente al otro lado va es a
gozar libre de los sufrimientos de esta vida, o consciente de que no fue una
buena persona, se va pensando en que aún en el infierno se puede gozar, bailar
y hasta celebrar con el diablo y sus demonios.
¿Cuál es el problema del sueño
espiritual?
El problema es que cuando la persona despierte y empiece a darse cuenta
de lo que está sucediendo a su alrededor, ya será tarde. Sencillamente despierta a causa de las
quemaduras que está recibiendo a causa del castigo en el infierno y allí lo único
que hará será quejarse y maldecir a Dios porque permitió que fuera a ese
lugar. Pero, ¿saben una cosa? Dios no
condena a nadie, es el mismo hombre que se vende al diablo cuando se deleita en
el pecado; y eso hace que satanás tenga la propiedad absoluta sobre esa persona
y pueda disponer de su alma y su espíritu cuando muera. Suena atroz, suena deprimente, pero es la
cruda realidad, es la verdad sobre lo que experimentarán las personas que los
tome la muerte por sorpresa sin haber aceptado a Jesucristo como su Señor y
Salvador y sin haberse apartado del pecado.
¿Quieres ser libre de este
peligro? Despierta y acude de inmediato a
Jesucristo, Él es la única solución, Él es quien nos limpia de todo pecado y
nos conduce al reino de los cielos en el momento de nuestra muerte. No siga conforme con lo que le ofrece su religión,
su dios, su santo devoto o su imagen favorita; despierte ya, porque mañana será
tarde. La luz es la que manifiesta
nuestras obras, si son buenas o son malas y Jesucristo a través de su Palabra
es la única luz que puede alumbrar nuestros corazones y hacer manifiestas
nuestras obras. El hecho de estar
dormido espiritualmente equivale a habitar en el mundo de los muertos y por eso
dice el texto: “levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo”. Es el mismo Dios quien te quiere salvar, no
tapes tus oídos para no escuchar esta realidad; pues la gente común anda en
tinieblas y seguirán así, mientras no acudan a Jesucristo.
Que Dios los bendiga grande y
abundantemente.