En ningún otro hay salvación. Hechos 4:11-12

“Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”
 


El hombre intenta llegar a Dios de muchas maneras; pero solo hay un camino, el cual declara Dios en las Sagradas Escrituras:  A través de su Hijo Jesucristo. 
¿Por qué solo El?  Porque es el único que bajó del cielo, se hizo hombre, padeció, fue crucificado, murió y resucitó al tercer día, para quitar de manos de satanás el imperio que tenía sobre la muerte.  Además de esto, Jesucristo es el Verbo a través del cual se crearon todas las cosas visibles.  Jesús entonces vino a darnos vida mediante su sangre derramada en la cruz del calvario; este hecho es irrepetible; es decir, no hay ningún líder religioso, ni hombre, ni profeta, ni maestro que haya bajado del cielo, tomado cuerpo de hombre y muerto en una cruz por causa de la humanidad; no lo hubo ni lo habrá jamás; solo Jesucristo de Nazaret lo pudo hacer, porque es el primogénito del Dios verdadero y por esa razón pudo resucitar y burlar a la muerte.  Ni siquiera el diablo que tiene poder para enviar fuego desde lo alto, es capaz de tomar cuerpo de hombre y hacer la misma obra, porque El es malo desde el principio.

¿Por qué Jesús ha sido rechazado o “reprobado” en todos los tiempos? 
Es simple, el rey de este mundo es satanás y este le ha vendido la idea al hombre de que no hay cielo, que tampoco hay infierno y que disfrutemos del mundo y sus placeres, porque el que se muere nada se lleva. El objetivo principal del diablo es llevar al hombre al infierno, como una forma de ataque a la creación de Dios.  Es por eso que muchos no quieren saber nada de Jesús, pues el diablo lo ha difamado y ha hecho que el hombre ponga su corazón en las cosas pasajeras que hay en la tierra.

El hombre intenta llegar a Dios a través de muchas personas; pero solo hay una persona, y esa es Jesucristo de Nazaret.  No hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos. 

Si cree que llegará a Dios a través de los “santos” ya fallecidos, está equivocado.
Si cree que llegará a Dios a través de María la madre terrenal de Jesús, está equivocado.

Si cree que llegará a Dios a través de los ídolos de yeso, madera o metal, lamentablemente está perdido.
Si cree que llegará a Dios a través de los líderes religiosos, su salvación está embolatada.

Si cree que llegará a Dios a través de una religión, está perdido.
Si cree que llegará a Dios a través de una secta, está equivocado.

Si cree que llegará a Dios a través de una filosofía, está igualmente perdido.
Si cree que llegará a Dios a través de una secta radical, indudablemente ya está en el infierno, pues inmolarse por cualquier causa es violar el mandamiento de Dios, quien es soberano de decidir hasta cuándo viviremos nosotros y las personas que nos rodean.
Si cree que llegará a Dios con su rebelión y desobediencia, recuerde que el diablo fue echado de los cielos por la misma causa.

Si cree que llegará a Dios sin hacer nada para lograrlo, recuerde que el diablo no es exigente, no clasifica, todo lo que pueda agarrar se lo lleva para el infierno.  Además la puerta que lleva al infierno es grande y el que no hace nada, sencillamente es arrastrado por los demás a través de ella.

Si es de los que cree que asociándose con el diablo va a tener privilegios en el infierno y va a estar en un sitio de honor, está equivocado; pues en el infierno solo hay castigo y el mismo infierno junto con satanás, sus demonios y sus espíritus inmundos, van a ser lanzados al lago que arde con fuego y azufre por una eternidad.  Si el diablo le vendió la idea de que al infierno se va a disfrutar, tenga en cuenta que él es el rey de la mentira.
Y si definitivamente no cree en Dios, ni es su Hijo Jesucristo, ni en la vida eterna, entonces ya tiene los dos pies en el infierno.

¿Esta palabra es dura, verdad?  Pero cuantos de los que hay ahora en el infierno desearían haber escuchado esta palabra cuando estaban vivos para arrepentirse y entregar sus vidas a Jesucristo; pero para ellos ya no hay solución, pues desecharon a Jesucristo que es el camino, la verdad y la vida.
Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

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