Un llamado al arrepentimiento. Hechos 17:30-31


“Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.”
 

CONCLUSIONES.

Los tiempos de ignorancia, asociados al tiempo moderno, fueron aquellos en el cual no había conocimiento de la Palabra de Dios en la tierra, las pocas biblias que habían estaban guardadas y solo tenían acceso a ellas los altos jerarcas de la iglesia.  Un día hubo una gran revolución con Martin Lutero y dicha Palabra fue desempolvada, traducida y abierta a todo el mundo.  Para su ayuda llegaron los medios de comunicación: Radio, TV y redes sociales.  Hoy en día nadie se puede quejar que no hay Palabra de Dios, pues esta llega a todo el mundo, donde también llegan los medios de comunicación y aún también hay misioneros en las partes más remotas del mundo predicando el Evangelio de Jesucristo; aunque hay países ateos o con sectas extremistas que no permiten la entrada del Evangelio de Jesucristo.  Y los pocos que no reciben la Palabra, tienen el testimonio de la creación; la misma creación da fe de que Dios es real y que cosas tan maravillosas no pueden hacerse por sí solas, se necesita una mano poderosa e inteligente para que surja la vida; pues no hay evolución, porque una cosa inerte no puede convertirse en algo vivo sin un creador, el cual es el poder de Dios.

Ahora ya no hay ignorancia, más bien hay incredulidad e indiferencia.  Incredulidad ante la obra retentora de Jesucristo e indiferencia ante las cosas espirituales.  Ante todo esto hay un gran llamado de Dios; más bien un mandato o mandamiento a todo el mundo:  que se arrepientan”. 


¿Por qué es necesario el arrepentimiento?

Porque un día no muy lejano habrá un juicio para todo el mundo, un evento donde reinará la justicia, donde no tendrá cabida la corrupción del mundo actual.  Y en este juicio estará el Juez de vivos y muertos, quien es Jesucristo, designado por Dios para tal magna obra.  Y para que crean que Jesucristo sí será el Juez, entonces Dios lo levantó de los muertos para dar testimonio a la humanidad de que esto es totalmente cierto.

Pero si llegamos al juicio sin arrepentimiento, entonces nuestro veredicto va a ser el castigo eterno; por eso es que hay que arrepentirnos de nuestros pecados, nuestros vicios y nuestra vieja manera de vivir, debemos pedirle perdón a Jesucristo, recibirle como nuestro Señor y Salvador y vivir en santidad a Dios, para que el día del juicio, nuestro veredicto sea:  gozo eterno en Cristo Jesús”.  No dejes para arrepentirte el día que estés frente al juicio, pues ya sería tarde; solo hay oportunidad mientras estemos viviendo en el cuerpo físico; para lo cual es necesaria la fe.  Allá veríamos la realidad de las cosas, por tanto ya no sería necesaria la fe y por eso mismo ya no puede haber arrepentimiento por fe que es la que agrada a Dios.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

 

 

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