Mi doctrina no es mía. Juan 7:14-16.

"Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y enseñaba. Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado? Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió."

CONCLUSIONES

Jesucristo es el Hijo de Dios; sin embargo se despojó de su deidad para hacerse hombre e igualarse a nosotros, para así de esa forma sentir en carne propia el padecimiento humano y poder pagar por nuestros pecados en la cruz del calvario.

A pesar de haberse hecho hombre, su conocimiento, sabiduría e intelecto, seguían siendo infinitos; dado que todo esto provenía de Dios.  A los doce años de edad ya estaba en el templo, compartiendo con los sabios de aquel entonces, los cuales quedaban maravillados; según este versículo, Jesús no estudió y tampoco tenía necesidad de hacerlo; pues estaba conectado con Dios, la fuente infinita de conocimiento.

El conocimiento de Dios es la verdadera sabiduría, la que prevalece aún después de la muerte física.  Para tener este conocimiento, debemos ser verdaderos hijos de Dios, nacidos del agua y del espíritu, mostrando una vida de obediencia a la Palabra de Dios, lo cual se traduce en santidad.

Lo más importante en este tiempo llamado "navidad" no es compartir en familia, no es disfrutar, no es ir de vacaciones, no es comprar regalos; lo más importante es buscar la sabiduría de Dios, la doctrina de Dios; pues esta nos dará vida eterna; mientras que las cosas materiales perecerán y no trascenderán la barrera entre la vida y al muerte.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

Entradas populares de este blog

El sueño espiritual. Romanos 13:11-14

El poder del evangelio (Romanos 1:16-17)

En ningún otro hay salvación. Hechos 4:11-12