¿Libres de pecado? Juan 8:3-7

"Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella."


CONCLUSIONES.

El adulterio es uno de los mayores pecados de este mundo, el cual es usado por Satanás para destruir las familias y finalmente pervertir la sociedad.  Suena extraño, pero el mayor interesado en que el mundo peque es Satanás; para llevarse la mayor parte de personas para el infierno.

En los tiempos bíblicos, el castigo del adulterio, era la muerte, la cual se producía al arrojar piedras contra la persona o personas que fueron sorprendidas en el acto mismo, en un sitio público.  Si aún a expensas de que se podría llegar a la muerte, la gente seguía cometiendo adulterio, entonces cómo estará de extendido este pecado hoy en día, cuando no hay ningún castigo ejemplar?

No estamos libres de pecado involuntario; pues podemos tropezar en cualquier momento; sin embargo si estamos conscientes de que esto es pecado y que lleva a la condenación eterna, entonces no nos expondremos a cometerlo.  Más aún si nuestra posición es de un cristiano fiel y comprometido con Dios; no habrá forma de caer, pues Dios no permitirá ninguna tentación que supere nuestros límites de fuerza y de voluntad.

En cuanto al pecado involuntario, siempre está disponible la sangre del cordero que nos limpia de toda maldad y a la cual podemos recurrir para estar limpios nuevamente.  De los que querían hacer justicia contra la mujer adúltera, no había ninguno que estuviera libre de pecado; más aún hoy en día, que la corrupción y la descomposición social es mayor.  A la mujer adúltera le dijo Jesús: Vete en paz y no peques más.  Este mismo camino está disponible para los pecadores de hoy, que debemos concientizarnos de qué es lo que le desagrada a Dios y comprometernos con El a no volverlo a repetir; para de esta forma ser justificados delante de Dios el Padre.

Jesús en su infinita sabiduría no podía quedar expuesto a un escarnio público ante los fariseos por permitir que alguien fuera muerto ante sus ojos; más aún cuando Jesús es el autor del nuevo pacto; no el de la ley de Moisés; sino el pacto de la gracia, la que significa que todo el que quiera salvarse solo tiene que acercarse a Jesucristo arrepentido y obtendrá de inmediato la vida eterna, por la cual debe luchar y perseverar hasta el fin de su existencia.  Es por eso que Jesús trajo a colación este principio: "Por cuanto todos pecaron", y los retó a que hiciesen justicia con aquella mujer solo si estaban libres de pecado.  Al final todos se fueron y dejaron solos a Jesús y la mujer pecadora.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.


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