La única puerta. Juan 10:9-15

Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.  El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.  Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.  Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.”

CONCLUSIONES.

El hombre fue creado con un vacío en su corazón que solo lo puede llenar Dios, su creador; es por esta causa que las personas están buscando ese complemento, eso que falta para llenar de gozo su vida.  Unos buscan en las cosas materiales, otros en las filosofías, otros en la ciencia,  otros en las religiones, otros en las sectas, otros en su propio yo, otros en imágenes, otros en ritos, otros en tradiciones, otros en dogmas, otros en los santos tradicionales, otros en la evolución; pero muy pocos buscan de verdad a Jesucristo, quien es la única puerta para entrar al rebaño.

Jesús nos declara que Él es la puerta y que el que entrare por esta puerta será salvo, estará completo, ya no le faltará nada.  Dios siempre ha comparado su iglesia con un redil de ovejas, las cuales tienen un pastor y un potrero cercado con vallas y puerta donde descansan en la noche y donde son protegidas de las fieras del campo y de los ladrones.

Si entramos por esta puerta que es Jesús, hallaremos pastos reverdecidos; pastos de vida eterna y estaremos por siempre en el rebaño de los hijos de Dios.  Si nos quedamos en el rebaño del mundo; cuyo pastor es el diablo, seguramente no hallaremos vida; sino castigo eterno.  Jesús vino para que tengamos vida y para que la tengamos en abundancia; pero esta vida solo la podemos disfrutar si entramos por esa puerta.  Jesús nos declara que hay un enemigo que solo vino a hurtar, matar y destruir; este es satanás, el cual ha tenido una lucha encarnizada contra la creación de Dios, especialmente contra el ser humano por estar hecho a imagen y semejanza de Dios.  Este enemigo fue expulsado del reino de los cielos, por querer ser igual a Dios y por querer sentarse al lado de su trono.

Fuera de ser la puerta, Jesús también es el buen pastor del rebaño.  Dice bueno, porque también hay un pastor malo, que es el diablo.  Un pastor verdadero, da su vida por las ovejas; así lo hizo Jesucristo, muriendo en la cruz del calvario, para que a través de su sangre, pudiera redimir a la humanidad del pecado.  El hizo un sacrificio único, para reconciliarnos con el Padre; pero esta reconciliación solo se obtiene si seguimos los pasos de Jesucristo; es decir si andamos como el anduvo; en obediencia y santidad a Dios el Padre, esto equivale a entrar por esa puerta que es Jesús.

El Padre conoce a su Hijo Jesucristo y el Hijo a su vez conoce a sus ovejas (que son los cristianos verdaderos).  Las ovejas conocen a su pastor, siguen sus pisadas y entran por la puerta que el abrió a través del sacrificio en la cruz del calvario.  Si estas ovejas escuchan su voz, entonces son ovejas del rebaño de Jesucristo; de lo contrario no son ovejas sino cabritos del rebaño del mundo; pues no escuchan la voz de Dios, tampoco quieren estudiar la Biblia para no ser confrontados ni persuadidos a obedecer; pero si quieren vivir en el pecado, en los vicios, en los placeres de la carne y en las pasiones del mundo.

Estimado amigo, no busque la verdad en otro lado; la verdad está en Jesucristo; pues a comparación de otros líderes, este Jesús bajó del cielo, tomó cuerpo de hombre, murió en la cruz por nuestros pecados y luego subió al cielo con cuerpo resucitado.  No hay otro en la misma condición de Dios y que pueda hacer lo mismo, indefectiblemente NO HAY OTRA PUERTA.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.


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