¿Eres miembro de Cristo o del pecado? 1 Corintios 6:15-20.

¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo.  ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne.  Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.  Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.  ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?   Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

CONCLUSIONES.

Cuando una persona se convierte de corazón y entrega su vida a Jesucristo; entonces podemos decir que Cristo entró a morar en el corazón de dicha persona y que por consiguiente se ha ganado el título de cristiano verdadero o hijo de Dios.  Cuando la persona convertida recibe a Cristo, entonces pasa a conformar o hacer parte del cuerpo de Cristo; no del cuerpo glorificado que obtuvo Cristo luego de la resurrección, sino de su iglesia, que la conforman los convertidos de todo el mundo.  Así como un cuerpo tiene muchos miembros con diferentes funciones, también el cuerpo de Cristo tiene muchas personas convertidas que cumplen diferentes funciones dentro del cuerpo de Cristo y estas funciones son dones y ministerios entregados a los cristianos por el Espíritu Santo de Dios y también por el mismo Jesucristo.

En este texto bíblico se habla específicamente del pecado de la fornicación, consistente en dos personas conviviendo juntas fuera de los vínculos del matrimonio.  Este hecho, lo que hace es retirar al cristiano del cuerpo de Cristo (si realmente era un convertido) y hacerlo miembro de una ramera o un prostituto; de esta forma es considerada la persona que convive en fornicación y también la que convive en adulterio (cuando uno de los dos miembros estuvo bajo el vínculo del matrimonio).  Los que aún no han nacido de nuevo a través del Espíritu Santo, entonces son miembros del pecado o de las tinieblas, cuyo dios es Satanás y allí cada uno de estos integrantes o miembros está cumpliendo una función específica para las tinieblas.  El hecho de estar pecando es una forma de servicio a las tinieblas, porque el pecado engendra más pecado y también contamina a las nuevas generaciones, lo cual es el propósito del diablo, de llevar el mayor número de personas inconversas y en estado pecaminoso al infierno, donde el diablo también vivirá atormentado por una eternidad. 

El que se une a una ramera será una sola carne con ella; pero el que se une a Cristo, un espíritu es con Él.  No podemos estar unidos al cuerpo de pecado y también estar unidos al cuerpo de Cristo, pues ambos son excluyentes, porque dice la Palabra que ninguna cosa inmunda o manchada de pecado entrará al reino de los cielos.  Los pecados de fornicación y de adulterio se cometen contra el cuerpo, que es templo del Espíritu Santo para los convertidos; y estos pecados son tan graves, que nos retiran inmediatamente de la membresía del cuerpo de Cristo.  Es de anotar que este templo, que es nuestro cuerpo proviene de Dios, fue hecho por Dios y fuera de eso fue comprado a un precio muy alto, el cual es el precio de la sangre de Jesucristo derramada en la cruz del calvario.  Por eso nos manda Dios a que le glorifiquemos en nuestro cuerpo y también en nuestro espíritu.

Si estás aprovechando estos tiempos para meditar en la Palabra y para clamar a Dios por tu ciudad, por tu nación, entonces eres miembro del cuerpo de Cristo y le estás sirviendo a Dios.

Si participas en los ayunos y vigilias programados por las iglesias de sana doctrina, entonces eres miembro del cuerpo de Cristo y le estás sirviendo a Dios.

Si estás viviendo en fornicación o adulterio, entonces perteneces al cuerpo de pecado y le estás sirviendo a las tinieblas.

Si estás participando en las parrandas con licor, glotonería, baile y música dedicada a la carne y al mundo, entonces eres miembro del cuerpo de pecado y le estás sirviendo a las tinieblas.

Si estás participando de las novenas de navidad, en donde se adora a un ser inexistente llamado “niño dios” y a otras imágenes que son idolatría, entonces eres miembro del cuerpo de pecado y le estás sirviendo a las tinieblas.

Si tu único propósito en este tiempo es descansar, pasear e ir de vacaciones, olvidándote de lo principal que es buscar la presencia de Dios, entonces eres miembro del cuerpo de pecado y le estás sirviendo a las tinieblas.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

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