¿Eres hijo de Dios o hijo de ira?
Efesios 2:1-3.
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros
delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la
corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el
espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales
también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne,
haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo
mismo que los demás.”
CONCLUSIONES.
Este texto comienza hablando de los verdaderos hijos de
Dios, aquellos que en tiempos atrás estaban muertos en sus delitos y pecados y
que fueron traídos a la vida cuando creyeron en Jesucristo y aceptaron su
sacrificio en la cruz del calvario. Si
Jesucristo se hubiera quedado arriba en el cielo, y no hubiera bajado a la
tierra a morir por nosotros, entonces no habría redención para el hombre, y
este seguiría muerto espiritualmente, ya que por el cumplimiento de la ley no
hay redención.
La situación que estaban viviendo los que ahora son hijos de
Dios y la situación actual de la mayoría de la humanidad es idéntica. En este mundo hay una corriente que está
regida por el príncipe de la potestad del aire que es el diablo, quien es la
cabeza de las tinieblas. La voluntad del
diablo o de las tinieblas es la que opera hoy en los hijos de desobediencia o
hijos de ira, recordemos que el que gobierna a los verdaderos hijos de Dios es
el Espíritu Santo, quien vive en sus corazones.
Estos hijos de ira viven en pecado, satisfaciendo los deseos de la
carne, los deseos de los pensamientos y los deseos del mundo; regidos por la
corriente del mundo, por los estilos de vida, por los vicios, por las
tradiciones, por la injusticia, por la maldad, etc.; ignorando de esta forma la
voluntad de Dios. El hecho de vivir para
la carne y para el mundo convierte a las personas en hijos de ira o hijos de
desobediencia, los cuales, dado que no presentan frutos del Espíritu sino de la
carne, entonces su fin será la perdición eterna. Se llaman hijos de ira, porque en esta
situación se está desagradando constantemente a Dios y están expuestos a ser
consumidos por su ira. Al final de la
generación, cuando esté culminando la gran tribulación, serán derramadas las
siete copas de ira sobre la tierra, allí Dios finalmente hará juicio sobre los
hombres que no creyeron en Jesucristo ni quisieron entregar sus vidas a Él,
para que los redimiera de su maldad.
¿Eres hijo de Dios o hijo de ira? Hay que recordar
que los hijos de Dios tendrán vida eterna en el reino de los cielos y los hijos
de ira tendrán castigo eterno en el lago de fuego y azufre. Pero no basta solo con declararnos hijos de
Dios, hay que acudir a Jesucristo y recibirlo como nuestro Señor y Salvador y
vivir una fe llena de obediencia a la Palabra de Dios.
Que Dios los bendiga grande y abundantemente.