La voluntad del Padre. Juan 6:40.

"Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero."


CONCLUSIONES.

Los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos, cuanto aún más nuestro Padre Celestial, que no quiere que nadie se pierda; sino que todos vengan al arrepentimiento, sean limpiados de sus pecados y finalmente entren en el reposo eterno.

En este pasaje, Jesús hace una revelación extraordinaria de la voluntad de su Padre (entre muchas otras); que también lo es para todos aquellos que tienen a Cristo en su corazón.  Esta voluntad se expresa en dos partes: Las condiciones y las promesas.

1.  Condiciones.

1.1.  Todo aquel que ve al Hijo.

Esta forma de ver al Hijo, no se refiere a la acción de mirar con nuestros ojos físicos; sino con el entendimiento.  Cuando estudiamos todos los dichos y hechos de nuestro Señor Jesucristo, escritos en la Biblia, lo estamos viendo, lo estamos conociendo a través de su biografía, de sus enseñanzas, etc.  No podemos esperar a ver a Jesús físicamente; porque la segunda venida, será para llevarse a su iglesia; no para habitar con los hombres de la misma forma que sucedió hace más de dos mil años.

1.2.  Todo aquel que cree en El.

Cuando vemos a Jesucristo a través de su Palabra, nos damos cuenta que El dejó escritas una serie de exigencias o mandamientos, los cuales debemos creer y poner por obra; para cumplir las dos condiciones necesarias para recibir las promesas de este pasaje bíblico.


2.  Promesas.

Es de anotar que sin el cumplimiento de las exigencias, tampoco podemos ver el cumplimiento de las promesas.

2.1.  Que tenga vida eterna.

Cumplidas las exigencias de Dios, El estará presto a darnos la vida eterna, esa vida con ausencia de sufrimiento y dolor, la cual podremos disfrutar en el reino de los cielos por una eternidad.

2.2.  Yo lo resucitaré en el día postrero.

Si aún estamos vivos cuando Jesucristo viniere por segunda vez, entonces seremos levantados y transformados en el aire, tomando una naturaleza totalmente incorruptible; con la cual podremos entrar en el reino de Dios.  El mismo poder que levantó a Jesucristo de su tumba, será el mismo poder que obrará en nosotros para resurrección.

Si cuando El viniere, nos encuentra muertos físicamente, entonces seremos despiertos espiritualmente, antes de que los vivos sean transformados.  Es de anotar que los muertos en Cristo solo duermen en su estado espiritual (alma y espíritu); es decir, están en reposo, esperando que se toque la trompeta final, para levantar a la iglesia y partir con ella.

Estimado amigo, acude a Jesucristo, cree en su Evangelio, obedécelo  y serás resucitado para vida eterna.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

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