¿Quieres ser hijo de Dios? Romanos 8:12-14.

“Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.  Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.”

CONCLUSIONES.

Hay dos tipos de hombres:  Los carnales y los espirituales. 

Los carnales son los que centran todas sus actividades a satisfacer los deseos de su carne, los deseos de sus pensamientos y que hacen todo lo que ofrece el mundo para satisfacer al hombre.  Si vivimos conforme a la carne, entonces moriremos, esto quiere decir estar excluido del gozo eterno y en cambio estar en sufrimiento perpetuo.

Los espirituales son los que tienen el Espíritu Santo de Dios gobernando en su corazón, lo cual indica que ya no hacen la voluntad de la carne y del mundo; sino que hacen la voluntad de Dios.  Estos son los que ya hicieron morir las obras de la carne a causa de la presencia del Espíritu Santo en sus corazones.  Estos vivirán en gozo eterno, el que tiene preparado Dios para todos aquellos que le obedecen.

Todo somos llamados a vivir conforme al Espíritu; pero el hombre está fascinado con el mundo y no le interesa saber nada de Dios, o simplemente no cree que exista un Dios.  La diferencia entre esos dos estados está entonces marcada por dos grandes pecados: La INCREDULIDAD y la DESOBEDIENCIA.  El hecho de no creer no lo exime de pecado; pues el que no cree ya ha sido condenado.  El hecho de que la voluntad de Dios sea en muchos casos contraria a la del hombre, tampoco lo exime de pecado; pues solo son verdaderos hijos aquellos que obedecen a su palabra. 

Ahora, el que cree y también obedece, este es guiado por el Espíritu Santo de Dios y al ser guiado por Dios, entonces también es un verdadero hijo.  El que no cree y tampoco obedece, es guiado por la carne, por el mundo y también por el diablo.  El que es guiado por el Espíritu tiene un único padre que es Dios, en cambio el que es guiado por la carne tiene un único padre que es satanás. Aunque no lo haya recibido como su padre, el hecho de que haga su voluntad, lo declara explícitamente como hijo suyo.

Juan 8:44 “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”.

Si realmente quieres ser hijo de Dios, entonces tienes que abandonar las obras de la carne y del mundo y en cambio empezar a hacer la voluntad de Dios.  Ya no estar guiado por lo que le exige la carne y el mundo; sino estar guiado por los deseos del Espíritu.  La voluntad de Dios está escrita en su palabra y es allí donde debemos buscar para saber qué demanda Dios de nosotros.  Si no le interesa escudriñar la palabra, sabemos de antemano que hay INCREDULIDAD y los incrédulos tendrán su parte en el infierno.  Si no le interesa hacer la voluntad de Dios, entonces sabemos de antemano que hay REBELIÓN o DESOBEDIENCIA en la vida del hombre, lo que también causa castigo eterno.

Muchos se autodenominan hijos de Dios, pero viven para el mundo con sus pasiones y deseos, obedeciendo a la voluntad del diablo y no la de Dios; por tanto, son propiedad del diablo.  Una vez muertos físicamente, serán recogidos por ángeles de satanás, quienes llevarán el alma al infierno, donde será el lloro y crujir de dientes como dice la escritura.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

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