El Evangelio es poder de Dios. 1 Corintios 1:18-21
“Porque la palabra
de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a
nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de
los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba?
¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría
del mundo? Pues ya que, en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios
mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la
predicación.”
CONCLUSIONES.
El Evangelio tiene dos formas de ser visto, acorde con el
público receptor:
1. El Evangelio es una locura para los que se
pierden.
En el mundo mueren aproximadamente 213,120 personas al día
según esta página (https://www.saberespractico.com/curiosidades/cuantas-personas-nacen-y-mueren-al-dia-en-el-mundo/). Tomando el principio bíblico de que muchos
son los llamados y pocos los escogidos, podríamos decir que el 80% de estas
personas van a parar al infierno.
Algunos podrán argumentar que allá no cabe tanta gente; la verdad es que
muchas de las cosas que hace Dios son infinitas, es decir tuvieron principio en
su poder creador, pero posiblemente no tengan fin. Si hubiese alguna restricción, entonces no
nacerían tantas personas al día (371,520).
¿Será una locura pensar en todo esto? Pero la mayoría de los que se
pierden en el infierno fue porque tuvieron el evangelio de salvación como una
locura; no lo estimaron, pensaron que era solo literatura, o que era para
personas viejas a punto de morir y no para jóvenes con toda una vida por
delante.
El evangelio se llama también la palabra de la cruz; porque
su finalidad es hacer que el hombre crucifique su carne con sus pecados, sus
vicios, sus pasiones y sus deseos y propiciar el nuevo nacimiento en el hombre,
de una criatura espiritual engendrada a través del Espíritu Santo de Dios y
apta para entrar en el reino de los cielos; esto es lo que se llama el nuevo
nacimiento, sin el cual nadie podrá entrar al reino de los cielos. A los que les parece locura el evangelio, sin
duda alguna, también les parece locura la existencia del cielo y del infierno;
pero es más insensato aún, más torpe aún el hecho de esperar a que nos llegue
la muerte física, para estar al otro lado, ver con nuestros propios ojos y
comprobar que es verdad lo que dice la Palabra de Dios. Cuando estén dentro del infierno se darán
cuenta que sí existe; pero ya nada pueden hacer para escapar de allí.
Ser sabio de verdad es hacer lo necesario para no ir a parar
a ese lugar de castigo, es aceptar el Evangelio de salvación y acudir a
Jesucristo como único camino. Ser sabio
para el mundo es rechazar lo que dice la Palabra de Dios; pero sí aceptar las
mentiras que dice el diablo a través de los hombres, como la mentira de la
evolución. Recuerde que el infierno está
lleno de sabios o que se creyeron sabios, no sea usted uno de ellos y
recapacite antes que sea tarde.
2. El Evangelio es poder de Dios para los
verdaderos cristianos.
Para los que han gustado el Evangelio de salvación, este es
poder de Dios, capaz de transformar nuestro ser completo en una nueva
criatura. Es tan poderoso que, si
aceptamos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, El con su sangre nos
limpiará y borrará todo nuestro historial de pecado y nos hará cubrir con
vestidos espirituales, blancos y resplandecientes.
El evangelio es tan poderoso, que es capaz de transformar un
sicario, de transformar un delincuente, de transformar una prostituta, de
transformar un alcohólico, de transformar un drogadicto, de transformar un
mentiroso, de transformar un vulgar, de transformar un incrédulo; porque Dios
está respaldando su Palabra con su Poder.
Dios es tan poderoso, que cuando rescató a su pueblo de la esclavitud de
Egipto, los hizo pasar por el mar en seco, abriendo un camino por entre las
aguas, las cuales tuvieron que apartarse ante el poder de Dios. Es tan poderoso Dios que cuando su pueblo
Israel andaba por el desierto en busca de la tierra prometida, fue capaz de
sacar agua de una peña para su pueblo y para su ganado. Es tan poderoso que todos los días les
enviaba pan del cielo (maná) para que no murieran de hambre en el
desierto. Es tan poderoso que cuando
tenían ganas de carne, les hizo oscurecer el cielo con millares de codornices y
comieron de ellas hasta que se saciaron.
Ahora, la pregunta que surge es que, si Dios es tan
poderoso, ¿por qué la maldad ha aumentado tanto en el mundo? Es muy simple, Dios no transforma a quien no
se quiere dejar transformar, pues le ha dado libertad al hombre de escoger el
bien o el mal. Y el hombre
definitivamente ha decidido ignorar a Dios y tratar de hacer su propia vida; y
en su deambular por el mundo sin juicio y sin razón, se ha contaminado con el
pecado, con las pasiones y con los vicios, haciendo que la humanidad entre en
un estado de depravación progresivo, el cual sin duda culminará en la gran
tribulación, cuando Dios decida derramar su ira sobre la tierra, no sin antes
haberse llevado a los que han creído en su poder y han decidido colocar su vida
en manos de su Hijo Jesucristo.
Todo este poder está encerrado en la Palabra de Dios, para
que se cumpla lo dicho, de que desechará la sabiduría terrenal y el
entendimiento del hombre. Mediante algo
terrenal no se puede llegar a lo espiritual y mediante la sabiduría del hombre,
no se puede obtener vida eterna; por eso las religiones, sectas y filosofías
solo se encargan de conseguir más adeptos para el infierno. En cambio, para Dios, la sabiduría del mundo
es locura; pues el hombre se centra en buscar tecnologías y habilidades para
progresar en lo terrenal, pero no hay esfuerzos para progresar en lo
espiritual. Por cuanto la salvación que
es eterna debía venir por medio de algo eterno, entonces por eso Dios se agradó
en darnos vida y salvación por medio de la sabiduría de su Palabra y a través
de la sangre de su Hijo Jesucristo derramada en la cruz del calvario.
¿En qué forma aprecias la Palabra de Dios? ¿La ves como una locura o como el poder de
Dios? De este juicio que hagas depende
tu vida eterna. Recuerda que en este
mundo todo pasa, porque cuando abandonemos esta tierra, estaremos enfrentados
ante un castigo eterno o ante un gozo eterno.
Todo esto depende de cómo veas la Biblia y qué hagas al respecto. Lo que sí es seguro, es que es mejor un
cristiano loco en el cielo, que un sabio del mundo en el infierno, usted
decide.
Que Dios los bendiga grande y abundantemente.