Fue hecho carne. Juan 1:14-17

"Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.  Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo."


CONCLUSIONES

Si miramos el primer versículo del Evangelio de Juan, encontramos que: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios."  Esto quiere decir que el Verbo era parte de Dios, o sea la persona a través de la cual Dios creó todo el universo, el que ordenaba y las cosas eran creadas de la nada.  Esta persona es su Hijo Unigénito, el cual habitaba con Dios y era Dios, segunda persona de la trinidad.

Este Verbo se hizo carne, es decir que tomó cuerpo de hombre a través de la virgen María, en un hecho asombroso, a través del cual, la tercera persona, el Espíritu Santo de Dios, la cubrió con su sombra y ella concibió y luego dio a luz a Jesús de Nazaret.  Pero no nació por primera vez, solo se despojó de su divinidad, bajó a la tierra y tomó cuerpo de hombre a través del milagro de la concepción virginal de María.

Jesucristo es eterno, su vida no comenzó con la concepción de María.  Muy bien lo dice el apóstol Juan, que vendría uno mayor que él, lleno de gracia y de bondad; pero que era antes de él; es decir, antes que el apóstol Juan viniera al mundo, Jesucristo ya existía en el reino de los cielos.

Dados estos antecedentes, es ilógico pensar que María es madre de aquel de quien no tiene principio ni tiene fin.  Alguien mortal no puede engendrar un ser inmortal; así mismo la carne no puede engendrar espíritu.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

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