Aman más la gloria de los hombres. Juan 12:42-43.
“Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero
a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la
sinagoga. Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de
Dios.”
En el versículo 37 de este mismo capítulo está escrito: “Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él “. Jesús iba por las sinagogas predicando el evangelio, sanando enfermos y liberando endemoniados y a pesar de que hacía milagros tan prodigiosos como la resurrección de Lázaro, muy pocos creían que Él era el hijo de Dios. Si en aquella época donde podían ver a Jesús y observar sus milagros, no creían; ¿entonces que se podrá esperar del mundo actual que no está viendo a Jesús y que lo tiene que apreciar mediante la fe?
CONCLUSIONES.
En el versículo 37 de este mismo capítulo está escrito: “Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él “. Jesús iba por las sinagogas predicando el evangelio, sanando enfermos y liberando endemoniados y a pesar de que hacía milagros tan prodigiosos como la resurrección de Lázaro, muy pocos creían que Él era el hijo de Dios. Si en aquella época donde podían ver a Jesús y observar sus milagros, no creían; ¿entonces que se podrá esperar del mundo actual que no está viendo a Jesús y que lo tiene que apreciar mediante la fe?
Ahora bien, en ese grupo que creyeron, había clase
gobernante, de los cuales nos dice la escritura que muchos creyeron en él; pero
no lo confesaban en público; para no ser expulsados de la sinagoga; pues los
fariseos que estaban en contra de Jesús y que era una clase con mucho poder,
los habría echado de la sinagoga y para ellos era preferible seguir de
incógnito a que fueran ridiculizados en público y luego ser echados del sitio
de reunión.
¿Por qué preferían entonces estar callados? Porque así conservaban su estatus político
con sus prebendas; así conservaban su puesto de trabajo y sus relaciones
públicas.
Hoy también hay personas que creen en el evangelio de
Jesucristo y algunos están ubicados en altas esferas de la sociedad; pero que
por temor a las represalias y al qué dirán, no lo manifiestan y se quedan
callados. En otros estratos más bajos
también hay personas que creen, pero no lo manifiestan; porque temen quedar en
“ridículo”, porque temen ser tratados como “locos” o “bobos” por sus amigos,
porque temen ser expulsados del círculo social al que pertenecen, porque temen
ser expulsados de su trabajo, porque temen quedarse sin la gloria del mundo, porque
guardan respeto por sus ancestros, etc.
El problema es que un cristiano que no pueda confesar con su boca que
Cristo es el Señor, no podrá ser salvo; porque escrito está: “que
si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que
Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” Romanos 10:9
Ahora vemos la gloria de los hombres; pero la gloria de Dios
la veremos el día en que estemos en el reino de los cielos. Muchos quieren la gloria del mundo y luego
que mueran entonces también querrán la gloria de Dios; pero ambas son excluyentes;
si amas la gloria del mundo, perderás la gloria de Dios; pero si amas la gloria
de Dios, seguramente serás rechazado por el mundo, por la sociedad; pero la
gloria venidera será perpetua, completa y santa porque proviene de Dios quien
nos llenará de su gloria y de su poder.
Lo que esperamos recibir del mundo es pasajero, es temporal;
pero la gloria de Dios es eterna. Usted
decide qué escoger; pero recuerde que de esto depende su salvación, su vida
eterna.
Que Dios los bendiga grande y abundantemente.