Yo soy la resurrección y la vida. Juan 11:21-27.
“Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.”
CONCLUSIONES.
Esta cita bíblica encierra uno de las más grandes milagros
hechos por Jesús mientras estuvo aquí en la tierra; la resurrección de un
muerto de cuatro días. Si al segundo día ya empieza la descomposición,
¿cómo estaría al cuarto día? Esto demuestra que Jesucristo sí era
realmente el Hijo de Dios y que tenía los mismos poderes sobrenaturales de su
Padre. Las hermanas de Lázaro creían en la resurrección postrera, cuando
todos los muertos en Cristo resucitarán y partirán con el Señor; pero jamás
creían que Jesús también podía darle vida a un cuerpo muerto y descompuesto,
tan solo creían que Jesús lo hubiera podido sanar antes de que la enfermedad lo
llevara a la muerte.
Resucitar a Lázaro implicó cambiarle todos los órganos por
unos nuevos, exactamente con la misma edad y funcionalidad que tenían cuando
Lázaro estaba vivo y esto sucedió en segundos; el proceso comenzó cuando Jesús,
luego de que quitaron la piedra de la tumba, pronunció las siguientes
palabras: !Lázaro, ven fuera! El poder sobrenatural del Verbo
hecho carne, hizo la reconstrucción del cuerpo en unos pocos segundos y luego
le devolvió el alma y el espíritu, para garantizar que seguiría vivo.
¿Si Jesús hace esto con los muertos materiales, qué no podrá
hacer con los muertos espirituales? La expresión “aunque esté muerto
vivirá”, no habla de los muertos materiales, por cuanto ellos ya no pueden
escuchar; pero sí de los muertos espirituales. Recordemos que Jesús es el
camino, la verdad y la vida; y que nadie podrá llegar al Padre si no es por medio
de Él; por tanto el que esté buscando vida eterna por otro medio, por otra
persona o en otro lugar, definitivamente está muerto espiritualmente; porque
una vez pase por la muerte física, solo le espera la segunda muerte o el lloro
y crujir de dientes por una eternidad.
Si un muerto espiritual cree en Jesucristo, abandona la vida
de pecado, le entrega su corazón y le recibe como su Señor y Salvador, entonces
esta persona pasará de muerte a vida; es decir “este muerto vivirá”, lo
que conlleva a decir que una vez pase por la muerte física, entrará en el gozo
eterno del reino de los cielos y ya no habrá segunda muerte para esta persona.
Que Dios los bendiga grande y abundantemente.