El fin de la ley es Cristo. Romanos 10:1-4.

“Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.  Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.  Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.”


CONCLUSIONES.

Se conocen dos grandes periodos en la historia bíblica: El periodo de la ley que llegó hasta la muerte de Jesucristo y el periodo de la gracia, después de su muerte.  En el primero se dieron una serie de mandamientos, empezando por los diez principales dados a Moisés y escritos directamente en una tabla de piedra por el dedo de Dios.  Estos mandamientos se crearon no para sujetar al hombre en pecado ni para limitarle su campo de acción; sino para que esta serie de restricciones enderezara sus pasos y lo encausaran por un camino, cuyo punto de llegada era Jesucristo.

Los que habían muerto bajo la ley (cumpliendo sus mandados y haciendo sacrificios por expiación) y antes de que Jesucristo resucitase, estaban en el Seol, en la parte superior denominada el Seno de Abraham.  Una vez Jesucristo murió, bajó a esta parte ubicada en el centro de la tierra y de allí los sacó y los encaminó hacia el Paraíso, donde llegarían a ser los primeros integrantes de este bello paraje espiritual.  Luego de la resurrección de Jesucristo, los que mueren en Cristo ya no van al Seol, sino directamente al Paraíso donde están las personas que fueron salvas bajo el periodo de la ley.  Pero estar bajo la gracia, no significa ignorar la ley, pues la gracia confirma le ley en vez ignorarla como está escrito: “¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.  Romanos 3:31.

En este texto, el apóstol se queja de que el pueblo de Israel ignora la justicia de Dios y más bien procura establecer la justicia de los hombres, que es lo mismo que sucede hoy en día.  Como el hombre es orgulloso, entonces le cuesta reconocer y obedecer la ley de Dios, sacando miles de excusas para ello.  Y una de las tantas formas de evadir la ley de Dios, es diciendo que estamos bajo el periodo de la gracia y que por lo tanto la ley ya no opera, que dichas leyes eran para el pueblo de Israel.  El problema es que, en este periodo actual, la salvación es por fe y la fe sin las obras de la ley está muerta, por tanto, no sirve para llegar a Cristo.  Si usted tiene a Cristo en su corazón, también se deleitará obedeciendo sus mandamientos y con esto confirmará que es un verdadero cristiano.  Si crees ser un buen cristiano, pero ignoras lo que dice la Palabra de Dios o conoces la Palabra, pero no la obedeces, igualmente estás perdido.  Como decía un querido evangelista:  Si usted se salva en estas condiciones, entonces el diablo también se salvará.

El fin de la ley es llegar a la salvación mediante el sacrificio de Jesucristo.  Si no creemos en el sacrificio de Jesucristo o no obedecemos la ley, igualmente no llegaremos a la salvación, sino a la condenación eterna.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

 

 

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