¿Cómo rendir culto a Dios? Romanos 12:1
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”
Los sacrificios que se ofrecían en la antigüedad a Dios
consistían en la sangre de machos cabríos, de ovejas, de vacas, de bueyes, de
tórtolas, de palominos, etc., cada animal en determinadas circunstancias y para
determinadas peticiones como reconciliación, expiación por los pecados,
purificación, sanidad, etc.
Hoy, en el mundo religioso, muchos se flagelan azotando su
propio cuerpo, otros caminan grandes distancias con los pies descalzos, otros
lo hacen de rodillas, etc. Otros ofrecen
grandes sumas de dinero para ganarse un pasaje a la vida eterna, otros trabajan
sin descanso en algún claustro. Muchas
cosas son las que el hombre se imagina que puede hacer para rendir culto a
Dios; pero Él solo se agrada de unas pocas cosas y es de nuestra obediencia y
de nuestro amor a Él y al prójimo. “Y el amarle con todo el corazón, con todo el
entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo
como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.” Marcos 12:33
Ahora, ¿Cómo rendiremos culto a Dios, sin tener que hacer
los holocaustos y sacrificios que se hacían en la antigüedad, o los que se
hacen hoy en día? La respuesta que nos
da este texto es simple: Presentando nuestro cuerpo en sacrificio. ¿Pero qué elementos debe tener para que sea
un sacrificio?
1. Debe estar vivo.
Dios es un Dios de vivos y no de muertos, por tanto, no podría agradarse de un cadáver pestilente. Tampoco habría forma de presentarnos si ya estamos moribundos, con un pie aquí en este mundo y el otro en la eternidad. Esto se debe a que Dios siempre exigía que los sacrificios fueran de animales sanos, robustos, vigorosos y sin defecto alguno; solo que en nuestro caso puede haber defectos físicos; pero no defectos infringidos o producidos por la mano del mismo hombre. Tampoco es posible que alguien se haga crucificar en una cruz (o al menos torturar), para rendirle culto a Dios; pues el sacrificio que Dios exigía ya fue hecho por su Hijo Jesucristo.
2. Debe ser santo.
No podemos presentar un cuerpo que es miembro de los vicios,
de las palabras vulgares, de las mentiras, de la fornicación, del adulterio, de
la injusticia, del pecado en general o que participa de las pasiones del
mundo. Para que sea un cuerpo santo
tiene que someterse a todos los designios de la Palabra de Dios, es decir, debe
presentarse delante de Dios sin mancha y sin arruga. La palabra santo quiere decir apartado del
mal para el servicio del Señor; pero si alguien participa de las cosas del
mundo y de la carne, entonces no es santo.
No es santo el que ya murió e hizo buenas obras, es santo el que está
apartado del pecado y le sirve cien por ciento a Dios.
3. Debe ser agradable.
Muchas cosas rodean nuestras vidas que no le agradan a Dios
y estos problemas se pueden encontrar en el vestuario, en la presentación, en
las amistades, en el trabajo, etc.
Ejemplo: Una persona que trabaja en una taberna o visita la taberna no
podría agradar a Dios; pues este es un sitio donde se alaba al diablo, a los
vicios y a las pasiones del mundo y no a Dios.
Una persona que participa de los desfiles con imágenes o ídolos tampoco
puede agradar a Dios, pues está robándole la gloria a Dios para dársela a una
cosa inanimada. Una persona que es
deshonesta en su trabajo, sea con el tiempo o con los recursos de la empresa,
tampoco puede agradar a Dios. Una
persona que esté incurriendo en corrupción tampoco puede agradar a Dios. Una persona que solo se acuerde de Dios
cuando tiene necesidad, tampoco puede agradar a Dios; pues es un hipócrita.
¿Y en qué sitio
debemos rendirle culto a Dios?
Dios tiene un sitio privilegiado para visitar a sus hijos y
moverse en medio de ellos, y es su iglesia; pues dice la Palabra que donde haya
dos o más congregados en su nombre, allí estará su presencia. Además de que en la iglesia hay más personas,
también existe el mandato de congregarse; por tanto, el culto a Dios se debe
rendir es en la iglesia; pero dicha iglesia debe ser pura y sin mancha, de lo
contrario allí no estará el Espíritu Santo de Dios, sino que estará el diablo
con sus demonios.
Y si allí presentamos nuestros cuerpos vivos, santos y
agradables, este será un culto aceptado delante de Dios.
Que Dios los bendiga grande y abundantemente.