No debáis a nadie nada. Romanos 13:8-10.

No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.  Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.  El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.

 

CONCLUSIONES.

El mundo moderno está basado en una sociedad de consumo.  Hay que consumir para que los negocios de otras personas se muevan; pues si nadie consume, la economía quedaría estancada.  Como mínimo el agricultor debe tener quien consuma sus productos para poder comercializarlos y así ganar dinero con qué suplir sus necesidades básicas o para comprar fertilizantes para su parcela.  En síntesis, tanto el producir como el consumir son indispensables para el sostenimiento de la economía.  También es necesario que el que consuma productos y servicios, deba tener forma de pagarlos, para que su economía no vaya a la quiebra.  Para evitar este problema la sociedad se ha inventado algo que se llama CRÉDITOS, los cuales se han expandido de una forma tan vertiginosa, que se han convertido en el principal negocio de bancos y entidades financieras.  Hoy en día nos están acosando permanente por todos los medios, para que uno adquiera créditos, hasta con la modalidad de preaprobación.  Todo esto lo que busca es generar ingresos para las entidades crediticias y a la misma vez esclavizar a los deudores, dado que estos tienen que pagar hasta en tres veces el capital prestado y muchas veces les toca entregar sus bienes porque no pudieron pagar oportunamente.

Es vez de adeudar cualquier tipo de bien, Dios nos manda a amarnos los unos a los otros.  El hecho de amar a nuestro prójimo significa que él debe estar en las mismas circunstancias que nosotros; es decir que, si a nosotros no nos falta el alimento, a ese prójimo tampoco le debería faltar, porque queremos que esté en las mismas o mejores condiciones que como estamos nosotros.  Esto hace que mi prójimo no tenga que ir a la tienda a fiar el mercado, acudir a un “paga diario” o a un crédito, porque alguien le proveyó para sus necesidades.  Ahora, el que ama a su prójimo ha cumplido la ley; porque toda la ley se resume en el amor a Dios y al prójimo, y amando al prójimo estamos amando a Dios.

Además, dando al pobre, acumulamos riquezas en el reino de los cielos: “A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.” Proverbios 19:17. Que Dios nos deba es un gran privilegio, pues sus bendiciones abundarán en toda nuestra vida material y luego en la espiritual.

El cumplimiento de la ley se resume en el amor; pues todos los mandamientos conducen a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.  Es por eso que este mandamiento: “No debáis a nadie nada”, lo que busca es ahondar en nuestro amor por el prójimo; pues si debemos a otro, vamos a ser esclavos de quien nos prestó y si prestamos, entonces vamos a someter a esclavitud a otros.

Veamos que el que presta es siervo de su prestamista: “El rico se enseñorea de los pobres, Y el que toma prestado es siervo del que presta.” Proverbios 22:7. Entonces para evitar esta servidumbre y para propender por el amor al prójimo, es que Dios promulgó este mandamiento.

¿Que no podemos vivir sin deudas?  Esto dicen muchos y es lo que nos hace pensar el diablo, para que andemos en contra de la voluntad de Dios.  Si Dios lo dijo es porque es cierto y porque es fuente de bendición; pero usted solo no lo podrá hacer, acuda a Jesucristo arrepentido de sus pecados, recíbale como su Señor y Salvador y viva una vida de obediencia y santidad a su Palabra y verá con sus propios ojos, como Jesucristo le transformará en verdadero hijo de Dios, le regalará la salvación eterna y verá cómo cambia el rumbo de sus finanzas; pues ahora ya depende de Dios, cuando antes dependía de los préstamos.

¡Que prestando es la única forma de conseguir lo que quiero!  Si piensas esto, entonces no has creído en Dios; pues Él suple todo lo necesario y aún más, si le servimos y tenemos fe en sus promesas.  La verdad es que cuando se es fiel a Dios, Él multiplica nuestros ingresos, hace que nuestro salario rinda mucho más de lo normal; y de esta forma las cuotas del supuesto crédito, las usamos para crear una cuenta de ahorros y con esta cuenta comprar todo lo que deseemos a la sombra de la bendición de Dios.  El mal del mundo es que queremos bendición de Dios, pero sin compromiso y esto no funciona así.

Que Dios te bendiga grande y abundantemente.

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