El fundamento del cristianismo. 1 Corintios 15:1-8

“Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.  Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce.  Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.  Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.”

 
CONCLUSIONES.

Hay muchas religiones hoy en día, así mismo hay muchas sectas y filosofías que dicen tener el poder para guiar al hombre hacia un futuro eterno.  El cristianismo tiene como fundamento a Jesucristo, quien bajó del cielo y se hizo hombre, padeció y murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó al tercer día y hoy está sentado a la diestra de Dios el Padre.  En cambio, las demás religiones, sectas y filosofías tuvieron un líder que ya murió y del cual no se encuentran ni sus huesos; fuera de lo anterior nunca bajaron del cielo y se hicieron hombres, tampoco fueron crucificados, tampoco resucitaron al tercer día y mucho menos están sentados a la diestra de Dios. 

Y si hablamos de poder, encontramos que el cristianismo tiene poder y este poder proviene de su Santo Evangelio, Palabra que es respaldada por el Espíritu Santo de Dios.  En el Evangelio se haya poder hasta para resucitar muertos; en cambio en otras religiones, sectas y filosofías solo se hayan escritas normas de vida y de conducta, que suelen orientar la vida del creyente o del adepto; pero que nunca pueden transformar su vida y hacerlo apto para vivir una eternidad en el cielo luego de la muerte física.  El evangelio es poder de Dios para transformar vidas, para liberarlas del yugo de las tinieblas, para hacer que nazcan de nuevo y abandonen el pecado; todo le es posible al hombre mediante el Evangelio si cree de verdad y si lo vive. 

El Evangelio para muchos sigue siendo una religión, porque no hay compromiso, no hay disposición, no hay fe, no hay vivencia.  Para que este Evangelio produzca milagros en nuestra vida incluyendo el más importante que es la salvación del alma, debemos hacer lo siguiente:


1.  Recibir el Evangelio. 

Significa leerlo, escucharlo y meditarlo con fe, así este viniere a través de una persona o de un medio de comunicación.  Sin embargo, para la mayoría esto es difícil dado que la gente prefiere verse una película que escuchar un mensaje de la Palabra de Dios.  La gente prefiere ir de parranda que encerrarse en su habitación a hablar con Dios.  La gente prefiere ir de paseo el fin de semana, que irse para la iglesia a participar activamente de sus eventos.  Para recibir el Evangelio se necesita fe en la persona que lo respalda, quien es nuestro Señor Jesucristo.


2.  Perseverar en el Evangelio. 

Consiste en seguir las instrucciones paso a paso de lo que allí nos dice Dios.  Por ejemplo, encontramos este texto que dice: “No habitará dentro de mi casa el que hace fraude; el que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.” Salmos 101:7. Entonces basados en esto tenemos que hacernos el propósito y pedirle a Dios que nos ayude para no volver a decir mentiras de ninguna clase y no defraudar ni tumbar a nadie.


3.  Retener la Palabra. 

Consiste en guardarla en nuestro corazón y ponerla por obra cada que se presente la oportunidad.  Por ejemplo, encontramos este texto que dice: “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.” Mateo 5:44. Basados en este pasaje, entonces cada que nos veamos con un contrincante, con alguien que nos hace la guerra, con alguien que nos tiene bronca, entonces debemos bendecirlo y hacerle el bien, en vez de buscar la forma de vengarnos.

En síntesis, el cristianismo es el único movimiento que tiene como fundamento un ser vivo y sobrenatural, a Jesucristo el Hijo de Dios.  Y por tener su fundamento en un ser real, entonces su Palabra también es real y poderosa para transformar al hombre que se acerque a Dios con fe y con humildad.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

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