La función de la ley.

Gálatas 3:21-24

 “¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley.  Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.  Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.  De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.”


CONCLUSIONES.

Concluimos en una anterior reflexión que nadie se puede salvar por las obras de la ley; pues desde la venida de Jesucristo ya la salvación es por la fe en su nombre y en su sangre derramada en la cruz del calvario.  ¿Por esta causa podríamos aseverar que la ley fue una equivocación o que sencillamente es contraria a los designios de Dios?  De ninguna manera, pues la ley en su tiempo era el único medio para buscar la reconciliación con Dios, aunque tenía ciertas falencias como estas:

-  La persona estaba obligada a cumplir todos los mandamientos sin desechar uno solo de ellos; pues el violar uno de ellos, lo hacía culpable de todos.

-  Lay ley no podía dar vida, esto es vida eterna; si pudiera dar vida, entonces Dios no habría enviado a su Hijo Jesucristo a morir en la cruz del calvario.

-  Los sacrificios de holocaustos no podrían limpiar completamente a la persona, por cuanto eran incompletos; es decir, solo se trataba de animales que perecen y en los cuales no hay espíritu.

-  La sangre derramada por los animales sacrificados solo podía tapar la culpa de las personas; pero no la podía quitar a profundidad.

En razón de la debilidad de la ley, todos los muertos antes de la venida de Jesucristo, que se hallaban en comunión con Dios, fueron llevados al seno de Abraham (parte superior del Seol); de donde fueron levantados por el mismo Jesucristo luego de su muerte y llevados al paraíso, donde también son llevados los que mueren en Cristo durante el periodo de la gracia, y que juntamente con todos están allá esperando el juicio de la humanidad.

La ley era totalmente necesaria para hacer visible el pecado; pues si no fuese por la ley, el pecado habría pasado inadvertido y hubiese matado a toda la humanidad; es decir, todo el mundo habría ido al infierno, sin ninguna causa aparente.  Entonces mediante el cumplimiento de la ley y los sacrificios de animales, las personas podían ser justificadas temporalmente y así escapar del infierno.

La ley entonces era parte de los planes de Dios y fue establecida mientras ocurría la venida de Nuestro Señor Jesucristo al mundo y la posterior predicación de las buenas nuevas de salvación, esto es el Evangelio de Jesucristo.  Mediante la ley se conoció el pecado y todo el mundo quedó encerrado bajo pecado, de tal forma que se pudiese manifestar la promesa de algo muy superior que era la justificación mediante la fe en Jesucristo.  Una vez justificados por Jesucristo, entonces escapamos del dominio del pecado y entramos a vivir en plena libertad en Cristo Jesús.  El hecho de ser liberados del pecado, significa también que nuestros miembros ya no servirán al pecado; sino que más bien servirán a Jesucristo y su obra redentora.  En conclusión la ley fue la guía y dirección que nos habría de conducir al periodo de la gracia, donde fuésemos justificados delante de Dios mediante la fe en su Hijo Jesucristo.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

 

 

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