La salvación es gratis.

Efesios 2:8-10.

 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.  Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”

 CONCLUSIONES.

Hay tres hechos fundamentales que rodean la salvación de nuestras almas, la cual recibiremos únicamente a través de Jesucristo y por su sangre derramada en la cruz del calvario, estos son:

1.  La salvación es totalmente gratis.

Jesucristo ya pagó con su sacrificio por nuestra salvación.  Si le preguntamos a Dios cuánto nos cuesta nuestra salvación, seguramente nos responderá:  Ya está paga, el costo lo asumió mi Hijo Jesucristo.  Por eso decimos que es totalmente gratis o por gracia, como dice el texto bíblico.  No es por nuestras propias fuerzas, no es por obras que podamos hacer, no es obra de ninguna religión, no es algo por lo que podamos pagar; esto es don de Dios, es regalo de Dios, para que nadie se gloríe como hombre, sino que más bien glorifique a Dios, el autor de la eterna salvación a través de su Hijo Jesucristo.  Hay dos intermediarios para llegar finalmente a la salvación:  El primero es la fe, sin la cual es imposible llegar hasta Jesucristo y luego el mismo Jesucristo que es intermediario entre Dios y los hombres, nos llevará hasta el Padre Celestial.  Pero no hay más fuera de la fe y de Jesucristo por lo cual podamos ser salvos.

2.  Solo se requiere fe para ser salvos.

La fe es lo único que tenemos que presentar como boleto de salvación, esta es la que agrada a Dios; pues nuestra condición humana de pecadores es desagradable para Dios.  Dios nos ama a nosotros, pero no a nuestros pecados; sin embargo, si nos acercamos a Jesucristo con fe en su obra redentora, entonces Él nos limpia y nos hace aceptos delante de nuestro Padre Celestial.  Tener fe no cuesta nada, no es necesario el dinero para comprarla, tampoco la venden en ningún lado y para obtenerla solo es cuestión de voluntad.  El hombre debe decidir si creer que Jesucristo es la resurrección y la vida o seguir creyendo que la religión o los ídolos o los “santos” lo salvarán de la condenación eterna, cosa que es imposible.

3.  Es un acto voluntario del hombre.

Acudir a Jesucristo es un acto totalmente voluntario, dado que recibimos de Dios la plena libertad para elegir entre el bien y el mal.  La verdad es esta: Nadie está obligado a salvarse; pero si no acudimos a Jesucristo, entonces no seremos libres, sino que seguiremos siendo esclavos del pecado, el cual nos llevará al castigo eterno.

Somos hechos a imagen y semejanza de Dios, creados para hacer buenas obras mediante Jesucristo.  Si hoy la mayor parte de la humanidad anda en pecado, es porque ha hecho mal uso de la libertad y le ha creído más a las obras de las tinieblas que a las obras de Dios.  Dios preparó de antemano las buenas obras, antes de la creación del hombre, para que anduviésemos en ellas; pero el enemigo de Dios y de su creación también ha preparado la cizaña, las malas obras, la maldad, la avaricia, la injusticia, la concupiscencia, etc. y ha puesto deleite en la carne para que el hombre sienta placer haciendo el mal y esto ha causado que no le importe su futuro eterno.

¿Qué te cuesta acercarte a Jesus y aceptar su plan de redención, para que un día no tengas que llorar en el infierno?  Nada, solo basta dejar el orgullo, dejar de creernos autosuficientes, dejar la religiosidad y caminar arrepentidos hacia los pies de Jesús y aceptarlo como nuestro Señor y Salvador.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

 

 

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