¿Quién es tu señor?


Colosenses 3: 23-25.

Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas.”

CONCLUSIONES.

En esta vida hay siervos, pero también hay señores y estos conforman una estructura jerárquica de servicio, hasta llegar al nivel más alto de la escalera. Este nivel más alto para el pueblo cristiano está en poder de Jesucristo, nuestro Señor, de quien somos y a quien servimos los verdaderos convertidos a Cristo.  También hay una estructura en el mundo, a quienes pertenecen los hombres naturales o inconversos, en cuya cúspide está gobernando en diablo: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” Juan 8:44.

Entonces en la cúspide de la escalera cristiana está Jesucristo y en la cúspide de la escalera del mundo está el diablo y de cada uno de ellos se recibe recompensa: De Dios recibimos la herencia en el reino de los cielos; pero del diablo solo se recibe condenación eterna; aun cuando muchos hayan hecho pactos con el diablo; pues él es padre de mentira y ciertamente les incumplirá los pactos, porque él no tiene nada para dar; pues aún él mismo ya está condenado a sufrir eternamente en el lago de fuego y azufre.  Podrás asegurar que le estás sirviendo a Dios, pero si aún no vives en obediencia y santidad a la palabra de Dios, entonces indudablemente le estarás sirviendo al diablo; pues el que peca e infringe los mandamientos de Dios es del diablo: “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.” 1 Juan 3:8.

En la escalera del mundo solo se hace injusticia; pues el diablo es padre del mal y todos sus siervos voluntaria e involuntariamente también imitan lo que su padre hace: Injusticia, maldad, violencia, odio, venganza, deshonestidad, homicidios, mentiras, vicios, drogas, alcohol, adulterios, vulgaridades, orgullo, vanidad, derroche, indiferencia con Dios, indolencia con el necesitado, transgresión de la ley, etc. Y el mal es multiplicado, debido a que el mismo mundo da recompensas: “Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere”, por esta razón es que existen las guerras, pues allí predomina la venganza, más no el perdón produciendo un efecto multiplicador de la maldad en el mundo.  En cambio, en la escalera de Cristo, los que verdaderamente hacen parte de ella, estarán practicando la justicia, el amor, la paz, la misericordia y la verdad y de esta forma seguirán engrandeciendo el reino de los cielos.

Y si servimos a Dios, entonces tenemos que hacer todo de corazón, como si fuera para el Señor; pues de Él es que vamos a recibir la recompensa.  Cuando trabajes hazlo como si fuera para Dios; pues finalmente la recompensa llegará desde el cielo y no desde su jefe o su empresa.  Cuando dirija su negocio, haz todo como si fuera para el Señor, no lo hagas para buscar riquezas o para crecer personalmente en el mundo financiero; sino más bien para servirle al prójimo.  Cuando sirva en su hogar, hazlo como si fuera para el Señor, no solamente porque debes mantener la casa limpia y bien cuidados a sus hijos; sino porque el hogar se lo ha dado Dios y esos hijos son herencia de Jehová.  En todo piensa en agradar solo a Dios; pues todo lo que hagas para el mundo y en nombre del mundo será trabajo perdido; sin embargo, todo lo que se haga para el Señor, recibirá recompensa acá en la tierra y mayormente en el cielo.

Si servimos a Jesucristo, quien es el Señor, entonces de Dios recibiremos la herencia en el reino de los cielos, porque así lo prometió Él.  Hay que recordar que Dios nos manda a hacer tesoros en los cielos, donde no hay corrupción ni hay ladrones y sirviendo a Dios es que creamos y aumentamos esos tesoros.  Es importante sacudirnos y reflexionar sobre a qué tipo de señor le estamos sirviendo; pues muchos se creen hijos de Dios; pero realmente le están sirviendo al diablo, pues el hecho de seguir en desobediencia, en pecado y en rebelión contra Dios, significa que están cumpliendo los deseos del diablo.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y me acerco a ti arrepentido, para que me perdones y me laves con tu sangre derramada en la cruz del calvario.  Yo te acepto hoy como el Señor y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo Espíritu.  A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda estar en el reino de los cielos por una eternidad.  Amen”.






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