La apostasía de la fe.

1 Timoteo 4:1

“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios

CONCLUSIONES.

En el mundo hay muchas sectas, filosofías, ideologías, religiones y denominaciones; lo que supone que ante la mucha diversidad de “caminos”, el hombre debería tener segura su vida eterna; sin embargo no todos estos caminos conducen a Dios: “Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.”  Proverbios 14:12.

Pero si todos tienen la idea de llegar hasta Dios, entonces ¿Por qué la mayoría conducen a la muerte y a la condenación eterna? La mayoría se han apartado del verdadero camino del evangelio y fuera de Jesucristo solo hay tinieblas y condenación. Otros como las iglesias satánicas, no solo se han apartado de la verdad, sino que rinden culto abiertamente al rey de las tinieblas, a satanás, quien los tiene engañados prometiéndoles dinero, riquezas, honra, poder, reinos y hasta gloria que no tiene y dado que es el rey de la mentira, ha logrado engañar a muchos:  “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” Juan 8:44. Entonces el apartarse del verdadero camino del evangelio de Jesucristo, es apostatar de la fe cristiana o ir en contra de ella.

Esta diversidad de caminos está dada principalmente por estos factores:

1.  El orgullo del hombre.  El orgullo y la soberbia hacen que el hombre desista de rendirle culto al verdadero Dios, entonces le buscan sustitutos, buscan dioses que no sean exigentes con el hombre, dioses que no les pidan un cambio de corazón, dioses que les permitan seguir viviendo en pecado, mientras hipócritamente muestran su apariencia de piadosos. Y por esto han resultado infinidad de líderes religiosos falsos, que torciendo la verdad del evangelio, crean doctrinas con las cuales el hombre se sienta halagado y complacido, doctrinas que puedan manipular y acomodar a sus deseos y creencias particulares; por eso es que han resultado tantas falsas doctrinas, que solo están hundiendo al hombre cada día más en el pecado y en la perdición.  La mayoría de sustitutos que busca el hombre para Dios son seres inertes, a los cuales pueden ofender con su estado pecaminoso, sin tener el peligro de ser exhortados, reprendidos o disciplinados.

2.  Espíritus de engaño.  Cuando el hombre no quiere creer en la verdad a causa de su incredulidad, entonces vienen los demonios y los espíritus inmundos a ofrecerles “otra verdad”, aduciendo que mediante esta verdad también tendrán vida eterna y que podrán llegar a tener muchas de las riquezas de las cuales es dueño el verdadero Dios.  Cuando el hombre escucha a estos espíritus y doctrinas, entonces de parte del verdadero Dios es enviado un espíritu de mentira que les hace creer que aquello es cierto:  “Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.” 2 Tesalonicenses 2:11-12.

3.  Doctrinas de demonios.  Cualquier variación que se le haga al evangelio de nuestro Señor Jesucristo, convierte tal camino en doctrina de demonios, dado que se han apartado de la verdad y por eso dichas doctrinas son tomadas como bandera de las tinieblas, para que los demonios adoctrinen al mundo:  “Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.” Apocalipsis 22:19. Por ejemplo, la biblia habla de una trinidad compuesta por Padre, Hijo y Espíritu Santo y algunas doctrinas no creen o no reconocen a todas estas personas, unos solo reconocen a Jehová, otros solo a Jesús y otros creen que el Espíritu Santo solo es una fuerza y no una persona; todo esto son doctrinas de demonios:  “Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.”1 Juan 2:23. También el hecho de negar que Cristo es el salvador y redentor, convierte el tal camino en doctrina de demonios: “¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.” 1 Juan 2:22.

La idolatría también es una doctrina de demonios, quienes le han buscado un sustituto al verdadero Dios, delante de los cuales el hombre se sienta satisfecho y deposite toda su confianza en aquellas imágenes inertes.  Confiar en un muñeco o en un ídolo, es lo mismo que confiar en uno de los tantos líderes que ya murieron y de los cuales ya no existen ni los huesos, eso es confiar en la “nada”.  Dios es vida y por tanto no se puede buscar vida en el reino de los muertos ni en las cosas inertes, sino en el reino de los vivos, donde está la fuente de vida eterna.

El hombre seguirá insistiendo en el dicho popular que reza: “En la variedad está el placer”; pero Dios dice que en la variedad de caminos está la condenación; pues solo hay un camino para llegar a la vida eterna y este es su Hijo Jesucristo:  “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Juan 14:6. Y cualquiera que deseche este único camino, estará apostatando de la fe y si el hombre dice tener otra fe, entonces va por un camino de muerte.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y me acerco a ti arrepentido, para que me perdones y me laves con tu sangre derramada en la cruz del calvario.  Yo te acepto hoy como el Señor y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo Espíritu.  A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda estar en el reino de los cielos por una eternidad.  Amen”.

               

  

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