La sabiduría que desciende de lo alto.

Santiago 3:13-17

“¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.  Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.”

CONCLUSIONES.

Para comenzar citaremos los versículos bíblicos que describen qué es la sabiduría y la inteligencia desde el punto de vista espiritual: “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”.  Proverbios 9:10. Vemos entonces que el fundamento de la sabiduría es el temor a Dios, por cuanto este temor hace que escudriñemos su Palabra y la obedezcamos, dado que allí se describe un conjunto de normas, mandatos y consejos para vivir sabiamente y estar en armonía con Dios y con la naturaleza.  También habla sobre qué es la inteligencia y define claramente que se trata de conocer a Dios y que tal conocimiento es la esencia de la inteligencia porque todo es creado por Dios, sustentado y gobernado por Él, por lo cual el conocimiento de Dios nos lleva a ser inteligentes en todos los ámbitos de la vida. 

Es más sabio e inteligente el que cree que hay un lugar de castigo destinado a los que viven sin arrepentimiento y trata por todos los medios de cambiar su destino, que aquel que no le importa si hay infierno o no, ¿Puede notar la diferencia entre una persona sabia e inteligente y una que no lo es? La persona necia tendrá que reconocer el valor de la sabiduría y de la inteligencia cuando ya esté siendo atormentado en el infierno, pero será tarde porque ya nada puede hacer para cambiar su situación.

No obstante, debemos reconocer que hay una sabiduría terrenal, que es la que proviene de la mente del hombre, en muchas veces inspirada por Dios (como es el caso del descubrimiento de la energía con todas sus aplicaciones) y en otras inspirada por las tinieblas, pero debemos saber que esta sabiduría tiene limitaciones de espacio y de tiempo; de espacio porque solo se limita al mundo material y de tiempo porque solo se mantiene mientras el género humano esté vivo.  No así la sabiduría que proviene de lo alto, cuyo fundamento está en Dios que es eterno y por este hecho ella trasciende los límites de la vida y de la muerte y su ámbito es universal, es decir que no solo tiene aplicación aquí en la tierra, sino también en todo el universo visible e invisible a nuestros ojos.

Una de las principales características de la sabiduría divina es la buena conducta y la mansedumbre que demuestran las personas que la poseen: “Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre”.  Es decir que un sabio no ostenta su sabiduría, mientras que a la vez muestra una vida llena de benignidad y de abundancia en buenos frutos. Pues si hay celos y contención, también habrá perturbación y toda obra perversa, estos son frutos inequívocos que demuestran que tal sabiduría no proviene de lo alto y que por el contrario se trata de la sabiduría terrenal, animal y diabólica; esta última característica tiene la sabiduría cuando proviene del diablo; por ejemplo, la sabiduría que recibió el hombre para avanzar en la carrera armamentista o para fabricar alucinógenos fue dada por el diablo y por eso es diabólica.  Algunos dirán que esta sabiduría es buena porque se está usando para la defensa de las naciones, pero debemos saber dos cosas: Que, si no se hubiesen creado las armas de destrucción masiva, nadie temería a un estallido de guerra y segundo que las armas en sí generan más violencia, pues generan temor, zozobra, intimidación y hasta el deseo de hacer guerra sin motivo alguno (esto es paranoia), como sucede con algunas naciones hoy en día.

Veamos entonces algunas de las características de la sabiduría de lo alto:

1.  Es pura.  Puro significa “Libre y exento de imperfecciones morales”.  Esta sabiduría por provenir de Dios entonces es pura y transparente.

2.  Es pacífica.  Pacífico significa “Tranquilo, sosegado, que no provoca luchas o discordias”.  Es decir que la sabiduría de lo alto produce paz interior en nosotros y también en aquellos que son partícipes de ella.  Esta sabiduría está orientada a buscar la paz de las naciones.

3.  Es amable.  Esto es “Afable, complaciente, afectuoso”.  Por el hecho de provenir de Dios está llena de amor y afecto fraternal.

4.  Es benigna.  Esto es “Afable, benévolo, piadoso”.   Esta sabiduría de lo alto tiene siempre la tendencia a buscar el bien y no hacerle daño a nadie, en cambio la sabiduría que proviene del diablo está solo enfocada en la destrucción del hombre.

5.  Está llena de misericordia.  Ya sabemos que el amor se manifiesta a través de la misericordia y que, por ende, esta sabiduría de Dios conlleva también a compadecerse de las necesidades del hombre.

6.  Está llena de buenos frutos.  Todas las manifestaciones de la sabiduría divina producen buenos frutos y no podrá en ninguna manera utilizarse para hacer el mal o la injusticia, dado que su esencia es la bondad.

7.  Carece de incertidumbre e hipocresía. Dicha sabiduría no genera pánico ni temor, tampoco tiene una doble cara o sea que dice hacer algo bueno y en el fondo o por detrás está haciendo otra cosa.

¿Y para qué sirve entonces la sabiduría de lo alto?  Ciertamente la sabiduría es una virtud de los hijos de Dios, la cual han recibido de su Padre y esta primeramente nos ayuda a vivir en paz y en armonía con el mundo y a estar preparados para esa vida eterna que nos espera, a los que creímos en la obra redentora de nuestro Señor y Salvador Jesucristo y a quienes lo hemos recibido en nuestro corazón.  La Biblia destaca el valor supremo que tiene tanto la sabiduría como la inteligencia, al privilegiar primeramente la sabiduría como una de las mayores riquezas del mundo: “Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; Y adquirir inteligencia vale más que la plata”.  Proverbios 16:16. Si la sabiduría es aún mayor que el oro, ¿Entonces por qué no buscamos la sabiduría divina en vez de buscar los bienes materiales? Es de anotar que la sabiduría divina conlleva a la salvación del alma, entonces fuera de hacernos ricos material y espiritualmente, también nos lleva a obtener la vida eterna en el reino de los cielos a través de Jesucristo: “y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”. 2 Timoteo 3:15.

Estimado amigo y hermano, busca la sabiduría de lo alto, que sin duda alguna es una de las mayores riquezas que podemos obtener aquí en la tierra y esta a su vez nos conducirá inequívocamente hacia la vida eterna en el reino de los cielos.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre derramada en la cruz del calvario.  Yo te acepto hoy como el Señor y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo Espíritu.  A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda estar en el reino de los cielos por una eternidad.  Amen”.  Y si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Hechos 2:21.

 

  

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