La venida del Señor se acerca.

Santiago 5:7-8.

“Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.”

CONCLUCIONES.

Este texto bíblico fue escrito hace más de dos mil años, pero eso no implica que haya dudas en su cumplimiento; pues fue escrito en tiempo futuro, es decir, para el día de hoy, dado que el apóstol Santiago vivió en la misma época de Jesucristo y murió en el año 41 a 44 d.C. esto es 8 a 11 años después de la muerte y resurrección de Jesucristo, por lo tanto era prematuro decir que Jesucristo volvería por segunda vez en aquella época, cuando apenas había acabado de desarrollar el ministerio de su primera venida, cuando hacía poco tiempo que había ascendido al reino de los cielos.  En lenguaje popular, aún no había descansado de su misión de aproximadamente 32 años aquí en la tierra, como para iniciar otra misión 10 años después, máxime cuando uno de los requisitos antes de su venida era que el evangelio fuera predicado por todo el mundo.

Entonces esta expresión “porque la venida del Señor se acerca” es una visión para nuestros días, tanto que han pasado dos mil años y aún no ha sucedido.  Este aparente retraso se da también porque Dios es paciente y no quiere que nadie se pierda: “Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños”.  Mateo 18:14. Ha habido sobre todo del año 2,000 hacia adelante varios supuestos de que Jesucristo venía, pero no se han dado en forma real, porque aún no ha estado en los planes de Dios, máxime cuando el día y la hora nadie lo sabe: “Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre”.  Marcos 13:32. Sin embargo, hoy casi todas las señales de la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo están dadas; exceptuando que, en algunos países de Asia y Medio Oriente, como el caso de Rusia, aún no se ha expandido el evangelio de Jesucristo; pero tal parece que el evento de la guerra de Rusia con Ucrania, en alguna forma deberá influir en la predicación del evangelio en estas naciones.

¿Y qué debemos hacer para prepararnos para la venida de nuestro Señor Jesucristo?  Según el texto bíblico hay varias cosas que debemos hacer:

1.  Recibir a Cristo como nuestro Señor y Salvador

El texto no habla en forma directa de recibir a Cristo, pero sí involucra estas dos palabras: “Por tanto, hermanos”, queriendo decir que se trata de un mensaje para el pueblo de Dios y que, para ser recibido por el hombre común, entonces este debe convertirse y nacer de nuevo para pertenecer a dicho pueblo.  Si usted todavía está alejado de Dios y de la ciudadanía del reino de los cielos, lo primero que debe hacer es correr arrepentido a los pies de Cristo y recibirle como su Señor y Salvador, de lo contrario no hay forma de pertenecer a la familia de Dios, pues seguirá siendo un extraño y los extraños no entrarán al reino de los cielos: “Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco”. Mateo 25:12.

Es necesario entonces ser un verdadero hijo de Dios para poder tener paciencia, pues la paciencia es un fruto del Espíritu y también para afirmar nuestros corazones, pues estas cosas solo se pueden hacer con la ayuda de Dios y con el poder del Espíritu Santo que está presente en el corazón de todos los convertidos.  En este orden de ideas, un amigo del mundo, ni siquiera conocerá el significado de estos requisitos que debe tener un cristiano para esperar la venida de su Señor.

2.  Tened también vosotros paciencia.

¿Cómo debe ser esta paciencia?  Cuando un labrador siembra, no sabe si la tierra está apta para producir buenas cosechas, no sabe si el tiempo con su sol y sus lluvias estarán de parte suya, no sabe si habrá pestes que diezmen los cultivos, no sabe si habrá catástrofes naturales que acaben con la plantación, no sabe si habrá depredadores o ladrones que quieran robar los frutos de su cosecha antes que esta se recoja, tampoco sabe si va a ser buena la producción, tampoco sabe si habrá buenos precios de venta, tampoco sabe si habrá clientes dispuestos a comprar, etc.; y todos estos factores hacen que el sembrador tenga que tener paciencia, además de esperanza y fe en que tendrá una buena cosecha y que de ella recibirá unos buenos dividendos.  De esta misma forma la Palabra nos incita a tener paciencia con la venida de Cristo, pues para que esto se dé, se deben cumplir ciertos requisitos a nivel mundial y para que nosotros podamos partir con el Señor también hay otros requisitos, por eso reza el texto: “Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía”.

3.  Afirmad vuestros corazones.

¿Qué significa afirmar nuestros corazones?  Para esto tenemos un aliado muy importante que es la Palabra de Dios y el hecho de estar escudriñando dicha palabra de manera constante y de estar obedeciendo lo que en ella hay escrito, significa que estamos afirmando nuestros corazones y no hay otra forma de hacerlo, pues no puede uno afirmarse en los caminos del Señor si no hay obediencia: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.  Mateo 7:21.

Y para afirmar nuestros corazones primero hay que limpiarlo de toda inmundicia, antes que pueda reposar sobre él el Espíritu Santo de Dios: “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre”.  Mateo 7:21-23.  La sangre de Jesucristo es poderosa para limpiar todo nuestro ser completo, si acudimos a Jesucristo arrepentidos y con deseos de ser limpios y santos, y de esta forma con un corazón limpio, entonces ya podremos caminar firmes en los senderos trazados por Jesucristo, que nos llevarán a la salvación de nuestras almas.

Estimado amigo, arrepiéntete de tus caminos y acude al único que puede salvar tu alma del castigo eterno, a Jesucristo.  Estimado hermano, sigue esperando con paciencia la segunda venida de Jesucristo y no desmayes, porque a la hora que menos pienses, entonces Él vendrá con sus ángeles en gloria para levantar a su iglesia: “Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo”.  Mateo 24:13. Y si muere antes que venga Jesucristo, y usted tiene a Cristo en su corazón, no hay problema, igualmente su alma será recibida por los ángeles de Dios, los cuales le conducirán hasta el paraíso, donde descansará profundamente, mientras llega el tiempo del juicio final al cual tendrán que presentarse tanto los buenos como los malos.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre derramada en la cruz del calvario.  Yo te acepto hoy como el Señor y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo Espíritu.  A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda estar en el reino de los cielos por una eternidad.  Amen”.  Y si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Hechos 2:21.

 

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