Jehová es el único Dios real.

 

Éxodo 33:17-23.

“Y Jehová dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido por tu nombre. El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria. Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro.”

CONCLUSIONES.

Este mundo está lleno de dioses creados por las tinieblas y también por el mismo hombre, ¿pero son estos reales? Si esos dioses provienen de las tinieblas, solo son sustitutos; es decir, espíritus inmundos y demonios que se manifiestan a través de cualquier cosa visible haciéndose pasar por dioses y si fueron creados por el mismo hombre, solo serán estatuas o ídolos muertos, los cuales no pueden moverse, ni pueden hacer bien ni mal.  Sin embargo, el verdadero Dios no tiene origen, existe allí en los cielos desde los siglos y por los siglos y no pudo ser creado por alguien superior porque no existe ningún ser superior a Dios; pero existen pruebas indubitables de su existencia: La primera es la prueba histórica donde el pueblo cristiano relata todos sus milagros y prodigios a través de los años y la segunda es la prueba existencial que consiste en relacionar las maravillas del universo actual con un ser inteligente que las creó, pues solo Dios puede crear cosas de la nada, en cambio la nada no podría crear cosas, como sí lo insinúa la teoría de la evolución.

Lo malo de todo esto es que el hombre en su orgullo y altivez no quiere reconocer que existe un Dios verdadero y por eso es que recurre a los ídolos, primero para desagradar a Dios buscándole sustitutos y segundo para buscarle explicación a todo cuanto existe y sucede aquí en la tierra.

Los ídolos en sí tienen un problema crítico y es que no existen como seres espirituales, ¿pero por qué el hombre confía en ellos? Muy simple, Dios los sana y le dan gracias a los ídolos, Dios les envía provisión económica y le dan gracias a los ídolos, Dios les da una preciosa familia y le dan gracias a los ídolos, Dios les da un empleo bien remunerado y le hacen fiesta al diablo; es decir que le están robando la gloria a Dios para dársela a los ídolos y a los demonios y de esta forma están tratando de “borrar” la imagen de un Dios real y poderoso, aun cuando sus ídolos no sirven de nada.  El mismo hombre es el que da valor a los ídolos para demeritar la soberanía y el poder de Dios, pues el hombre no quiere someterse a nadie, porque está siguiendo la misma filosofía del diablo, consistente en el anarquismo y la independencia absoluta de cada persona.

Miren lo que ocurrió en esta historia del pueblo de Israel, donde los profetas de Baal (que era el dios de la lluvia, el trueno y la fertilidad) y de Asera (que era la gran diosa semítica de la fecundidad.), los cuales eran 850 en total, estuvieron clamando medio día por la manifestación de sus ídolos y estos nunca aparecieron (porque no son reales y solo existen en la mente del hombre): “Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero no había voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho. Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle. Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos. Pasó el mediodía, y ellos siguieron gritando frenéticamente hasta la hora de ofrecerse el sacrificio, pero no hubo ninguna voz, ni quien respondiese ni escuchase.” 1 Reyes 18:26-29.

En el texto inicial había una petición de parte de Moisés hacia Dios, consistente en que le mostrara su gloria, pero hay un principio inviolable y consiste en que ningún ser humano puede ver a Dios, porque morirá en el instante; pero Dios se ideó la forma de colocar a Moisés en una hendidura de la peña y taparlo con su mano mientras él pasaba su gloria y cuando hubo pasado entonces sacó a Moisés de la hendidura y le permitió ver solo sus espaldas:  Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro”.

No así sucede con los dioses de metal, de madera o de yeso pues están tan muertos que ni siquiera se pueden mover de donde los coloquen, están tan muertos que ni siquiera pueden protestar cuando los cargan, cuando los sacuden, cuando los golpean y cuando los llevan donde supuestamente no quieren estar.  Estos están muertos, en cambio nuestro Dios Jehová de los Ejércitos está tan vivo que puede matar a un ser humano si se acerca a él: “Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá”.

¿Y cómo hacemos entonces para poder acercarnos a Él mientras estemos aquí en la tierra? Muy simple, cada cristiano cuando se arrepiente y acude a Jesucristo, recibe al Espíritu Santo en su corazón, con el cual puede conversar e interactuar como si fuera el mismo Dios, pues el Espíritu es la tercera persona de Dios. Ya cuando estemos en el cielo, podremos ver a Dios cara a cara sin estar expuestos a la muerte, pues ya no tenemos cuerpo físico y mejor aún, si tenemos este privilegio es porque andamos en santidad a Dios.

Estimado hermano y amigo, tenemos un Dios real y su nombre es Jehová de los Ejércitos, lo podemos testificar por medio de los relatos bíblicos y también por medio de la creación la cual es una prueba fehaciente de la existencia de un creador absoluto de todo el universo y de todas las cosas y los seres que existen dentro de él: “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”. Romanos 1:20.

Si tienes inquietudes sobre Dios y su creación, puedes acudir al Espíritu Santo, quien abrirá nuestro entendimiento y nos revelará todo aquello que queremos conocer: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. Juan 14:26.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre derramada en la cruz del calvario.  Yo te acepto hoy como el Señor y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo Espíritu.  A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda estar en el reino de los cielos por una eternidad.  Amen”.  Y si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Hechos 2:21.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El sueño espiritual. Romanos 13:11-14

El poder del evangelio (Romanos 1:16-17)

En ningún otro hay salvación. Hechos 4:11-12