Cinco claves para alcanzar la prosperidad.
Cinco claves para alcanzar la prosperidad.
Todos deseamos tener prosperidad, ¿Pero nos hemos puesto a
pensar cuál es la forma correcta de obtenerla? Sin duda alguna, desde el punto
de vista humano pueden existir muchas posibilidades, muchos caminos propuestos
por el hombre y hasta alguien diría que es tan sencillo como ganarse la
lotería; sin embargo, los caminos humanos son solo terrenales y no tienen en
cuenta a Dios, lo que inevitablemente conlleva al fracaso de todo esfuerzo por
traer prosperidad a nuestras vidas.
Texto: Deuteronomio 10:12-14.
“Ahora, pues, Israel, ¿qué pide
Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que
lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que
guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy,
para que tengas prosperidad? He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de
los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella.”
CONCLUSIONES.
Aquí Dios habla directamente a su pueblo y le describe uno a
uno los requisitos necesarios para que alcance la prosperidad: “Ahora, pues,
Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti”. Veamos entonces qué es lo que pide
Dios de nosotros, si es que de verdad nos consideramos parte de su pueblo; pues
los que no son su pueblo con seguridad que no escuchan la voz del verdadero Pastor,
sino que escuchan la voz del diablo que los incita a buscar prosperidad a la
fuerza, a través de la violencia, de la injusticia y de los negocios ilícitos:
1. Que temas a
Jehová tu Dios.
El temor a Dios es el principio de la sabiduría y la fuente
de la vida, por la sencilla razón de que ese temor nos mantiene alejados del
pecado y sus consecuencias; pues un hombre sin temor estará haciendo todo lo
que desagrada a Dios y hasta sentirá complacencia en ello: “El temor de
Jehová es manantial de vida Para apartarse de los lazos de la muerte”.
Proverbios 14:27.
De esta forma, mediante el temor a Dios estaremos en
bendición, porque el temor nos apartará del pecado y de sus consecuencias, ese temor nos librará de la muerte espiritual.
2. Que andes en
todos sus caminos.
Dios a través de su Palabra nos describe los caminos que son
correctos delante de Él, que son caminos de justicia y en los cuales debemos transitar
para recibir su complacencia y su bendición, teniendo en cuenta que si seguimos
nuestros propios caminos podemos terminar en el infierno: “Hay camino que al
hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte”. Proverbios
14:12.
Vivir alejados de Dios no es un buen camino, pues
inevitablemente nos conducirá al castigo eterno; tampoco es bueno congraciarnos
con la idolatría y con sus imágenes, pues son cosas que aborrece Dios y que
hará que se acumule la ira de Dios sobre nuestras vidas hasta que nos consuma: “Vi
en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete
plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios”. Apocalipsis
15:1.
3. Que lo ames.
Amar a Dios es ponerlo por encima de cualquier otra cosa,
tenerlo como asunto de alta prioridad, por eso dice el mandamiento: “Y
amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus
fuerzas”. Deuteronomio 6:5.
Esto quiere decir que cuando usted tiene que tomar
decisiones en cuanto a sus prioridades, entonces deben prevalecer las cosas de
Dios y no las del mundo; por ejemplo, si se siente cansado antes de ir al
servicio de la iglesia y usted toma la decisión de quedarse descansando, entonces
no está amando a Dios con todas sus fuerzas y le estará dando prioridad a la
carne con sus pasiones y deseos. Así mismo ocurre cuando el partido de futbol
se cruza con el servicio de la iglesia; pues si escoge la iglesia estará amando
más a Dios y si escoge ver el partido de futbol estará amando más al mundo que
a Dios.
Y si por su mente ni siquiera se cruza la idea de ir a la
iglesia (aclaro que debe ser una iglesia de sana doctrina), entonces su
situación es más grave aún, porque no se quiere acercar a Dios, y si no se
acerca a Él, mucho menos podrá tener comunión con Él y tampoco podrá amarle de
verdad.
4. Que sirvas a
Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
No solo se sirve a Dios trabajando directamente en su obra,
sino dando testimonio de su Palabra a todas las personas con quien tenemos
alguna relación, dándole gracias por todo lo que sucede en nuestras vidas,
poniendo todos nuestros asuntos en sus manos a través de la oración y confiando
en que se hará su bendita y santa voluntad en nuestras vidas y en todo lo que
nos rodea: “Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus
aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti”. Éxodo 23:25.
Este servicio se puede ejercer desde nuestro trabajo
secular, haciendo todo con amor como si fuera para Dios y no para el hombre: “Y
todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los
hombres”. Colosenses 3:23.
5. Que guardes los
mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy.
Aquí viene la clave de todo este asunto y es que sin
obediencia no habrá forma de agradar a Dios, sin obediencia no podremos
alcanzar el estatus de hijos, sino que seguiremos siendo unos extraños para Él:
“Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, y mi
hermana, y mi madre”. Marcos 3:35.
Es entonces el cumplimiento de todos estos puntos y cuya
cumbre es la obediencia, lo que nos llevará a que Dios derrame de su bendición
en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestras posesiones y también en
nuestro trabajo: “Para que tengas prosperidad”.
Y finalmente Dios nos recuerda que todo cuanto existe
proviene solo de Él y que solo Él las podrá dar a quienes le busquen de
corazón, no a los que solamente desean prosperidad pero que no quieren
comprometerse con Dios: “He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los
cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella”.
Estimado hermano y amigo, no solamente basta con desear
prosperidad, no basta con buscar un buen empleo, no basta con emprender un buen
negocio, no basta con comprar la lotería, no basta con tener varios postgrados
y maestrías; solo basta con agradar a Aquel que es dueño de todo cuanto existe
incluyendo las riquezas y si le agradamos a Él, entonces Dios en su infinito
amor nos dará todo cuanto necesitemos y aún más, porque Él es fiel a su
Palabra.
Que Dios los bendiga grande y abundantemente.
Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta
sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y me
acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre derramada
en la cruz del calvario. Yo te acepto hoy como el Señor y Salvador de mi
vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me purifiques y me
santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo Espíritu. A partir
de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a leer tu Palabra, a meditar
en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda estar en el reino de los
cielos por una eternidad. Amen”. Y si estás en peligro de
muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la misericordia de nuestro
Señor Jesucristo, clamando a gran voz por salvación: “Y todo aquel que
invocare el nombre del Señor, será salvo.” Hechos 2:21.
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