Dios es el que alimenta al hombre.
Dios es el que alimenta al hombre.
Cada vez hay mayor preocupación por la crisis alimentaria
mundial, dado que en los países más pobres se están muriendo muchos niños a
causa de desnutrición. Miremos lo que dice la OMS en comunicado del 6 de julio
de 2022: Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS: “Cada año
mueren 11 millones de personas a causa de dietas poco saludables. El aumento de
los precios de los alimentos significa que esto no hará más que empeorar”. Mirando esto surge una pregunta: ¿Y si Dios
nos creó, no debería también alimentarnos? La respuesta la da el mismo Dios y
está escrita en su Palabra.
Texto: 1 Reyes 17:1-6.
“Entonces Elías tisbita, que era de
los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya
presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi
palabra. Y vino a él palabra de Jehová, diciendo:
Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit,
que está frente al Jordán. Beberás del arroyo; y yo he mandado a los
cuervos que te den allí de comer. Y él fue e hizo conforme a la palabra de
Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al
Jordán. Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana,
y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo”.
CONCLUSIONES.
Según este texto, Dios envía al profeta Elías a vivir
temporalmente al pie de un arroyo cerca del río Jordán por dos motivos: Primero
Elías ya había profetizado por voluntad de Dios que no habría lluvia por tres
años en Israel por lo cual iban a escasear los alimentos y segundo que por esta
causa iba a ser perseguido por el rey Acab, debido a que fue inculpado por la
sequía, aunque esta fue enviada por Dios como un juicio contra el pueblo Israel
por haber dejado a Jehová y por rendirle culto a dioses extraños.
Entonces la orden de Dios era muy clara: “Y vino a él
palabra de Jehová, diciendo: Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y
escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán”. En ese arroyo no había población alguna, ni
aldeas, ni asentamientos humanos y mucho menos restaurantes, pero iba con la
promesa de que Dios lo sustentaría con sus propios recursos: “Beberás del
arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer”.
¿Y por qué unos simples cuervos le obedecían a Dios? Toda la
creación está sujeta a Dios, excepto el hombre que tiene libertad de sujetarse a
Dios o a las tinieblas y por supuesto las mismas tinieblas. Los cuervos
recibieron orden y ellos no tienen razonamiento para sentarse a pensar si
obedecían o no, sencillamente tenían que obedecer. ¿Y de dónde traían la carne
y el pan? Seguramente no tenían forma de entrar a un restaurante por dos
razones: Al verlos serían espantados por sus dueños y como segundo la sequía
trajo escasez de alimentos y por consiguiente todos los restaurantes (llamados
en ese entonces mesones y que tenían otros servicios) estaban también cerrados.
Bueno, ¿Y entonces de dónde estos cuervos traían el
alimento? Muy simple, este era alimento del cielo, traído de la misma parte de
donde Dios enviaba el maná en forma de rocío sobre el desierto para alimentar a
su pueblo Israel, lo cual hizo durante cuarenta años sin disminuir la cantidad
diaria prometida y más bien aumentándola debido al crecimiento del pueblo: “Nuestros
padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les
dio a comer”. Juan 6:31.
Dios tiene abundante provisión en su reino y seguramente
también tendrá panaderías, allá no hay escasez, allá no hay sequías ni
tormentas que afecten la producción de alimentos. Y quizás sean alimentos más
especializados, tratándose de un mundo totalmente diferente en el que no hay
cuerpos físicos por alimentar y en la biblia encontramos evidencia de que sí
hay comida, como la que se va a repartir en la cena de las bodas del cordero: “Y
el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de
las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios”. Apocalipsis 19:9.
¿Y por qué los cuervos no se comían el plan y la carne? Es
simple, ellos solo estaban cumpliendo una misión y durante este tiempo no se
acordaban de que ellos también comían; sin embargo, surgen muchos interrogantes
y uno de ellos es ¿Cómo sabían la dirección del arrojo donde debían entregar el
pedido de comida para Elías? Es simple, ¿han escuchado sobre el GPS? Pues los
animales tienen GPS incorporado en su naturaleza y por esa misma razón existen
las migraciones, donde los animales viajan miles de kilómetros huyendo del
calor o del frío y cuando pasa la estación vuelven a su lugar de origen sin
perderse; entonces los cuervos ya tenían la ubicación exacta de Elías (dada por
Dios) e iban hasta allá a entregar el pedido y luego volvían a su punto de
origen a esperar la siguiente encomienda.
Ahora, Dios en su infinito poder y en la abundancia de sus
riquezas puede usar tanto recursos terrenales como también recursos
espirituales, de igual manera todo fue creado por Él para que cumpliera sus
propósitos y uno de ellos es sostener al hombre, mayormente a sus verdaderos
hijos, a los que buscan su presencia: “Vosotros, pues, no os preocupéis por
lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa
inquietud. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro
Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. Mas buscad el reino de Dios, y
todas estas cosas os serán añadidas”.
Lucas 12:29-31
Dios alimenta las aves, los animales del campo ya sean
cuadrúpedos o reptiles y hasta los peces del mar; entonces también su propósito
es ser un padre protector y alimentar a sus hijos, pero para que esto suceda
nos exige que hagamos una sola cosa: “Mas buscad primeramente el reino de
Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Mateo 6:33. El
hecho de buscar su reino, es una prueba fehaciente de que somos sus verdaderos
hijos; pero la gente del mundo está haciendo algo diferente y es buscando las
cosas terrenales como riquezas, fama, poder, dinero y diversión, y en su loca
carrera han entregado su vida y sus almas al servicio de las tinieblas.
A pesar de esto Dios también bendice a los injustos y pecadores
y extiende sobre ellos su misericordia y por tal razón los pecadores al parecer
a veces viven mejor que los justos: “Para que seáis hijos de vuestro Padre
que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace
llover sobre justos e injustos”. Mateo 5:45. Es mucho el esfuerzo que hace
el hombre por cubrir sus necesidades alimentarias, pero si mirara hacia Dios,
encontraría que solo basta buscar de su presencia, para que Dios envíe la
provisión diaria para nuestras vidas.
Dios es poderoso para cambiar las condiciones climáticas y
aumentar la producción de alimentos, pero el declive espiritual del hombre, su
desobediencia y su rebelión en contra de Dios han hecho que Dios se aleje de
nuestras vidas y que nos trate como a extraños y no como a hijos y de esta
forma quedamos fuera de su cobertura y expuestos a los problemas de este mundo.
Sin embargo, si nuestros caminos fueran justos, Dios mismo
retiraría los juicios que actualmente están cursando sobre el planeta y sus
habitantes, también cambiaría las condiciones climáticas y enviaría la lluvia a
su tiempo y en su justa medida, para que hubiera abundancia de alimentos sobre
la tierra; pero el hombre no quiere saber nada de Dios y anda en su locura como
un caballo sin frenos por el camino del pecado y de la injusticia, sin advertir
que su final es la muerte segunda en el lago de fuego y azufre.
Estimado hermano y amigo, hay que buscar el reino de Dios y
su justicia, para que vengan tiempos de abundancia a nuestras vidas, a nuestras
comunidades y a nuestros hogares. No podemos exigirle a Dios que cumpla con sus
obligaciones para con sus hijos si sus hijos ya están convertidos en seres extraños
para Dios, si sus hijos ya adoptaron otro padre (el diablo, pues el que peca es
del diablo) y están entregados al vicio, al pecado, a la corrupción, a la
injusticia y a la idolatría.
Elías le estaba sirviendo a Dios y por lo tanto era su hijo
y por ser hijo tenía todos los privilegios, entre ellos la atención de sus
necesidades básicas y por eso Dios estaba preocupado de su seguridad como persona
(y lo demostró proveyéndole un escondite de la furia del rey) y también de su
seguridad alimentaria (y lo demostró sustentándolo en forma extraordinaria): “Y
los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y
bebía del arroyo”. No le tocó alimentarse de hierva, ni de frutos del campo
como los animales, sino que recibió alimentos más procesados y sofisticados
como el pan sacado del horno y posiblemente carne asada al fuego.
Que Dios los bendiga grande y abundantemente.
Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre derramada en la cruz del calvario. Yo te acepto hoy como el Señor y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo Espíritu. A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda estar en el reino de los cielos por una eternidad. Amen”. Y si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Hechos 2:21.
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