Cómo gozar de la misericordia y la justicia de Dios.
Muchos son los problemas por los que atraviesa la humanidad en estos tiempos modernos; ¿Será que alguien puede solucionarlos y tener misericordia de cada uno de nosotros?
Texto: Salmos 103:17-18.
“Mas la misericordia de
Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos; Sobre los que
guardan su pacto, Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por
obra”.
CONCLUSIONES.
Indudablemente, unas de las principales manifestaciones del
amor de Dios es la misericordia y la justicia y estas virtudes son eternas, así
como lo es su dueño.
Necesitamos misericordia para que haya paz en vez de
guerras, necesitamos misericordia para que haya abundancia y no escases de
alimentos y recursos, necesitamos misericordia para que hayan fuentes de empleo
y que disminuya la pobreza absoluta, necesitamos misericordia para que abunde
la salud y no las enfermedades, necesitamos misericordia para que tengamos
gobernantes honestos y justos, y mayormente necesitamos misericordia para que
Dios nos ayude a encontrar su reino y que no terminemos perdidos en el
infierno.
También necesitamos de justicia para que las naciones no
entren en disputa unas con otras, necesitamos de justicia para aplacar la
soberbia y la altivez de algunos líderes y gobernantes que con sus decisiones
cometen atrocidades y genocidios, necesitamos de justicia para que la cobertura
de la salud llegue equitativamente a todos los estratos sociales, necesitamos
de justicia para que el hombre no se aprovece de los fenómenos climáticos para
subir el precio de los alimentos y de los servicios públicos, necesitamos de justicia
para que laboratorios, clínicas y especialistas no se enriquezcan a causa de
las enfermedades del ser humano, necesitamos de justicia para que las riquezas
queden bien distribuidas y no como pasa actualmente que unos pocos son
multimillonarios, mientras muchos seres humanos no pueden comer los tres
alimentos del día, necesitamos de justicia para que los que tienen el poder no
lo usen para despojar a otros y aumentar sus riquezas; y seguramente si
seguimos analizando habrá muchos casos en que la injusticia se está expandiendo
sobre la tierra.
Es lógico que ningún ídolo, por el hecho de estar muerto,
podrá suplir estas necesidades del hombre, ¿Entonces la pregunta es si nuestro
Dios Jehová de los Ejércitos si puede suplir estas necesidades en el hombre?
Ciertamente la misericordia de Dios es eterna como lo anuncia el texto “Mas
la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad” y su
justicia se derrama de generación en generación “Y su justicia sobre los
hijos de los hijos”.
¿Pero si nuestro Dios hace misericordia y justicia, entonces
por qué hay tantos problemas a nivel mundial en el día de hoy? Hay dos
requisitos que exige Dios para que pueda derramar estas dos bendiciones sobre
los habitantes de la tierra:
1. Para desatar la
misericordia se necesita el temor a Dios.
“Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y
hasta la eternidad sobre los que le temen”.
El temor a Dios se refiere más al respecto que al miedo y consiste en
apartarse del pecado porque hay un Dios al cual le debemos respecto y
obediencia. Y esto no es lo que sucede hoy, cuando a medida que avanzan los
tiempos, el pecado antes se multiplica sobre la tierra, por lo cual solo podrán
alcanzar misericordia aquellos pocos que de verdad le temen a Dios.
Entonces por el hecho de haber abundancia de maldad
significa que también hay escasez de misericordia sobre la tierra, no que esta
haya disminuido, sino que Dios no encuentra personas dignas de recibirla y de
poder gozar de ella, pues Dios no podrá tener misericordia de aquellos que le
sirven al mal, hasta que no se arrepientan y vuelvan su mirada a Dios; de lo contrario esto
sería como tratar de ayudar a alguien que no quiere saber nada de nosotros y también como tenemos plena libertad, Dios sencillamente se abstiene de alterar el curso
de nuestras vidas.
Y ese temor a Dios es el fundamento de la sabiduría y la
inteligencia celestiales, no las humanas: “Y dijo al hombre: He aquí que el
temor del Señor es la sabiduría, Y el apartarse del mal, la inteligencia”.
Job 28:28. Es por eso que el temor a Dios trae innumerables bendiciones fuera
de la misericordia.
2. Para desatar la
justicia se necesita guardar el pacto y poner por obra sus mandamientos.
“Y su justicia sobre los hijos de los hijos; Sobre los
que guardan su pacto, Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos
por obra”. Por su parte la justicia
es actuar conforme al derecho de cada persona, derecho que tiene según las
instrucciones del manual de vida que es la Palabra de Dios. No se puede hacer
una verdadera justicia en base a las leyes creadas por el mismo hombre (a no
ser que tengan su fundamento en la Palabra de Dios), dado que el hombre es
pecador y por tanto su propia justicia generalmente está apartada de la
justicia de Dios; es el caso de las leyes sobre matrimonios de personas
homosexuales, creadas para favorecer a un grupo social, pero que no tienen ningún
fundamente bíblico.
Entonces para hacernos merecedores de la justicia de Dios, es necesario ser
obedientes a su Palabra y así mismo poner por obra sus mandamientos. Y si la gran parte de la humanidad anda
alejada de Dios, entonces se podría decir que la mayoría también es
desobediente, porque si no conocen la Palabra, tampoco sabrán que hay
mandamientos por obedecer; y por esa causa la justicia de Dios está alejada de este
mundo y solo podrán disfrutar de ella sus verdaderos hijos, quienes escudriñan
la Palabra de Dios y la obedecen.
Por la situación actual de la humanidad es que estamos
recibiendo juicios de parte de Dios, cosas que ya estaban profetizadas desde
tiempos antiguos y que están sucediendo frente a nuestros ojos, como antesala
del final de los siglos: “Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad
que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es
el fin”. Mateo 24:6.
Y por eso Dios dice que el hombre entendido es aquel que
practica sus mandamientos y que este será elogiado para siempre: “El
principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen entendimiento tienen
todos los que practican sus mandamientos; Su loor permanece para siempre”.
Salmos 111:10.
Estimado hermano y amigo, tenemos un Dios infinito en
misericordia y también en justicia, pero estas bendiciones no las puede las
disfrutar el hombre común por cuanto no hay temor de Dios en sus corazones y
mucho menos conocen la Palabra de Dios para obedecerla; y por esto este mundo
seguirá de mal en peor. Lo bueno es que
Dios seguirá haciendo misericordia y justicia con cada persona que de corazón
decide alejarse del pecado, buscar a Dios y obedecer su Palabra.
Que Dios los bendiga grande y abundantemente.
Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre derramada en la cruz del calvario. Yo te acepto hoy como el Señor y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo Espíritu. A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda estar en el reino de los cielos por una eternidad. Amen”. Y si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Hechos 2:21.
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