Decide hoy a quién servir, si a Dios o a los ídolos.


Hay muchos dioses en este mundo, dioses hechos de metal, de madera, de yeso o de piedra, ¿pero será que estos le pueden ayudar a la humanidad a superar sus problemas y finalmente la podrán conducir al reino de los cielos?

Texto: Salmos 115:3-8.

Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho. Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, y cualquiera que confía en ellos”.

CONCLUSIONES.

En este texto bíblico encontramos varios principios:

1.  El Dios verdadero está en los cielos.

Nuestro Dios, Jehová de los Ejércitos está sentado en su trono en el reino de los cielos y su hijo Jesucristo está sentado a su diestra y el único que hace presencia en la tierra es el Espíritu Santo de Dios que mora en el corazón de los verdaderos cristianos, con el fin de consolarlos hasta que estos partan con Dios el Padre hacia la eternidad: “Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho”. Dado este principio, si los tales dioses están colocados en un espacio del tempo, entonces son ídolos, porque el verdadero Dios es uno solo y está en los cielos.

2.  Los dioses del mundo son hechos de materiales de origen terrestre.

Los ídolos o dioses paganos son hechos de oro, plata, madera, yeso y aún de piedra, materiales que son puramente terrestres.  Si admitimos que un dios puede estar hecho de materiales comunes, entonces le estamos quitando la categoría de Dios y lo estamos rebajando hasta el nivel humano, porque nosotros como hombres estamos formados también de materiales comunes: “Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres”. Acorde a este principio, un dios no puede ser formado por materiales creados por un ser supremo (el verdadero Dios); de lo contrario ya no es Dios sino un ídolo.

3.  Estos dioses son hechos por manos de hombre.

El Dios verdadero no tiene principio ni tiene fin y por lo tanto no pudo ser construido por nadie; por tanto, si los dioses del mundo tienen que ser construidos entonces pierden la categoría de eternos y se reducen a solo cosas temporales. 

Otro principio es que Dios es nuestro creador y nosotros sus criaturas, y por tanto es imposible que una creatura pueda hacer a un creador con sus propias manos. Dados estos dos principios todos estos dioses de origen humano o diabólico, pierden automáticamente su categoría de dioses y por tanto pasan a ser solo ídolos: “Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres”.

4.  Estos dioses son hechos a semejanza del hombre, pero sus sentidos no funcionan.

A pesar de los esfuerzos del hombre para crear dioses de todo tipo incluyendo imágenes de animales, a esos les falta lo más importante y son sus sentidos funcionales y mientras no tengan sentidos con los que puedan interactuar con el hombre, entonces estos ídolos son solo momias que no se mueven, ni respiran, ni hablan, ni oyen, ni ven, ni entienden: “Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta”.

Por todo lo anterior podemos decir sin lugar a duda, que los ídolos son semejantes a los muertos (solo que no hieden), pues ni siquiera se pueden mover de donde los colocan.  Y así mismo los que fabrican estos ídolos también están muertos y aunque se puedan mover con sus piernas, están muertos espiritualmente; es decir, que con sus obras perversas han desagradado a Dios y a ellos solo les espera el llanto y el crujir de dientes por una eternidad: “Semejantes a ellos son los que los hacen, y cualquiera que confía en ellos”.

Y si los que hacen estos ídolos están muertos, mucho más muertos están los que confían en ellos, pues dejar de confiar en el Dios verdadero, para rendirle culto y veneración a una imagen creada por el hombre, ciertamente es un error descabellado que muchos no lo ven así, porque en ellos opera un espíritu de mentira que les hace ver que estos dioses son reales y que pueden ser salvos a través de ellos: “Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia”. 2 Tesalonicenses 2:11-12.

¿Y por qué esos ídolos están totalmente muertos? Para que un ser humano esté vivo, necesita espíritu y este solo lo puede aportar el verdadero Dios; por tanto, es imposible que un hombre (que no tiene poder creador) pueda colocar un espíritu en el ídolo que ha creado con sus manos y si el tal ídolo no tiene espíritu, no puede moverse, no puede comunicarse con el hombre a través de sus sentidos y peor aún está muerto porque le falta el espíritu: “Todo hombre se ha infatuado, y no tiene ciencia; se avergüenza todo artífice de su escultura, porque mentira es su ídolo, no tiene espíritu”. Jeremías 51:17.

Estimado hermano y amigo, tenemos que alejarnos de los ídolos y los dioses paganos para que no provoquemos a ira al Dios verdadero y así gozar de su bendición y finalmente también gozar de la vida eterna: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen”. Éxodo 20:4-5. Y este mandamiento incluye la prohibición de hacer imágenes o esculturas de Dios, de su hijo Jesucristo o de su Espíritu Santo, porque el hombre dejará de buscar a Dios en el cielo, para poner su mirada en imágenes totalmente terrenales, las cuales convertirá en sus dioses.

La iglesia popular abunda en ídolos, pero sus dirigentes dicen que esos no son dioses, que son solo representaciones y medios por los cuales se comunican con el Dios verdadero; pero en esencia están violando tres mandamientos: No te harás imagen, no te inclinarás a ellas, ni las honrarás. Y peor aún, el único intermediario entre Dios y los hombres es Jesucristo hecho hombre y estas religiones están remplazando a Jesucristo por momias muertas. Así les hayan dado dignidad a sus ídolos, estos seguirán provocando la ira de Dios porque son contrarios a su voluntad y es menester recordar que ningún idólatra tendrá herencia en el reino de los cielos: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”. Apocalipsis 21:8.

Otros sencillamente dicen ignorar estos ídolos, estatuas o imágenes cuando visitan una iglesia popular y dicen que por tal razón no están cometiendo ningún pecado, y eso es un terrible error, por cuanto entrar a un recinto de esos hace que la persona se contamine inmediatamente, dado que detrás de un ídolo hay miles de demonios trabajando para convencer a las personas que eso es un dios real y que deben honrarlas y más aún están convenciendo al mundo de que a través de ellas irán al cielo sin problema. Ya se han dado casos en que los demonios hacen llorar lágrimas de sangre a una estatua, con el fin de que las personas la veneren y desagraden al Dios verdadero.

La verdad es que estos objetos como adorno son hermosos y más aún si están recubiertos de oro y están ubicados en una gran catedral; pero entre más grande el sitio y entre más ídolos tenga, mayor es la contaminación que hay de parte del infierno, pues a través de esta suntuosidad y de este ambiente sacrosanto, los demonios impactan más fácilmente el corazón de los hombres. 

Y la verdad es que allá se siente la presencia de seres infernales, que le hacen erizar los pelos a cualquiera y esa es la razón para que los que andan en rebelión contra Dios y han decidido creer en la mentira entonces queden absolutamente convencidos de que allá está el verdadero Dios; pero no se equivoque, que Dios está en los cielos, también su hijo Jesucristo y el Espíritu Santo de Dios está en cada corazón de aquellos que se han arrepentido y han recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador.  

Eso sí, hay que hacer la salvedad que el Espíritu Santo se mueve en la alabanza de su pueblo (pero de un pueblo santo no entregado a la idolatría) y que su presencia también está donde hay dos o más reunidos en su nombre; así mismo Dios tiene sus ojos puestos sobre todos los habitantes de la tierra (aunque esté en el cielo), de tal forma que somos “vigilados” en todo momento.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre derramada en la cruz del calvario.  Yo te acepto hoy como el Señor y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo Espíritu.  A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda estar en el reino de los cielos por una eternidad.  Amen”.  Y si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Hechos 2:21.

  

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