¿Quién de los tres es el culpable?
¿Por qué el mundo va tan mal y no parece haber forma de que mejore algún día? El cambio climático empeora cada día, la degradación social se expande, la injusticia aumenta, el hurto está al orden del día, las crisis financieras están a la puerta, las guerras entre naciones se encrudecen destruyendo todo a su paso, los gobernantes se enseñorean del pueblo, aparecen nuevas enfermedades, aumenta el número de personas que padecen hambre y miseria, aumentan las religiones erróneas que conducen al hombre a la perdición de sus almas, aumenta el egoísmo, aumenta en las personas la depresión y la ansiedad hasta el punto de tener que depender de medicinas psiquiátricas, etc.
Texto: Jeremías 18:11-12.
“Ahora, pues, habla luego a todo hombre de Judá y a los
moradores de Jerusalén, diciendo: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo dispongo
mal contra vosotros, y trazo contra vosotros designios; conviértase
ahora cada uno de su mal camino, y mejore sus caminos y sus obras. Y dijeron: Es en
vano; porque en pos de nuestros ídolos iremos, y haremos cada uno el
pensamiento de nuestro malvado corazón”.
CONCLUSIONES.
Al final de cada generación, la maldad y el caos se
multiplican y Dios se ve obligado a enviar juicios sobre ella hasta destruirla,
dado que el hombre no reacciona a sus llamados de advertencia. Es así como la
generación de Noé fue destruida mediante el diluvio universal, la generación de
Babel fue esparcida mediante la confusión de su lenguaje, la generación de los
sodomitas fue destruida con fuego y azufre los cuales consumieron a las
ciudades de Sodoma y Gomorra y aún el pueblo de Israel fue destruido en sus dos
terceras partes por espada, hambre y pestilencia y luego el remanente fue
llevado cautivo a Babilonia.
Para esta generación de hoy también hay juicios
decretados en el Apocalipsis, los cuales se llevarán a cabo sin duda alguna,
dado que el hombre ha cerrado sus oídos a los llamados de arrepentimiento que
ha enviado Dios por todo el mundo: “Por estas tres plagas fue muerta la
tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de
su boca”. Apocalipsis 9:18. Pero ni aún con los juicios se arrepentirán, por
el contrario, blasfemarán contra Dios: “Y los otros hombres que no fueron
muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus
manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata,
de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar”.
Apocalipsis 9:20.
Dios ha seguido de cerca este proceso en tres pasos:
1. La
advertencia.
“Así ha dicho Jehová: He aquí que yo dispongo mal
contra vosotros, y trazo contra vosotros designios”. Por uno o por más
medios le habla Dios al hombre, pero este hace caso omiso de sus advertencias,
cree que los juicios de Dios son mera palabrería o que son sacados de un libro
de cuentos.
2. El
llamado.
“Conviértase ahora cada uno de su mal camino, y mejore
sus caminos y sus obras”. El llamado de Dios es que el hombre se arrepienta
de sus malos caminos y que acepte el plan de salvación diseñado a través de su hijo
Jesucristo. Pero el hombre no quiere convertirse de sus malos caminos, tampoco
quiere dar frutos de bondad, ni de justicia y más bien sigue perseverando en la
maldad.
3. La
respuesta.
“Y dijeron: Es en vano; porque en pos de nuestros
ídolos iremos, y haremos cada uno el pensamiento de nuestro malvado corazón”.
En todas las generaciones, Dios ha recibido la misma respuesta del hombre,
quien con su corazón perverso dice: No hay Dios, nuestros dioses son los ídolos
de yeso, de metal o de piedra que tienen nuestras religiones.
Y si al menos reconocen la existencia del Dios verdadero,
entonces le responden: No buscaremos de Dios, no le serviremos, no nos someteremos
y tampoco le obedeceremos. Y peor aún le
dicen a Dios: Haremos cada uno según nuestro pensamiento. Esto lo dijo el
pueblo de Israel que supuestamente andaba en la presencia de Dios, entonces
¿Qué le dirá a Dios el mundo de hoy que anda perdido en el pecado y en la
maldad? Si han quemado iglesias cristianas juntamente con sus miembros, se
imaginan entonces ¿Qué dirán en contra del Dios real?
EL CULPABLE.
El hombre de hoy solo quiere obedecer al diablo y hasta
parece que haya placer en ello; pero es el diablo quien lo incita a pecar, a
inmiscuirse en los vicios y a buscar los placeres de la carne y del mundo; y
este diablo es quien finalmente hace que el hombre esté en rebeldía contra Dios,
que deseche su plan de salvación y como consecuencia de ello vaya a parar al infierno
por una eternidad. Lo peor de todo es que el diablo los convence de que el
infierno es un lugar maravilloso donde van a disfrutar, para que de esta forma
no se sientan inhibidos y se desborden cometiendo pecados, injusticias y
maldad.
Apenas hay una pequeña fracción de la población que han
abierto sus oídos al evangelio de Jesucristo y se han arrepentido; pero con la
mayoría no ocurre lo mismo, tanto que en algunos países hay pena de muerte,
exilio y persecución para los que prediquen el cristianismo, porque va en
contravía de sus religiones populares, las que a su vez están avaladas por el
gobierno. Y en los países donde hay libertad de culto, entonces muchas personas
creen que el cristianismo se trata de una religión más y hasta se burlan de los siervos de Dios
que fueron a evangelizarlos, a ellos les cierran las puertas, los escupen, los
persiguen, los maltratan, los maldicen, los critican, etc. En síntesis, esto es
un NO rotundo al llamado de Dios, no dejando con ello ninguna alternativa
diferente al juicio sobre la humanidad.
Y por esta respuesta del hombre, es que este mundo no
tiene posibilidades de mejorar, exceptuando el periodo de 3.5 años de la gran
tribulación donde comienza el reinado del anticristo y donde habrá una aparente
paz mundial, luego de la cual vendrán los juicios de parte de Dios.
¿Entonces quién es el culpable?
Dios no puede ser porque Él tiene la puerta abierta del
arrepentimiento para todo aquel que de verdad quiera convertirse de sus malos
caminos, tanto así que entregó a su hijo Jesucristo a la muerte en la cruz del
calvario, para con su sangre limpiar de pecado a todo aquel que acude
arrepentido a los pies de Cristo.
Tampoco el diablo es el culpable, pues él propone y
espera que el hombre decida; en síntesis, el diablo no puede obligar a nadie,
más bien le hace malas propuestas, le pone las tentaciones, le pone
zancadillas, le pone tropiezos; pero al hombre le fue dado entendimiento y uso
de razón para determinar si toma las propuestas del diablo o sigue a los
llamados de Dios, pues Dios le dio total libertad para escoger entre el bien o
el mal.
Y si Dios no es el culpable, ni tampoco el diablo, entonces solo queda un integrante de la lista como el único culpable del caos que vive el mundo y ese es el hombre, por andar alejado de Dios y en rebeldía contra su Creador. Un caso parecido sucedió en la barca donde iba Jonás, que estaba apunto de naufragar en medio de una gran tormenta, donde el único culpable era Jonás quien desobedeció a Dios y andaba huyendo de su presencia; pues fue enviado a pregonar contra la ciudad de Nínive y en su lugar se embarcó para Tarsis, en la dirección contraria.
Estimado hermano y amigo, este mundo cada día es más
perverso porque hay más hombres contaminados por el mal, que tomaron la
decisión voluntaria de servir como instrumentos del diablo para esparcir el
pecado y la injusticia sobre la tierra. Si usted es uno de ellos, está a tiempo
de arrepentirse y buscar de Jesucristo para que le perdone, lo lave con su
sangre y lo justifique delante de Dios el padre; y para que finalmente sea un
instrumento del bien y no un instrumento del mal.
Y si usted no es consciente de esto, posiblemente viva
dentro de una burbuja sin acceso al exterior e ignorando las malas noticias que
se trasmiten por televisión, o el diablo lo tiene tan enceguecido que todo le
parece normal y esta situación es fatal, porque no se dará cuenta cuando el
juicio llegue a tocar a su puerta. Muchos se sienten buenos; pero con el solo
hecho de decir mentiras, proferir vulgaridades, tomar bebidas embriagantes y
participar en parrandas, ya de por sí están calificados como unos instrumentos
del diablo para esparcir las mentiras, las vulgaridades y los vicios sobre la
tierra.
¿Será que suena a extremismo? No es extremismo, más bien es
la cruda la realidad, sobre todo cuando se fundamenta en la Palabra de Dios y
el término intermedio no funciona para el reino de los cielos, pues usted no puede
ser de Dios y del diablo a la misma vez, o se va con uno o se va con el otro;
pero no puede clonarse para enviar un individuo a cada uno de los extremos, no
puede tener un pie en el cielo y el otro en el infierno, eso es totalmente
imposible.
Que Dios los bendiga grande y
abundantemente.
Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta
sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y
me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre
derramada en la cruz del calvario. Yo te acepto hoy como el Señor y
Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me
purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo
Espíritu. A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a
leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda
estar en el reino de los cielos por una eternidad. Amen”. Y
si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la
misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por
salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”
Hechos 2:21.
Comentarios
Publicar un comentario