Solo debemos servir a nuestro Creador.
Como seres humanos fuimos creados por un ser superior junto a todo nuestro entorno, por cuya razón debemos rendirle culto, adoración y servicio a ese creador; pero el hombre termina sirviéndole a otros seres o cosas y finalmente, en la mayoría de los casos, quien recibe su servicio o adoración resulta ser alguien equivocado.
Texto:
Mateo 4:10.
“Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está:
Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás”.
CONCLUSIONES.
Para comenzar citaremos un texto que nos aclara que solo
hay un Dios cuyo nombre es Jehová de los Ejércitos y también un solo mediador
entre Dios y los hombres (Jesucristo encarnado en cuerpo de hombre) y que a ese
Dios es a quien debemos servir: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador
entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. 1 Timoteo 2:5.
El hombre por su parte tiene en su mente (porque el mundo
se lo ha enseñado), de que existen una gran variedad de dioses; pero de todos
ellos solo hay uno que es real y que se fundamenta en virtudes como la piedad,
el amor, la bondad y la justicia; solo uno de ellos tiene el poder suficiente
para crear cosas de la nada, así como hizo el universo y solo uno de ellos
envió a su hijo a morir en una cruz para pagar el precio del pecado de la
humanidad: “Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino
solo uno, Dios”. Marcos 10:18.
Los otros dioses subsisten bajo la cobertura de las
tinieblas y el propósito de cada uno de ellos está enfocado primeramente en
hacer que toda alma se pierda en el infierno (porque son dirigidos sutilmente
por el diablo) y como segundo están enfocados en la destrucción de la vida del
hombre sobre la tierra: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y
destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.
Juan 10:10.
Solo el verdadero Dios vino a dar vida; en cambio los
otros dioses contaminan, porque ellos en sí mismos están muertos y usted se puede
dar cuenta que existen sectas erradas donde se practica la inmolación, donde
creen que acabando con la vida de los seres humanos y la de ellos mismos, ganan
méritos con sus dioses y que también pueden ganar la entrada libre al lugar de
sus moradas; mas no al cielo, porque este solo pertenece al único y verdadero
Dios.
De este Dios real es del que proceden todas las cosas y
su hijo Jesucristo es quien las sostiene con su poder: “Para nosotros, sin
embargo, solo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y
nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas
las cosas, y nosotros por medio de él”. 1 Corintios 8:6.
Ahora, ¿Por qué satanás estaba tentando a Jesús en el
desierto luego de su bautismo? Jesús bajó del cielo y se encarnó en un cuerpo
humano para ser igual en emociones y sufrimientos a aquellos a los cuales iba a
redimir con su sangre derramada en la cruz del calvario. Es indudable que donde
Jesucristo se haya sometido a las tentaciones del diablo, entonces no podría
haber llevado a cabo su obra redentora, y definitivamente el diablo hubiera
ganado aquella batalla, ya que toda la humanidad entera habría quedado perdida
y a merced de la muerte; es decir, sin posibilidades de salvación para sus
almas.
Pero gracias a que el diablo no lo logró (porque Dios es
su creador y por tanto es superior en poder), hoy podemos acudir arrepentidos ante
Jesucristo y recibirle como nuestro señor y salvador, para obtener la redención
de nuestras almas y así también tener entrada libre al lugar santísimo, donde
mora nuestro Padre Celestial: “Así que, hermanos, teniendo libertad para
entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo”. Hebreos 10:19.
El diablo cuando moraba en el cielo era un querubín
protector, pero cayó en orgullo y altivez y queriendo ser igual a Dios,
entonces fue expulsado del cielo junto con la tercera parte de los ángeles a
los cuales ya había contaminado; y desde entonces, libra una lucha a muerte con
la creación inteligente de Dios; es decir, con el ser humano, buscando con ello
hacer que ningún hombre se acerque a Dios y que tampoco encuentre la salvación
para su alma.
Pues el diablo está perdido y lamentablemente ya hay un
juicio sobre él; por lo tanto, no tiene escapatoria, entonces su plan es tratar
de hacer perder tantos hombres como pueda, llevándolos al infierno juntamente
con él y para eso se ha ideado una multitud de religiones o sectas y también ha
creado un número inimaginable de dioses muertos, los cuales están respaldados
por espíritus inmundos, demonios y gobernadores de las tinieblas, quienes
trabajan arduamente sobre la mente del hombre convenciéndolos de que aquellas
religiones o aquellos dioses que siguen son reales, que proveen eternidad para
ellos y que también hacen milagros visibles por las multitudes; pero que en
esencia, esos dioses no tienen vida y tampoco pueden hacer nada benéfico para
el hombre, porque de lo que ellos es manifiesto, solo se trata del apoyo de
espíritus malignos y demonios.
El mandato de Dios para el diablo y todos sus seguidores
es “Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás”. El problema con
esto es que se estima que el 80% de la población mundial es seguidora del diablo;
es decir, que lo tienen como su padre, así no lo reconozcan o no se hayan dado
cuenta; por lo tanto, serán muchos los que se pierdan en el castigo eterno: “Vosotros
sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer.
Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad,
porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es
mentiroso, y padre de mentira”. Juan 8:44.
Es un seguidor del diablo todo aquel que ha rechazado a
Dios y a su hijo Jesucristo, o aquel que sigue sectas y religiones satánicas, o
todo aquel que vive en idolatría, honrando supuestos dioses hechos de metal, de
madera, de yeso o de piedra; es seguidor del diablo todo aquel que vive para el
mundo con sus pasiones y deseos y que menosprecia la obra redentora de nuestro
señor Jesucristo; es seguidor del diablo todo aquel que sigue practicando las
mentiras, las vulgaridades, la estafa, la extorsión y en general todo tipo de
pecado; etc. El dictamen es muy claro, pues si no vivimos para Dios, entonces
estamos viviendo para el diablo (porque solo hay dos señores a pesar de que
haya muchos dioses): “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo
no recoge, desparrama”. Mateo 12:30.
Muchos dirán, ¡Un momento, que yo no soy del diablo!;
pero es que solo basta ser un mentiroso, calumniador o vulgar para ser un hijo
de diablo; solo se necesita ignorar a Dios y su palabra para ser un hijo del
diablo; solo se necesita participar de las fiestas paganas y de los placeres
del mundo, para ser un hijo del diablo; solo se necesita rechazar la Palabra de
Dios para ser un hijo del diablo; solo se necesita casarse más de una vez o
vivir en adulterio para ser hijo de diablo; solo se necesita ingerir licor y
estar en parrandas para ser un hijo del diablo; solo se necesita ser un avaro,
glotón, usurpador y ladrón para ser un hijo del diablo; solo se necesita ser
injusto y tacaño con nuestro prójimo para ser hijos del diablo; y en síntesis
solo se necesita no hacer nada para buscar de Dios y ya con esto una persona se
convierte en hijo del diablo.
Y aunque el diablo ya ha sido condenado, la orden de
Jesús frente a él fue “Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás”,
y aunque el diablo no se sujetó estando en el cielo bajo el nombre de Lucifer,
tampoco se sujetará estando en la condición actual, pues su orgullo le impedirá
arrepentirse e inclinarse delante de Dios, aunque la Palabra dice que toda
rodilla se inclinará: “Porque escrito está: Vivo
yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará
a Dios”. Romanos 14:11.
Estimado hermano y amigo, solo debemos gratitud a aquel
que nos dio la vida y a aquel que nos sostiene y nos ayuda en este transitar
por la tierra; y por lo tanto es a Él a quien debemos rendirle culto, alabanza,
adoración y servicio, ya que Él se lo merece y su nombre es Jehová de los
Ejércitos, el único y verdadero Dios sobre todo el universo visible e
invisible. Lamentablemente muchos creen que evolucionaron a partir de seres
unicelulares, otros creen que brotaron de la nada y otros creen que fueron traídos
a la tierra por seres de otros mundos, a los cuales rinden culto como si fueran
dioses.
Que Dios los bendiga grande y
abundantemente.
Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta
sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y
me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre
derramada en la cruz del calvario. Yo te acepto hoy como el Señor y
Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me
purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo
Espíritu. A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a
leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda
estar en el reino de los cielos por una eternidad. Amen”. Y
si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la
misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por
salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”
Hechos 2:21
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