Escapa por tu vida.

Existen muchos peligros que asedian la vida del hombre y uno de los mayores es el peligro de perder la salvación, lo que significa estar destituidos de la presencia de Dios por una eternidad, pero ¿Querrá el hombre escapar y salir invicto del gran juicio que se acerca sobre la humanidad?

Texto: Génesis 19:17.

Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas”.

CONCLUSIONES.

Esta historia bíblica narra la forma como Lot el sobrino de Abraham, logró escapar del juicio que Dios hizo sobre las ciudades de Sodoma y Gomorra. Lot no era tan espiritual como su tío, tanto que fue a parar a una ciudad llena de maldad y de injusticia, todo porque vio que las llanuras donde estaban asentadas aquellas ciudades eran fértiles y de pasto abundante donde podría prosperar su ganado, pues era inmensamente rico, pero no tanto como su tío.

Por causa del clamor de Abraham hacia Dios, Él tuvo misericordia de Lot y envió ángeles el día anterior, para que entraran en su casa y lo sacaran a él juntamente con su señora, sus hijas y los que habían de ser los maridos de sus hijas. Sus yernos no creyeron que aquellas ciudades habían de ser destruidas, y aún Lot y su familia estaban reacios a abandonar aquel lugar, de pronto por las riquezas y el buen nombre que tenían en aquella ciudad. Los ángeles tuvieron que tomarlos de las manos y sacarlos hasta afuera de la ciudad, porque no querían salir de allí y luego de esto es donde le dicen a Lot: “Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas”.

¿Y qué similitud tiene esta historia con el mundo moderno?

1.  Sodoma y Gomorra eran ciudades perversas

Allí había hurto, violencia, vicios, corrupción, drogadicción, pecado de todo tipo y sobre todo la decadencia moral, donde ya había intimidad entre personas del mismo sexo, al igual que hoy donde el homosexualismo y el lesbianismo se han proliferado tanto que ya han permeado los gobiernos y sus leyes; haciendo que se aprueben matrimonios homosexuales, herencia entre sus miembros, seguridad social e hijos adoptivos en parejas del mismo sexo; y de ahí se derivó el término “sodomitas”, refiriéndose a la condición depravada de estas ciudades, condición que está aún más avanzada en nuestros días, tanto que enfermedades como el VIH, que son incurables, han sido enviadas por Dios como un juicio para tratar de entorpecer el avance de esta degradación de la raza humana.

Miremos entonces lo que querían hacer en Sodoma con los ángeles enviados por Dios y aunque Lot les ofreció sus hijas, no las quisieron, pues estos hombres ya no gustaban de las mujeres: “Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos. Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró la puerta tras sí, y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad. He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré fuera, y haced de ellas como bien os pareciere; solamente que a estos varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado”. Génesis 19:5-8.

2.  En Sodoma y Gomorra no tenían ni Dios ni leyes morales.

En el mundo moderno no hay Dios, más bien hay una multitud de dioses, cuyos seguidores se han acogido a sus doctrinas porque allí les permiten vivir sin renunciar al pecado; por ejemplo, en la religión popular el hombre puede seguir fornicando, adulterando, robando, bebiendo, fumando, bailando y hasta asesinando; sin que haya quien le ponga freno a esta depravación y lo único que les dicen sus líderes es que el exceso es lo que hace daño. Y en algunas sectas han acogido el terrorismo, el homicidio y el suicidio como parte de sus prácticas religiosas; hechos mediante los cuales sus seguidores son supuestamente premiados por sus dioses.

Hoy la corrupción ha permeado hasta las clases sociales más altas, incluyendo el gobierno y sus leyes; por lo tanto, hay una Sodoma moderna, donde está a punto de estallar el juicio de Dios; dado que Dios en su misericordia le ha hablado al hombre de diferentes maneras y este no quiere abrir los oídos y si los abre, entonces no quiere entender, y si entiende entonces se va en contra del Dios verdadero y se rebela contra Él; esto en síntesis es rebelión contra Dos, el cual es el mayor de los pecados que hoy tiene esta humanidad.

3.  Los pocos justos que había en Sodoma recibieron advertencias.

Lot fue avisado por los ángeles de que esas ciudades iban a ser destruidas, porque la maldad de ellas ya había llegado hasta la presencia de Dios. En esa época no había teléfono, ni internet, ni televisión, ni celular y por eso, alguien tenía que ir personalmente a avisarles.

Un caso similar ocurrió con Jonás que fue enviado a la ciudad de Nínive para avisarles del juicio que Dios había decretado sobre ellos y para llamarlos al arrepentimiento; y donde demoró varios días recorriendo la ciudad a pie y hablándoles con voz de trompeta. Esta ciudad se arrepintió, entró en ayuno y oración y finalmente escaparon del juicio.

Hoy estamos llenos de medios de comunicación y Dios a través de ellos ha hecho circular su Palabra en todo el mundo; por lo tanto, no hay disculpas de que esta generación de hoy no ha sido advertida de los juicios que vendrán sobre la humanidad a causa de la depravación del hombre sobre la tierra. En el tiempo de Sodoma solo fue avisada la generación de Lot; pero hoy Dios en su infinita misericordia, ha enviado sus advertencias a todo el mundo, incluyendo buenos y malos, para que los primeros estén preparados y para que los segundos escuchen, entiendan y se arrepientan.

4.  A los que debían salir se les dijo que escapasen por sus vidas.

A Lot se le dijo, escapa por tu vida, corre y no pares en toda esta llanura y tampoco mires atrás; él tuvo un gran privilegio, pero el mundo moderno también lo tiene, pues el evangelio de nuestro señor Jesucristo se está predicando a través de canales de televisión, a través de páginas de internet, a través del WatsApp, a través de las iglesias de las diferentes denominaciones, a través del evangelismo puerta a puerta; etc.

Por tanto, esta generación no se puede quejar el día del juicio de que no hubo advertencias, de que Dios no les ha pedido insistentemente que abandonen el pecado, la injusticia y la maldad; y que vuelvan su corazón a Dios. En síntesis, todos los días esta generación escucha el llamado de Dios a escapar del pecado para salvar sus vidas; sin embargo, la mayoría no quiere escuchar y a pesar de que los juicios apremian y estrechan al hombre (como terremotos, incendios, inundaciones, pandemias, guerras, etc.), este sigue inmutable viviendo para el mundo lleno de codicia, de pecado y de inmundicia.

5. Se les dio orden de no mirar atrás, ni parar en todo el camino.

Lot no miró atrás, solo su mujer; y para que viera la seriedad del asunto, entonces fue convertida en estatua de sal; quizás Lot debió caminar hacia atrás para ver cómo había quedado su mujer, con tal de no violar el mandamiento. En contraposición, el hombre se ha quedado extasiado mirando el mundo con sus riquezas y sus placeres; por tanto, ni siquiera ha intentado escapar de él.

Otros que ya habían logrado caminar un poco, volvieron atrás mirando todo lo que supuestamente estaban perdiendo por seguir a Dios; entonces muchos volvieron a sus pecados, a sus vicios y a poner en primer lugar las cosas pasajeras de este mundo, antes que a Dios.

6.  Se les señalo un monte hasta donde debían llegar, para que no perecieran.

Lot negoció con los ángeles para correr a una ciudad pequeña que estaba más cerca del monte y al recibir la aprobación corrió hacia allá; pero la orden era que corriera al monte y un monte significa el templo de Dios, el lugar donde Dios hace presencia y por eso vemos a Jesús buscando un monte para entrar en la presencia de su Padre: “En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios”. Lucas 6:12.

Hoy no hay un monte, sino algo más preciado que un monte y es el evangelio de Jesucristo; donde todos los que acudan allí arrepentidos y que reciban a Jesús como su salvador, entonces serán apartados de la ira venidera y de todo juicio de parte de Dios y también serán sellados como verdaderos hijos, aptos para entrar al reino de los cielos.

7.  Luego bajó el juicio desde los cielos.

Del cielo mismo bajó fuego y azufre, que consumió todo ser viviente, todo cultivo, toda pastura y en general todo lo que había en aquellas llanuras y lo que quedó se asemejaba a las cenizas que se ven en un horno luego que este se apaga: “Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno”. Génesis 19:28.

En cuanto a esta generación, es perversa, pero lo es aún más que Sodoma: “Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera”. Génesis 13:13.

Y la verdad es que esta generación tendrá un juicio similar al enviado contra Sodoma y Gomorra, juicio que contempla fuego consumidor: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”.  2 Pedro 3:10.

¿Y por qué el mundo sigue peor que como estaba en años anteriores?

Existen varias razones por las que el hombre va de mal en peor y sigue conviviendo con la muerte, en vez de acogerse a las oportunidades que le brinda Dios y de escapar por su vida.

1.  El mundo no ha querido escuchar las voces de advertencia y continúa viviendo como si nada fuera a pasar y más aún como si Dios no existiera.  Muchos desestiman a Dios, porque se creen más buenos que Él y así mismo creen que sus leyes son aburridas y que están fuera de tono para la generación moderna.

2.  Los que han escuchado no quieren escapar por sus vidas. Estos no le han dado la verdadera importancia a Dios y por ende creen que hay otras cosas más importantes dentro de este mundo, como la diversión, el trabajo, la economía, los negocios, el turismo, la casa finca, la familia, etc.; y han relegado a Dios a un segundo plano.

3.  Los que desean escapar están mirando hacia atrás, porque su corazón está apegado a las cosas terrenales. Donde está su tesoro, allí estará su corazón; por lo tanto, la mayoría de la humanidad tiene sus ojos puestos en las cosas pasajeras del mundo y por tanto no pueden escapar de él. El llamado de Dios no es a abandonar este espacio terrenal donde vivimos con todas sus relaciones, sino más bien escapar del pecado, de la injusticia y de la maldad, y buscar verdaderamente la presencia de Dios.

4.  Los que estaban escapando, hicieron un pare en su camino y están mirando de nuevo todo lo que el mundo les ofrece, a lo cual se habían negado temporalmente. A muchos les pareció dura esta tarea de olvidarse de los placeres del mundo y sus pecados, para buscar la presencia de Dios; entonces desistieron y están abrazando de nuevo al mundo.

5.  Los que supuestamente escaparon, llegaron a destinos equivocados; pues no llegaron al monte de Dios, sino que llegaron a terrenos gobernados por las tinieblas, como el caso de las religiones, de las sectas y de los movimientos filosóficos y científicos. Allí aparentemente están a salvo del mundo; pero están siendo abrazados por las tinieblas; es decir, que están más cerca aún del infierno, que donde estaban anteriormente.

Estimado hermano y amigo, escapa por tu vida y corre apresuradamente a buscar la presencia de Dios, a entregar tu vida a Jesucristo y a vivir una vida de obediencia y santidad a la Palabra de Dios; de lo contrario el juicio te alcanzará y de usted y de todo lo que tiene aquí en la tierra solo quedarán cenizas, así como sucedió con Sodoma y Gomorra.

Allí en la presencia de Dios está la verdadera garantía de vida: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”. Romanos 8:1.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre derramada en la cruz del calvario.  Yo te acepto hoy como el Señor y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo Espíritu.  A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda estar en el reino de los cielos por una eternidad.  Amen”.  Y si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Hechos 2:21.

  

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