Lo que puede hacer Jesús por ti. Hechos 26:12-18.

“Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes y en comisión de los principales sacerdotes, cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo.  Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.  Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues.  Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.

 
CONCLUSIONES.

El apóstol Pablo, que antes de su conversión se llamaba Saulo, iba como siempre en su misión de perseguir a los cristianos de su época.  Él pensaba que los cristianos eran una secta falsa, que solo perjudicaban al pueblo y es así como los apresaba, los encarcelaba y aún consentía en su muerte, creyendo que todo lo hacía para la gloria de Dios.  Hoy en día también existe esta persecución contra el verdadero pueblo cristiano, aquel que anda en la verdad de la Palabra de Dios, aquel pueblo que se ha aferrado al puro evangelio de Jesucristo para escapar de la ira venidera de Dios, para escapar de las tinieblas y heredar la vida eterna.

Pablo fue encomendado por el mismo Jesucristo como apóstol de los gentiles y para esta magna obra, Jesús luego de su resurrección se le apareció a Saulo en el camino, y Saulo, viendo una luz resplandeciente, cayó del caballo él y toda su compañía.  El quedó enceguecido y tuvo una grata conversación con Jesús la cual transformó su vida y gracias a la cual, las revelaciones que Jesús le hiciera a Pablo durante toda su vida, quedaron escritas en la Biblia y sirven de luz para la generación de hoy.

Veamos qué puede hacer Jesús por nosotros, si nosotros se lo permitimos, aceptándolo como nuestro Señor y Salvador, luego de un arrepentimiento genuino.

1.  Abrir nuestros ojos.

Jesús puede abrir nuestros ojos; pues el mundo no convertido, permanece con un velo de ceguera espiritual, el cual ha colocado satanás en sus mentes, lo que solo le permite ver el mundo con sus pasiones y deseos; pero no puede ver la gloria de Dios ni de su Santo Evangelio.  Al aceptar a Jesús, nuestros ojos espirituales son abiertos y podemos ver el camino de la salvación, por el cual podremos escapar de este mundo lleno de vicios, de maldad y de pecado.

2.  Convertirnos de las tinieblas a la luz.

Cuando una criatura reconoce a Jesucristo como su Señor y Salvador, entonces es sacado del rebaño de las tinieblas y llevado al rebaño de Jesucristo, donde hay luz y vida.  En las tinieblas solo hay muerte, destrucción y castigo eterno.  El enemigo ofrece muchas cosas al hombre:  dinero, fama y gloria; pero nunca le dice que perderá su alma y que esta terminará encarcelada en el lago de fuego y azufre por una eternidad.

3.  Liberarnos de la potestad de Satanás.

El que acude a Jesús, ha escapado de su señor Satanás y ahora su señor es Jesucristo, quien vino para darnos vida y vida en abundancia.  Mientras el hombre acuda de verdad a Jesucristo, ya no podrá ser arrebatado por las tinieblas, ni tampoco podrá ser dañado; pues ahora, su señor Jesucristo lo cuidará y lo apacentará como el más valioso tesoro de su rebaño.  Ahora, todo lo que le ocurra al cristiano debe estar enmarcado dentro de la voluntad permisiva de Dios, teniendo en cuenta que todo será para su bienestar espiritual. 

4.  Recibir el perdón de pecados.

Al acudir arrepentidos a Jesucristo (prueba de que hay fe en nosotros), recibimos el perdón de pecados, por cuanto Jesús murió en una cruz y derramó de su sangre, como un sacrificio santo y acepto delante de Dios el Padre.  Por este sacrificio, fue resucitado al tercer día y fue constituido Redentor del mundo a través de su sangre y el único mediador entre Dios y los hombres.  Mientras exista pecado en el corazón del hombre, este está destituido de la gloria de Dios y por tanto también de la herencia celestial.

5.  Recibir la herencia entre los santos.

Mediante el sacrificio de Jesucristo, el velo del templo que llevaba al lugar santísimo fue partido en dos, dándole la oportunidad al hombre de entrar directamente hasta el trono celestial, es decir, hasta el Padre.  Si acudimos a Jesucristo, podemos ser lavados con su sangre, purificados con el fuego de su Espíritu Santo y presentados delante de Dios como corderos sin mancha; estos son los verdaderos hijos de Dios, los que tienen herencia en el reino de los cielos, los que vivirán por una eternidad en el cielo.

Ninguna religión, ni secta, ni filosofía puede ofrecer lo que Jesucristo nos puede dar; pues todos sus líderes murieron y de ellos ya no existen ni los huesos, en cambio Jesucristo resucitó al tercero día, ascendió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios el Padre.

¿Es maravilloso lo que Jesús nos ofrece, cierto que sí? 

Escapa por tu vida, escapa de la religión, escapa de la incredulidad, escapa de la idolatría, escapa del conformismo, escapa del ateísmo y escapa del mundo, para ir al encuentro con Jesús y disfrutar de estos preciosos regalos, cuyo mayor galardón es la vida eterna.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

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