¿Te dejaste vacunar? 2 Corintios 4:3-4

“Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.”

 
CONCLUSIONES.


El origen de la ceguera espiritual está en el reino de las tinieblas, el cual ha dominado a este mundo desde el día en que los primeros hombres pecaron.  Dice la escritura que el dios de este siglo (o sea satanás) cegó el entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca la luz del Evangelio.  Esto quiere decir que las personas que creen en Jesucristo y su Evangelio encontrarán el camino de la salvación, tendrán entendimiento para comprender la Palabra; pero aquellos que no quieren creer, entonces son enceguecidos espiritualmente para que sigan creyendo en la mentira en vez de creer en la verdad y para que no entiendan la obra redentora de Dios, que es la muerte de Jesucristo en la cruz del calvario, para redimirnos de nuestros pecados.  ¿Y por qué el diablo les cegó el entendimiento y el hombre lo permitió?  En el momento que una persona rechaza el mensaje de Dios por incredulidad, entonces su alma pasa a ser propiedad de satanás, por tratarse de un pecado que origina muerte, como está escrito:  El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” Juan 3:18.  Entonces, esta alma al ser propiedad del diablo, lo primero que él hace es “vacunarla” sin que el hombre se de cuenta, como hace el que recibe una mascota de regalo para evitar el ataque de algunas enfermedades y esta vacuna consiste en colocarle un velo que tapa el entendimiento, para proteger esa alma de una posible conversión a Cristo, para que no escuche, ni vea, ni entienda nada de lo relacionado con el plan de salvación de nuestro Señor Jesucristo y se pierda definitivamente.

La principal consecuencia de la ceguera espiritual es la perdición eterna.  Si este mundo creyera realmente en Dios, entonces no habría hambre, ni enfermedad, ni injusticia y Dios no haría juicios a través de terremotos, tsunamis y huracanes; pues estos no serían necesarios a causa de la justicia del hombre.  Sin embargo, los juicios visibles en el ámbito material no son nada comparables con el gran juicio final; donde todos los que no creyeron a la verdad que es Jesucristo, entonces serán lanzados al lago de fuego y azufre por una eternidad.

Para los ciegos espirituales no existe el Evangelio, para ellos es solo una obra literaria o la guía espiritual de una de las religiones más populares del mundo; esto es porque para ellos está encubierto.  Sin embargo para los que creen, el Evangelio es poder de Dios, capaz de transformar a las personas, capaz de sacarlas del pozo del pecado y trasladarlas al reino de los redimidos, de los verdaderos hijos de Dios.  Si en este momento estás alejado de Dios y te sientes tranquilo con la vida que llevas, seguramente el diablo ya te vacunó. Si solo vas a la iglesia a escuchar el sermón de cada domingo; pero aún sigues mintiendo, sigues hablando palabras vulgares, sigues haciendo injusticia y sigues desobedeciendo a Dios, seguramente estás vacunado y solo eres un religioso de los tantos que entran a diario por la puerta ancha de la perdición.  Pero no se preocupe, Cristo venció al diablo y a la muerte en la cruz del calvario y puede liberarte de esa vacuna, si acudes arrepentido a los pies de Jesucristo y le recibes como tu Señor y Salvador, El te quitará esa venda y hará que la gloria de Dios resplandezca sobre tu vida.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

 

 

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