¿A quién debemos imitar?


Efesios 5:1-2

Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.  Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.”

CONCLUSIONES.


Dios es Espíritu; pero Jesucristo se hizo carne y habitó entre nosotros; Él fue el cuerpo visible y humano de Dios aquí en la tierra, pero ahora tiene cuerpo resucitado y glorificado, y está sentado a la diestra de Dios y su Santo Espíritu está entre nosotros, entre los que de verdad amamos a Dios.

Pero no solamente hay que aprender de Dios a vivir en amor; sino que también debemos cultivar todas las virtudes mostradas por Jesucristo como la humildad y la mansedumbre: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” Mateo 11:29.  Pero este mundo está lleno de caos, de violencia, de guerras, de envidia, de injusticia, de avaricia; entonces ¿Cómo vivir en amor?  El mundo no tendrá mejoría porque estamos en los últimos tiempos; pero cada persona que entregue su vida a Jesucristo podrá lograr que el amor de Dios entre en su vida y que también se propague en los seres que están a su alrededor.  Cuando el mundo de verdad crea estar en paz, es porque está bajo el gobierno del anticristo y en ese tiempo ya estará la tierra en la segunda mitad de la gran tribulación: “que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.” 1 Tesalonicenses 5:3.

Entonces tenemos que llegar arrepentidos a los pies de Cristo y recibirle como nuestro Señor y Salvador, para que ese amor de lo alto también repose sobre nosotros y nos llene de gozo y de paz.  Así de esta forma podemos imitar a Dios, si es que somos cristianos verdaderos y deseamos estar en comunión con Dios.  No podemos imitar a los hombres que andan descarriados tras los placeres del mundo, no podemos imitar a los hombres que con avaricia andan cometiendo injusticias para buscar riquezas y poder, no podemos imitar lo que hacen los hombres famosos en diferentes ámbitos de la vida; más bien tenemos que imitar la vida de Jesús, de tal forma que podamos ser hijos amados de nuestro Padre Celestial.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

 

Entradas populares de este blog

El sueño espiritual. Romanos 13:11-14

El poder del evangelio (Romanos 1:16-17)

En ningún otro hay salvación. Hechos 4:11-12