Dios quiere salvarnos a todos.
Isaías 45:22.
“Mirad a mí, y sed
salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy
Dios, y no hay más.”
Hay dos mensajes de mucha
importancia en este versículo, máxime cuando Dios es el que está hablando
directamente a través del profeta Isaías:
1.
Sed salvos todos los términos de la tierra.
Dios quiere que todo pueblo,
nación y lengua lleguen a disfrutar de la vida eterna en el reino de los
cielos. Pero para todos hay un solo
requisito: “Mirad a mi”. No es
posible ser salvos si miramos al mundo con sus pasiones y deseos, no es posible
si miramos a los hombres, no es posible si miramos a las riquezas y a las
posesiones materiales, no es posible si miramos a los ídolos o imágenes o
estatuas, no es posible si miramos a las religiones, no es posible si miramos a
la ciencia, no es posible si miramos a la filosofía, no es posible si miramos a
las vanidades y a las cosas pasajeras de este mundo. Tenemos que mirar a Dios a través de su Hijo
Jesucristo; pues el que ve al Hijo, ve al Padre y el que cree en el Hijo, también
cree en el Padre. Debemos acudir a
Jesucristo arrepentidos y recibirle como nuestro Señor y Salvador, no hay otra
verdad, no hay otro camino, no hay otro evangelio, no hay otra salvación, no
hay otra forma de ser libres de la condenación; pues, o usted acude a
Jesucristo o se perderá en el infierno para siempre. “Jesús le dijo:
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
Juan 14:6
2.
Porque yo soy Dios y no hay más.
No hay otro Dios fuera de Jehová
de los ejércitos. El ser humano ha
convertido hombres en dioses, ha convertido estatuas en dioses y hasta el mismo
diablo se ha presentado como dios delante del hombre; pero solo hay un Dios que
creó los cielos, la tierra, los sistemas solares, las galaxias y todo cuanto
existe en el universo: “En el principio creó Dios los cielos y la
tierra.” Génesis 1:1. Otra cosa es que el hombre se
niega a creer, porque tiene otros intereses aquí en la tierra que le impiden
mirar hacia lo eterno, hacia Dios. Sin
embargo por medio de la naturaleza creada, podemos tener la certeza de que solo
Jehová pudo hacer estas maravillas, por lo cual el hombre no tiene excusa para
no creer en Dios: “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder
y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo
entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” Romanos 1:20.
Que Dios los bendiga grande y
abundantemente.