La verdadera fiesta del cristiano.
Efesios 5:18-20
“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos
espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre
gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.”
CONCLUSIONES.
Todo lo que hace el cristiano verdadero, parece una locura
para el mundo; porque el mundo no ha conocido a Dios y tampoco vive en comunión
con Dios: “Pero el hombre natural no
percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no
las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” 1
Corintios 2:14. Es por esto que lo común
es que las personas hagan fiesta comiendo de todo lo que se les antoja y
tomando bebidas alcohólicas; y si esto lo combinan con el baile y la amanecida,
entonces dirían las personas del común, que de verdad están disfrutando la vida
y que están agradando a Dios, porque supuestamente hacen un buen uso de todo lo
que Dios pone en sus manos.
Como dice la escritura: “porque el reino de Dios no es
comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.” Romanos
14:17. Realmente estamos muy lejos de poder agradar a Dios, dando rienda suelta
a los deseos de la carne y a las pasiones del mundo. Puede ser que algunas fiestas se traten de
reuniones familiares y digan para excusarse que Dios quiere ver a la familia
unida y que por eso a Dios le agradan las fiestas familiares; pero Dios es
espíritu y para agradarle tenemos que entrar a esa dimensión espiritual; en la
cual se deja el mundo y la carne a un lado y se piensa con el espíritu y
también se actúa con el espíritu. Allí
en el reino de Dios no hay fiestas mundanas, allí se vive en gozo perpetuo
debido a la justicia, a la paz y al amor de Dios.
Dicho lo anterior podemos hacer un resumen de lo que hace un
cristiano verdadero cuando hay festividades.
Hay que recordar que un cristiano verdadero es el que ha nacido de nuevo
y que en su corazón ya no gobierna el ego con sus pecados, sino el Espíritu
Santo, quien toma la persona convertida como su templo permanente, hasta que
este se aleje de Dios o muera físicamente.
Veamos algunas de las cosas que hace el cristiano:
1. No se embriaga
con vino; sino con la presencia del Espíritu Santo.
Hay varias manifestaciones del Espíritu Santo en los
cristianos, como: El lloro, el lamento
por la culpa, la risa, la danza en el espíritu, los éxtasis espirituales y un
estado de euforia que puede compararse al producido por el vino, entre otras
manifestaciones. Pero este estado de
“embriagues en el espíritu” no tiene efectos físicos secundarios; más bien
eleva el espíritu del hombre a la presencia de Dios y produce toda clase de
efectos benévolos en el cuerpo físico como: Liberación, sanación, restauración,
etc.
2. Habla entre sus
hermanos con salmos, himnos y cánticos espirituales.
En una manifestación del Espíritu Santo, todas las personas
que están en comunión con Dios alaban con su boca, de tal forma que las
personas cercanas solo van a escuchar de parte de nosotros salmos, himnos y
cánticos. Allí no hay actualización de
noticias, no hay murmuración, no hay chismes, no hay chateos y todos están
dedicados a acercarse a Dios a través de la alabanza. Y si el cristiano no está en el templo,
entonces sus conversaciones están siempre orientadas a alabar y glorificar a
Dios y a dar testimonio de su Hijo Jesucristo, aunque lo haga solo mentalmente.
3. Canta y alaba a
Dios en su corazón.
Cuando el cristiano cierra su boca, entonces desde su
corazón está elevando a Dios cánticos y alabanzas; lo cual también es
escuchado, dado que Dios conoce nuestros pensamientos antes que estos salgan
por nuestra boca. Este modo de alabar a
Dios es muy importante cuando estamos acompañados con personas no creyentes,
cuando estamos en nuestro trabajo o cuando estamos en otros sitios fuera de
nuestra casa.
4. Da siempre
gracias a Dios por todo en el nombre de Jesucristo.
El cristiano da gracias a Dios hasta en los más mínimos
detalles y hasta en las situaciones más adversas, entendiendo con ello que Dios
tiene el control absoluto de toda nuestra vida y que al que cree en Dios todas
las cosas que sucedan a su alrededor le ayudarán a bien. El solo poder abrir los ojos antes de
levantarse de la cama, es algo por lo que hay que darle gracias a Dios. En síntesis, un cristiano agradecido, vive
contento, es positivo ante cualquier circunstancia y vive en gozo permanente.
Alguien dirá: ¿Y qué tiene de parecido esto a una
fiesta? Es simple, el hombre tiene un
vacío en su corazón que solo puede ser llenado por Dios y cuando el cristiano
está en comunión con Dios y lleno de su Santo Espíritu, entonces su corazón
reboza de gozo y de paz. Esta fiesta es
trascendental y sobrepasa todo lo que el hombre pueda hacer en su forma
terrenal para alegrar su vida.
Que Dios los bendiga grande y abundantemente.