Como ser bienaventurados en esta crisis.
Apocalipsis 1:3
CONCLUSIONES.
Bienaventurado quiere decir “feliz eternamente”. Como todos saben y también es recordado por
una canción popular que dice: “Nada hay eterno en el mundo”, todo lo que hay
aquí en la tierra es temporal; incluso este planeta con la luna, el sol, las
estrellas y todo lo que vemos en el cielo con nuestros ojos, todo esto
perecerá, un día ya no existirá; pero Dios hará cielos nuevos y tierra nueva en
dónde podrán vivir sus escogidos, que son aquellos que guardaron la palabra en su
corazón y la obedecieron, estos serán los bienaventurados, los que tendrán
felicidad eterna en esos cielos nuevos y tierra nueva que Dios creará para sus
hijos. “Y el cielo se desvaneció como
un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar.”
Apocalipsis 6:14
En conclusión, no sirve de mucho ser bienaventurado aquí en
la tierra, dado que todo es pasajero; sin embargo, estas bienaventuranzas
tienen un ámbito donde sí se pueden desarrollar y garantizar y es en el reino
de los cielos. Y aunque esta palabra fue
escrita varios miles de años atrás, es contundente al decir “Porque el
tiempo está cerca”. Si en esa época
estaba cerca, entonces ¿Cómo lo estará ahora en nuestros días, cuando estamos
viendo todas las señales de la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo?
¿Entonces cómo podemos ser bienaventurados? La palabra de Dios nos habla de tres
condiciones que se deben cumplir:
1. Leer la
palabra.
En este tiempo de recogimiento, es cuando más palabra de
Dios deberíamos estar leyendo; si comes más de tres veces al día, deberías
también leer la palabra igual número de veces y de seguro esto le traerá muchos
más beneficios, como la paz, el gozo, el aumentar su fe, el distraerlo de los
problemas y sobre todo hacer que Dios se acerque a usted a través de su Santo
Espíritu.
2. Escuchar la
palabra.
No solo es leer la palabra, hay que escucharla de boca de
aquellos que llevan muchos años estudiándola y meditando en ella, aquellos que
por razón de su ministerio la están escudriñando diariamente, ya que en ellos
habrá menos posibilidades de llegar a interpretaciones equivocadas. Aunque si bien es cierto, que muchas iglesias
hoy en día se han dedicado al estudio de las promesas y de las bendiciones de
Dios, soportándose así en la teología de la prosperidad y no en la más
importante que es la teología de la salvación.
Y es que hablar sobre el pecado para muchos no es bueno, es
horripilante y más bien quieren tenerlo en oculto como el “patito feo”; pero
resulta que el mayor impedimento para que la humanidad llegue a la salvación de
sus almas es el pecado. Se les puede
hablar mucho de Cristo y su obra redentora, pero si no se les convence de que
hay que dejar el pecado, entonces nunca llegaran a ser salvos. Cristo es poderoso para limpiarnos del
pecado, pero si la gente está amañada pecando, Él no los puede obligar a dejar
su estilo de vida.
3. Guardar las
cosas en ella escritas.
Este es el cierre con broche de oro; pues, puedes conocer
mucha palabra, pero si no la obedeces, entonces quedas peor aún delante de
Dios, quedas como un burlador. Esto es
equivalente a ir donde un médico para que nos de la receta para cierta enfermedad
y que nosotros nos llevemos la fórmula para la casa y que aun teniendo con qué
comprarla y tomarla de acuerdo con las instrucciones, más bien la guardemos en
nuestro armario y allá la dejemos empolvar.
¿Será que por solo escuchar al médico entonces vamos a ser sanos de
nuestra enfermedad? Por supuesto que no, tenemos que obedecer y tomarnos la
medicina.
Solo siguiendo rigurosamente estos tres pasos podemos llegar
a ser bienaventurados en el reino de los cielos y esto incluye rendir nuestras
vidas a Jesucristo. Ahora la pregunta
es: ¿Estás amañado con lo que te ofrece el mundo, lo cual es temporal o quieres
una vida llena de gozo en el reino de los cielos? En usted está la decisión, ni siquiera Dios
puede obligarlo. Lo que puede hacer Dios
es hablarle a través de los medios de comunicación para ver si se arrepiente o
llamarlo a la reflexión mediante las crisis como la que está sucediendo hoy con la
pandemia mundial
Una de las disculpas del hombre para no escudriñar la
palabra de Dios es que no tiene tiempo; pero ahora Dios, con esta crisis está
probando al hombre, para que reflexione y vea realmente lo que hay en su
corazón. Seguramente muchos estarán
viendo películas, viendo series televisivas, durmiendo hasta medio día, participando
en juegos compartidos por internet y hasta peleando con su cónyuge; pero ¿Qué
hay de Dios? Muchos han dejado evidencia delante de Dios, de que no es que no
tengan tiempo, sino más bien que no tienen la voluntad para conocer a
Dios. Y el conocimiento de Dios es
fundamental en la vida eterna; pues no es posible que alguien se salve, sin
siquiera saber quién es Dios, sin conocer sobre la obra redentora de su Hijo
Jesucristo.
Que Dios los bendiga grande y abundantemente.
Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo
haz esta sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy
pecador y me acerco a ti arrepentido, para que me perdones y me laves con tu
sangre derramada en la cruz del calvario. Yo te acepto hoy como el Señor
y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me
purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo
Espíritu. A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a
leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda
estar en el reino de los cielos por una eternidad. Amen”