¿Eres frío, tibio o caliente?

Apocalipsis 3:14-16

“Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !!Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.”

CONCLUSIONES.

Existen varios términos que pueden regir el comportamiento del hombre y estos son:  “Negación” cuando el hombre por ningún motivo desea hacer lo que se le encomienda o lo que debe hacer como parte de sus obligaciones; “A medias” cuando se refiere a que las tareas quedan inconclusas, hechas a la ligera, hechas con desgano o mal hechas en su totalidad; y el término “Con esmero” cuando hace las cosas con total fidelidad, responsabilidad y motivación, de tal forma que el hombre encuentra satisfacción en lo que hace.

Estos términos a nivel espiritual equivalen a los tres niveles de temperatura: Frío, tibio o caliente. Eso no involucra las personas del mundo, aquellos que aún no se han arrepentido ni han llegado a los pies de Cristo, y para ellos solo existe el término caliente (en el termómetro de las tinieblas), pues son totalmente aptos para entrar al infierno una vez sus almas abandonen el cuerpo físico.

Cristiano frío. 

Cuando el interés del cristiano es solo pertenecer a una iglesia y estar presente en los servicios, pero no considera involucrarse en ninguna tarea adicional, ni en forma personal ni a nivel de la congregación.  Este cristiano escasamente lee la Biblia en el culto de los domingos y no cumple con las obligaciones que tiene como miembro, porque aún no conoce las escrituras, pues tiene pereza de leer y así también evita comprometerse con las exigencias de Dios.

Este tipo de cristiano no aprende así lleve escuchando la Palabra durante muchos años, pero es porque no oye con el entendimiento y tampoco progresa espiritualmente porque en él no hay interés: “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido”.  Hebreos 5:12.

Cristiano tibio. 

Cuando el cristiano ya participa en las actividades de la iglesia y hace otras que son necesarias para su crecimiento espiritual como la lectura de la Palabra, la oración, los ayunos, las vigilias y sobre todo la evangelización.  Sin embargo, estos cristianos en su mayoría carecen de poder, de los dones del Espíritu Santo y de las señales que deben seguir a todo el que cree en el Señor Jesucristo: “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” Marcos 16:17-18.

A ellos les falta unos ingredientes muy importantes que son la obediencia a toda la Palabra, la rendición de su voluntad a la voluntad de Cristo y la fidelidad absoluta para con Dios.  Digo en su mayoría, porque se pueden tener algunos dones (que los pudo adquirir cuando realmente estaba comprometido con Dios), aunque ahora la persona ande perdida.

Cristiano caliente. 

Este es un cristiano consagrado a Dios y todo lo que hace sea en lo secular o en lo espiritual, lo hace con el propósito de agradar a Dios.  Este ya ha rendido su voluntad a la voluntad de Cristo y su comunión con Dios es permanente, de tal forma que es dirigido en toda su vida diaria por el Espíritu Santo de Dios.  Su conocimiento de las escrituras es tan alto, que fácilmente puede combatir las doctrinas de error y exhortar a todos aquellos que se están desviando de la sana doctrina.  Este tiene la asistencia del Espíritu Santo, dado que lo tiene viviendo y gobernando desde su corazón; por tanto, si tiene dudas en la Palabra, pide revelación y esta le será dada prontamente por Dios: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. Juan 14:26.

Este cristiano está permanentemente en el campo de batalla, peleando contra el diablo y su ejército, él está allí librando batallas y cantando victorias, dado que el cristiano fiel tiene ataques permanentes desde las tinieblas.

Estimado hermano y amigo, ¿Cuál es tu deseo en cuanto al termómetro espiritual? ¿Estás amañado con tu postura fría y apática delante de Dios o eres un cristiano a medias que solo le interesa pertenecer a una denominación o religión? Es hora de abandonar los estados de frío y tibio, ya que las personas que pertenecen a estos grupos no podrán alcanzar la vida eterna, pues antes de esto como dice el texto los tibios serán vomitados o echados del reino de Dios y los cristianos fríos ya estarán en el infierno cuando se manifieste el reino de Dios: “Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre derramada en la cruz del calvario.  Yo te acepto hoy como el Señor y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo Espíritu.  A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda estar en el reino de los cielos por una eternidad.  Amen”.  Y si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Hechos 2:21.

  

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