Advertencia contra la idolatría.
Advertencia contra la idolatría.
Texto principal: Deuteronomio
4:15-24.
“Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna
figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; para
que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna,
efigie de varón o hembra, figura de animal
alguno que está en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire,
figura de ningún animal que se arrastre sobre la tierra, figura de pez alguno
que haya en el agua debajo de la tierra.
No
sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y
todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los
pueblos debajo de todos los cielos.
Guardaos, no os olvidéis del pacto
de Jehová vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y no os hagáis
escultura o imagen de ninguna cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido. Porque
Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso.”
CONCLUSIONES.
Son dos prácticas que aborrece Dios: La primera es tratar de
representar a Dios físicamente lo que está prohibido por Él mismo y segundo es
que las representaciones no necesariamente se tratan del Dios real, sino de
toda clase de seres que en su mayoría eran terrenales y ya murieron o que simplemente
son representaciones del paganismo de los pueblos y de las mismas tinieblas.
Previendo Dios que el hombre pudiera imitar lo que había
visto, entonces Dios apareció al pueblo de Israel en el monte en medio de
fuego, de tinieblas y de oscuridad de tal forma que no se pudiera apreciar
ninguna figura y en base a ella el hombre pudiera reproducir imágenes para
luego honrarlas: “Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura
visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego”.
Deuteronomio 4:15.
¿Entonces cómo acercarnos a un Dios que no se puede
ver? Hoy nos podemos acercar a Dios
mediante la fe y esta fe en sí cumple con dos propósitos: Primero el de agradar
a Dios y el segundo consiste en activar nuestros sentidos espirituales de tal
manera que podamos sentir la presencia de Dios, que podamos ver su resplandor y
que también podamos escuchar su voz.
Este es el método que Dios ha establecido para que el hombre se acerque
a Él y no mediante esculturas o imágenes visibles: “Es, pues, la fe la
certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Hebreos 11:1.
No necesariamente la idolatría se constituye honrando
esculturas o imágenes, pues Dios también advierte sobre la adoración al sol, la
luna y las estrellas, lo cual hacen muchos pueblos paganos: “No sea que
alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el
ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas”. El
hombre siempre ha sentido la necesidad de adorar a Dios, pero no se ha
preocupado por conocer las exigencias del mismo Dios respecto a la forma y el
fin de dicha adoración y como consecuencia ha resultado adorando seres y cosas
que no son Dios: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en
verdad es necesario que adoren”.
Juan 4:24.
Ahora, ¿Qué debía hacer el pueblo de Israel con los pueblos
vecinos y también paganos? La orden de parte de Dios era destruir los pueblos
de las tierras donde iban a entrar a poseerlas; pero como no podían hacerlo de
inmediato porque la tierra no podía quedar sola (porque se aumentaban las
fieras del campo), entonces debían estar alejados de sus gentes y de sus ritos
idólatras, para que no fueran contaminados y en su lugar debían destruir sus
ídolos y sus altares: “Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su
hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo. Porque desviará a tu hijo de en pos de
mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre
vosotros, y te destruirá pronto. Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares
destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes de Asera, y
quemaréis sus esculturas en el fuego”. Deuteronomio 7:3-5.
¿Y por qué a Dios no le gusta la idolatría? Es simple, Dios
es el único merecedor de toda honra, gloria y alabanza, por cuanto Él es el
creador del universo con todas las cosas y criaturas que existen dentro de él y
por tanto darle honra o alabanza a “algo” creado por Dios, es robarle la gloria
a Dios: “Ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando
culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos.
Amén”. Romanos 1:25. El hecho de
honrar a una imagen antes que a Dios, es cambiar la verdad por las mentiras
(porque las cosas o criaturas no son Dios), lo cual constituye al hombre en un
reo de juicio eterno.
Finalmente hay una advertencia en relación con el culto y
adoración de esculturas o imágenes y también con el culto a todas las cosas
creadas que hay en los cielos y es que Dios es fuego consumidor que destruirá a
todos aquellos que andan en contra de su voluntad: “y no os hagáis escultura
o imagen de ninguna cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido. Porque Jehová tu
Dios es fuego consumidor, Dios celoso”.
Y se aproxima una semana en la cual la iglesia popular saca
sus ídolos y los pasea cargados por las calles, pensando que con esto están agradando
a Dios; pero solo están agradando al diablo quien está complacido porque el
hombre viola los mandamientos del Creador.
¿Y cuál es el castigo que Dios tiene preparado para los
idólatras?
Esta fue la sentencia para el pueblo de Israel “de cierto
pereceréis”: “Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en
pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy
contra vosotros, que de cierto pereceréis. Como las naciones que Jehová
destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a
la voz de Jehová vuestro Dios”. Deuteronomio 8:19-20. Y así fue como este
pueblo fue castigado con espada, con hambre y con pestilencia y los que
quedaron fueron llevados cautivos a Babilonia y reducidos a esclavitud durante
70 años.
Y la sentencia para el mundo de hoy es que no entrará al
reino de los cielos: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de
Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los
afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni
los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de
Dios”. 1 Corintios 6:9-10.
Que Dios los bendiga grande y abundantemente.
Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre derramada en la cruz del calvario. Yo te acepto hoy como el Señor y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo Espíritu. A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda estar en el reino de los cielos por una eternidad. Amen”. Y si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Hechos 2:21.
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