No hay otro dios.
No hay otro dios.
Hay infinidad de religiones y de la misma manera el hombre
tiene infinidad de dioses, uno o más para cada religión, ¿pero son estos dioses
reales? Cuando el verdadero Dios cuyo nombre es Jehová de los Ejércitos hizo
todo el universo, ¿En dónde estaban esos otros dioses? No hubo ninguno de ellos
que se adelantara al verdadero Dios para hacer el universo y por tal razón no
existían y mucho menos podían tener capacidad de crear un universo a partir de
la nada. Y si hoy en día existieran, entonces ¿Por qué no organizan el caos que
ha creado el hombre sobre la tierra? ¿Por qué no pacifican el mundo, organizan
su economía y hacen desaparecer el hambre y las enfermedades de la tierra?
Texto: Deuteronomio 4:39.
“Aprende pues, hoy, y reflexiona en
tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la
tierra, y no hay otro”
CONCLUSIONES.
La verdad es que el hombre tiene muchos dioses, pero todos
ellos son ficticios e inservibles, pues primero no pueden ayudar en nada a
solventar las crisis del mundo moderno y mucho menos pueden violar las leyes
que ha establecido el verdadero Dios, ni hacer que todo lo que está escrito en
la Palabra de Dios relacionado con los juicios venideros, se deje de cumplir.
Es por esta razón que Dios pareciera ser indolente e indiferente ante los
problemas del mundo; pero es que Él mismo estipuló que esto debía suceder como
parte de los juicios a la humanidad por causa del pecado y la corrupción.
Si existieran otros dioses, seguramente habrían creado otros
universos diferentes al actual o se hubieran tomado el atrevimiento de
organizar el caos que había en la tierra antes de que esta fuera poblada por
seres vivos a través de la mano creadora de Jehová de los Ejércitos: “Y la
tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del
abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”. Génesis
1:2.
La verdad es que hay cosas para las cuales es imprescindible
que haya un Dios como en la creación de la tierra y he aquí parte de su
conversación con Job, donde le relata cómo creó este planeta: “¿Dónde
estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. ¿Quién
ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre
qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular, Cuando alababan
todas las estrellas del alba, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?”.
Job 38:4-7. Indudablemente la tierra debe tener unas bases sobre las cuales se
sustente; de lo contrario caería a los más profundo del universo y esta obra
solo puede ser hecha por un Dios real.
También hay procesos naturales, en los cuales es
imprescindible la mano de Dios, sin la cual la naturaleza sencillamente sería
algo monótona y sin vida, como el caso de las lluvias las cuales Dios envía a
su tiempo: “¿Quién repartió conducto al turbión, y camino a los relámpagos y
truenos, haciendo llover sobre la tierra deshabitada, sobre el desierto, donde
no hay hombre, para saciar la tierra desierta e inculta, Y para hacer brotar la
tierna hierba?”. Job 38:25-27.
Ahora también conocemos por medio de la historia bíblica que
hay un Dios todo poderoso quien sacó al pueblo de Israel de la esclavitud de
Egipto con grandes señales y prodigios y que esto fue notorio a todos los
pueblos de ese entonces, dado que ahogó a Faraón junto con su ejército en las
aguas del mar Rojo, cuando perseguía al pueblo de Israel por el desierto.
Otro hecho trascendental es que el Hijo de Dios, Jesucristo,
dio testimonio de la existencia de su Padre durante su ministerio aquí en la
tierra, tanto que fue engendrado por obra y gracia del Espíritu Santo y también
fue resucitado al tercer día de su muerte.
Estos hechos no pueden ser imitados por las tinieblas, pues jamás podrán
encarnarse como sí lo hizo Jesucristo, quien una vez habitó entre nosotros dio
testimonio de la existencia de Dios el Padre: “Ellos le dijeron: ¿Dónde está
tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me
conocieseis, también a mi Padre conoceríais”. Juan 8:19.
Dios tiene vida por sí mismo; es decir, que es omnisciente,
omnipotente y omnipresente y no depende de ningún otro ser que esté por encima
de Él para que lo gobierne y lo sustente: “Porque como el Padre tiene vida
en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo”. Juan 5:26.
Estimado hermano y amigo, Dios solo hay uno, aunque muchas
religiones pretendan tener un dios particular y aunque le hayan atribuido
milagros, sanidades y prodigios; pero la razón de esto es que detrás de cada
dios falso hay un gobernador de las tinieblas o una legión de demonios que
también pueden hacer grandes señales y con ellas convencer a personas incautas
que no conocen la Palabra de Dios: “También hace grandes señales, de tal
manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los
hombres”. Apocalipsis 13:13.
Y para cerrar con broche de oro, Dios mismo nos incita a
reflexionar y a aprender que solo existe Él como único y verdadero Dios: “Jehová
es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro”.
Que Dios los bendiga grande y abundantemente.
Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre derramada en la cruz del calvario. Yo te acepto hoy como el Señor y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo Espíritu. A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda estar en el reino de los cielos por una eternidad. Amen”. Y si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Hechos 2:21.
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