Dios estará con nosotros si le buscamos de verdad.
Mucha gente se pregunta: ¿Si Dios existe, por qué no está a nuestro lado protegiéndonos de los problemas del mundo moderno? Pero más bien deberíamos preguntarnos: ¿Qué hemos hecho que Dios se ha alejado de nosotros? El hombre le ha dado más importancia a las cosas materiales y aún al mismo pecado, no dejando a Dios en un segundo plano, sino más bien olvidándose por completo de Él.
Texto: 2 Crónicas 15:1-2
“Vino el Espíritu de Dios sobre
Azarías hijo de Obed, y salió al encuentro de Asa, y le dijo: Oídme, Asa y todo
Judá y Benjamín: Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis
con él; y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, él también os dejará.”
CONCLUSIONES.
En esta historia bíblica, el Espíritu de Dios vino sobre el
profeta Azarías y lo envió para que hablara estas palabras al rey Asa y a su pueblo: “Jehová
estará con vosotros, si vosotros estuviereis con él”.
El problema más frecuente del pueblo de Israel era que
dejaban de servir al Dios verdadero para servir a los dioses paganos de los
pueblos vecinos y generalmente esto ocurría luego de la muerte de cada uno de
sus líderes, los cuales guiaban al pueblo por el buen camino; entonces cuando
el líder de turno moría, el pueblo se descarriaba porque no había nadie
vigilando su comportamiento, no había nadie exhortando al pueblo, como ocurrió
luego de la muerte de Gedeón que sirvió de juez en sus tiempos: “Pero
aconteció que cuando murió Gedeón, los hijos de Israel volvieron a prostituirse
yendo tras los baales, y escogieron por dios a Baal-berit. Y no se acordaron
los hijos de Israel de Jehová su Dios, que los había librado de todos sus
enemigos en derredor”. Jueces 8:33-34.
Al pueblo de Israel le era muy sencillo abandonar a su Dios,
para irse tras dioses ajenos y parece que entre más dioses tuvieran como que se
sentían mejor: “Pero los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los
ojos de Jehová, y sirvieron a los baales y a Astarot, a los dioses de Siria, a
los dioses de Sidón, a los dioses de Moab, a los dioses de los hijos de Amón y
a los dioses de los filisteos; y dejaron a Jehová, y no le sirvieron”.
Jueces 10:6. Y a pesar de que Dios los castigaba, a ellos como que no les dolía
y solo clamaban a Dios cuando llevaban ya muchos años de sufrimiento: “Y se
encendió la ira de Jehová contra Israel, y los entregó en mano de los
filisteos, y en mano de los hijos de Amón; los cuales oprimieron y quebrantaron
a los hijos de Israel en aquel tiempo dieciocho años, a todos los hijos de
Israel que estaban al otro lado del Jordán en la tierra del amorreo, que está
en Galaad”. Jueces 10:7-8.
El hombre es infiel, pues aun habiendo visto las maravillas,
prodigios y milagros que Dios hizo con el pueblo de Israel, ellos se olvidaban
fácilmente de Él y se iban a servir a dioses paganos y no era porque esos
dioses los colmaran de bendiciones, pues los ídolos ni siquiera pueden moverse,
menos aún derramar bendición sobre sus seguidores; más bien esto parecía una
especie de desprecio por Jehová y por eso lo sustituían por ídolos para hacerlo
enojar, lo que también ocurre hoy en día; pues la mayoría de religiones honran
y veneran a imágenes hechas por el mismo hombre, lo cual constituye una afrenta
directa hacia Dios, y que que se denomina rebelión.
En nuestros días el problema es más grave, pues no hay
líderes que de verdad sirvan a Dios en los altos círculos del gobierno y a
pesar de que hay líderes en las iglesias populares, estas no andan en fidelidad
con Dios, muestra de ellas es la iglesia popular más antigua que alberga la
idolatría dentro de sus altares y servicios, además de que practica el culto a
los muertos, proclamando santos a personas de carne y hueso ya fallecidas, a
quienes honran y piden favores, robándole de esta forma la gloria al Dios real.
Y las iglesias de sana doctrina donde se ejerce un liderazgo real son pocas y
generalmente solo tienen cobertura sobre pequeños grupos de la población
mundial.
Y si las cabezas andan descarriadas y alejadas de Dios, ¿Entonces
qué se espera de la gente común? Sin duda alguna la mayoría de los seres humanos
andan sin Dios, sencillamente porque no le buscan y en su lugar buscan a dioses
equivocados y como consecuencia de esto Dios se ha apartado de nosotros, pues
si nosotros no estamos con Dios, entonces Él no estará con nosotros. Ante esta
situación no podemos obligar a Dios que esté en medio de nosotros, pues esto
sería como obligar a alguien a estar donde no lo quieren ver y así se siente
Dios frente al mundo moderno.
Si en los tiempos antiguos vino Jesucristo y lo
crucificaron, entonces ¿Qué harán con Dios si llega a presentarse en forma
visible en estos tiempos? El hombre antiguo no respetó al Hijo de Dios y lo crucificó
y mucho menos lo hará el hombre moderno con el Padre celestial si llegase a
estar al alcance de sus manos. Si son capaces de prenderle fuego a una iglesia
de sana doctrina, entonces ¿Qué harán si se llega a presentar Dios en una de esas
iglesias?
Sin embargo, a pesar de dicha situación, Dios nos dice que,
si le buscamos, entonces Él se dejará encontrar de nosotros: “Y si le
buscareis, será hallado de vosotros”. Pero este tiempo de búsqueda tiene
caducidad, pues un día Dios cerrará las puertas del arrepentimiento y nadie las
podrá encontrar: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en
tanto que está cercano”. Isaías
55:6.
Pero es más factible que ocurra lo contrario y que el mundo
deje de buscar a Dios como ocurre hoy en día y por tal razón Dios no está con las
mayorías y solamente hace presencia a través de su Santo Espíritu en aquellas
iglesias y cristianos verdaderos que viven en obediencia y fidelidad a Dios: “Mas
si le dejareis, él también os dejará”.
Estimado hermano y amigo, Dios siempre ha mantenido las
puertas abiertas para que le busquemos y pueda ser hallado por nosotros; pero
esto no ocurrirá en el mundo de hoy como sociedad, puesto que el hombre tiene
otros intereses que están muy alejados de los pensamientos de Dios. El hombre
solo piensa en vivir bueno, aún si le toca pisotear los derechos de otros seres
humanos; pero en su corazón nunca está el amor, que es el que proviene de Dios
y que nos incita a vivir en paz y en armonía con todos los seres vivos que
están a nuestro alrededor.
Ahora lo que resta por hacer es que cada uno como individuo busque
a Dios, se acerque a Él y que también le entregue su corazón y permita que allí
more el Espíritu Santo de Dios, así alcanzará la paz y la felicidad interior
como persona, aunque el mundo alrededor vaya en picada hacia el abismo de
perdición.
Que Dios los bendiga grande y abundantemente.
Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre derramada en la cruz del calvario. Yo te acepto hoy como el Señor y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo Espíritu. A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda estar en el reino de los cielos por una eternidad. Amen”. Y si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Hechos 2:21.
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