Solo Jehová es Dios y los demás dioses son ídolos.

Solo Jehová es Dios y los demás dioses son ídolos.

Existen hoy en el mundo innumerables religiones e igualmente muchísimos dioses, ¿Pero son todos estos dioses seres reales? ¿Ellos se pueden manifestar a su pueblo mediante señales, maravillas, milagros y prodigios? La realidad es que todos esos dioses son paganos y por ende están muertos o momificados y ninguno de ellos puede dar aún la mínima señal de que existen y que están vivos.

Texto: 1 Crónicas 16:25-26.

Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza, Y de ser temido sobre todos los dioses. Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; Mas Jehová hizo los cielos.”

CONCLUSIONES.

Un Dios real como lo es Jehová de los Ejércitos puede demostrar las facultades de un ser vivo manifestándose y moviéndose entre su pueblo, guiando a su pueblo, hablándole a través de su Santo Espíritu y a través de su Palabra.  El Espíritu Santo es quien redarguye y enseña, quien da sabiduría e inteligencia a los que le buscan y quien hace presencia permanente entre el pueblo de Dios y más aún es el que habita en el corazón de cada persona que ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador.

Hay al menos cuatro formas de saber si Jehová de los Ejércitos es el único y verdadero Dios, cosas de las cuales es imposible hallar en cualquiera de los dioses paganos de los pueblos.

1.  Por el testimonio que da la creación de su Creador.

Lo complejo de la creación grita a grandes voces que hay un Creador capaz de hacer algo tan complicado como el genoma humano y esto solo lo puede hacer Jehová: “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”. Romanos 1:20.

Entonces, lo maravilloso de la tierra, el sol, la luna, las estrellas, las galaxias, los sistemas solares y todo cuanto existe en el universo, da testimonio que hay un solo Creador y que este es Jehová de los Ejércitos, hechos que quedaron plasmados en el libro de Génesis de la Biblia cristiana. Y si los dioses paganos no se pueden mover de donde los fijaron con cemento y arena, muchos menos podrán crear un universo como el que existe hoy y si ellos fueran reales entonces tendríamos infinidad de universos, uno creado por cada supuesto dios.

2.  Por su Hijo Jesucristo quien habitó entre nosotros y dio testimonio de la existencia de su Padre.

Jesucristo vino a ejecutar la obra redentora que Dios se ideó para salvar a la humanidad de las garras del pecado y en cada una de sus intervenciones, Jesus declaraba que estaba haciendo la voluntad del Padre: “Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar”.  Juan 12:49.

Es decir, que el hijo de Dios se humanó en un cuerpo de carne y sangre y allí dio testimonio del Dios que lo había enviado, situación que le da legitimidad porque se hizo visible y habló con todos los hombres de aquella época; es decir, que no fue un hecho imaginario de un poeta, sino la historia como tal plasmada en papel y tinta.

3.  Por la resurrección de Jesucristo al tercer día de su muerte, donde se manifestó el poder de Dios para levantarlo y sentarlo a su diestra en su trono en el reino de los cielos.

Nunca en la historia de la humanidad ha habido un Redentor que sea hijo legítimo de Jehová de los Ejércitos, que haya bajado del cielo, que se haya encarnado en un ser humano, que haya padecido por nuestros pecados, que haya sido crucificado y que luego de tres días haya resucitado de entre los muertos y se haya sentado nuevamente a la diestra de Dios en el reino de los cielos.

Si miran la historia de los otros dioses más populares, solo son estatuas que no se pueden mover y que tampoco pueden hacer ni bien ni mal, y a quienes sencillamente les rinden culto por su hermosa apariencia (colocada por un hombre en su tarea de escultor); pero nada pueden hacer a favor de sus seguidores y si existiera alguna manifestación esta procede de los demonios que están detrás del ídolo para hacerle creer a sus seguidores que ese dios es real.

4.  Por el testimonio de la tercera persona, esto es el Espíritu Santo de Dios.

Esta tercera persona, fue la que entró a reemplazar al Jesucristo luego que este ascendió al reino de los cielos, en su tarea de recordar a los cristianos la Palabra de Dios, de consolar el corazón de todos los afligidos y también de depositar unción, poder y dones a los miembros del cuerpo de Cristo para la edificación de su iglesia: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. Juan 14:26.

Ninguna religión fuera del cristianismo verdadero puede tener una relación tan estrecha con el Espíritu Santo de Dios, quien nos da testimonio de la verdad y quien nos revela todos los misterios de la creación y de las dispensaciones de los tiempos.  Y con seguridad que ningún otro dios tiene un espíritu que esté acompañando al hombre durante su transitar en este mundo; pero sí habrá muchos espíritus inmundos y demonios detrás de cada falsa religión y detrás de cada falso dios, que están trabajando con el propósito de engañar al hombre para que pierda su alma en el infierno.

Por las cuatro razones anteriores, tenemos la certísima confianza de que Jehová de los Ejércitos es el único y verdadero Dios y que por ende es merecedor de suprema alabanza y de ser temido sobre todos los dioses de los pueblos: “Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza, Y de ser temido sobre todos los dioses”.

Y si tenemos la certeza que solo hay un Dios, entonces también podremos afirmar que el resto de los dioses creados por el hombre o por las tinieblas son solo ídolos, en los cuales muchos hombres ponen su confianza y que en muchos casos son defendidos por el mismo hombre hasta la muerte: “Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; Mas Jehová hizo los cielos”.

Cabe recordar la historia de Elías con el pueblo de Israel en el monte Carmelo, donde se hicieron dos altares uno para Jehová y otro para Baal (dios pagano), con el fin de que el pueblo decidiera a qué dios servir ya que seguían ofreciendo culto a Jehová, pero también adoraban a los ídolos.  Los profetas de Baal y de Asera que eran dos de los ídolos más sobresalientes de aquella época, clamaron a sus dioses medio día y hasta cortaban su carne para derramar sangre y no hubo quien respondiera; sin embargo, cuando clamó Elías a Jehová, inmediatamente este hizo descender fuego del cielo y consumió el holocausto del altar, la leña, las piedras, el polvo y hasta el agua que había caído en las zanjas alrededor del altar (porque Elías mojó el altar y la leña con abundante agua hasta que esta llenó también las zanjas).

Cuando vieron esto los hijos de Israel entonces clamaron a gran voz: “Jehová es Dios” y prendieron a los profetas de estos ídolos por orden de Elías, los llevaron al torrente de Cedrón y allí fueron degollados, todo esto lo encontramos en 1 Reyes 18:20-40.  Esto lleva a corroborar que Jehová es el único Dios y que los demás supuestos dioses son ídolos que nada pueden hacer por el hombre y que mucho menos tienen forma de defenderse, pues si existieran como tal habrían podido salvar de la muerte a esos 850 falsos profetas.

Pero al pueblo de Israel le era demasiado fácil olvidarse de Jehová, pues aun viendo sus maravillas, se iban a rendirle culto a ídolos que ni siquiera podían moverse de donde los tenían colocados: “Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales. Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová. Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot.”.  Jueces 2:11-13. Y esta situación también sucede hoy en día, donde la humanidad no quiere saber nada del verdadero Dios y se complacen en buscar y honrar ídolos que nada pueden hacer por la salvación del hombre.

Estimado hermano y amigo, solo hay un Dios en el cual hay vida eterna y los demás dioses de los pueblos que son ídolos solo te llevarán al infierno, por tal razón no esperes más a ver qué sucede y toma la determinación hoy mismo de buscar al verdadero Dios a través de su hijo Jesucristo: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. 1 Timoteo 2:5.

Que Dios los bendiga grande y abundantemente.

Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre derramada en la cruz del calvario.  Yo te acepto hoy como el Señor y Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo Espíritu.  A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda estar en el reino de los cielos por una eternidad.  Amen”.  Y si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Hechos 2:21. 

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