¿Qué sacrificios debemos ofrecer a Dios?
Todo supuesto dios demanda sacrificios, dicen sus seguidores, para que él pueda estar atento a sus necesidades; igualmente nuestro Dios verdadero cuyo nombre es Jehová de los Ejércitos demanda hoy de sus hijos ciertos sacrificios en vez de los sacrificios de animales que se exigían en la antigüedad.
Texto: Salmos 50:9-15.
“Porque mía
es toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los collados. Conozco a todas las aves de los montes, Y todo lo que
se mueve en los campos me pertenece. Si yo tuviese
hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud. ¿He de comer yo carne de toros, O de beber sangre de
machos cabríos? Sacrifica a Dios alabanza, Y paga tus votos al
Altísimo; E invócame
en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás”.
CONCLUSIONES.
En el antiguo testamento se ofrecían sacrificios de animales
con diferentes propósitos, lo que significa que en el tabernáculo de reunión se
presentaban sacrificios todo el día máxime cuando había fiestas solemnes; sin
embargo, Dios se cansó de esos sacrificios porque su pueblo no lo hacía de
corazón, pues al mismo tiempo iban y honraban a los dioses de los pueblos
vecinos; es decir que tenían a Jehová como una de sus alternativas y no como su
único Dios.
Y por eso Jehová aborreció las fiestas de su pueblo: “Vuestras
lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son
gravosas; cansado estoy de soportarlas”. Isaías 1:14. Y también se hastió
de sus sacrificios: “¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de
vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de
animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos”. Isaías 1:11.
Entonces surge la pregunta: ¿Qué tipo de sacrificios hay que
ofrecerle a Dios en nuestros días? Existen varios tipos de sacrificios
aceptados por Dios como sustitutos de los sacrificios de animales:
1. La Alabanza.
Si nos basamos en este texto, uno de los principales
sacrificios es la alabanza: “Sacrifica a Dios alabanza”; y de verdad que
fuimos creados para alabar a nuestro creador y por eso no se concibe la vida de
una criatura para otros propósitos diferentes como nacer, crecer y reproducirse;
pues el mandato de Dios es que todo ser vivo debe alabarle: “Todo lo que
respira alabe a JAH. Aleluya”. Salmos 150:6.
2. La obediencia.
Hay otro sacrificio muy importante que puede presentar el
hombre delante de Dios y se trata de la obediencia, pues la obediencia agrada
el corazón de quien la recibe, mucho más cuando se trata del corazón de Dios y
dice el profeta Samuel por inspiración de Dios que la obediencia es mucho mejor
que los sacrificios de animales: “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto
en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de
Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar
atención que la grosura de los carneros”.
1 Samuel 15:22.
3. La gratitud.
Si bien Dios creó absolutamente todo, aún a nosotros mismos
y puso toda la creación bajo nuestros pies para que pudiéramos enseñorearnos de
ella, entonces cabe resaltar la importancia de darle gracias a Dios por esta
oportunidad y aún por este maravilloso privilegio de poder vivir y también de
poder disfrutar de todo lo que él puso al alcance de nuestras manos: “Dad
gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo
Jesús”. 1 Tesalonicenses 5:22.
4. La misericordia.
Otro sustituto del sacrificio que es muy importante porque
denota claramente una virtud del verdadero cristiano es la misericordia, la
cual es un producto del verdadero amor, quien a su vez es el primer fruto del
espíritu: “Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no
sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al
arrepentimiento”. Mateo 9:13. Entonces el atender las necesidades de nuestro prójimo se constituye en uno de los sacrificios aceptados por Dios.
5. La santidad de
nuestros cuerpos.
Son muchas las razones por las que tenemos que presentarnos
delante de Dios, al empezar el día, al atardecer, al anochecer, al amanecer, en
los cultos, en las vigilias, en los ayunos, durante nuestra oración personal,
en nuestro trabajo, en actividades fuera de nuestra ciudad o país y en general en
todas las actividades de nuestro hogar; y como cristianos inevitablemente
tenemos que presentarnos delante de Dios y la forma como lo hagamos constituye
o no otro de los sacrificios: “Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”. Romanos 12:1. ¿Y por qué se habla de
sacrificio? Porque se necesita voluntad, decisión y sobre todo conocimiento de
la Palabra para vivir en santidad tanto por dentro en el alma, como por fuera
en el cuerpo y así poder agradar a Dios.
La motivación del sacrificio.
Otro aspecto es el relacionado con la exigencia de
sacrificios de parte de Dios y aquí estudiaremos varios motivos de fondo que
demuestran que Dios no necesitaba de los sacrificios de animales, máxime cuando
ya estaba hastiado de ellos y que antes los permitió como una forma de que el
hombre se congraciara con Él en esos tiempos, pero no porque Dios no pudiera ir
a su huerta y tomar el animal que quisiera para sacrificarlo en el fuego y
comer de él; miremos pues estos principios:
1. Todos los animales
fueron creados por Dios y por ende son suyos, lo que significa que no necesita
esperar nada del hombre: “Porque mía es toda bestia del bosque, Y los
millares de animales en los collados”.
2. Dios tiene el conocimiento
pleno de cada especia de su creación, como el caso de las aves, conocimiento
que es superior al del mismo hombre: “Conozco a todas las aves de los montes”.
3. Todo lo que se mueve en el campo pertenece a Dios y por
tanto su dueño puede tomar lo que quiera de ellos: “Y todo lo que se mueve
en los campos me pertenece”.
4. Dios no depende
del hombre, sino de sí mismo, por tanto, no necesita esperar los sacrificios
del hombre: “Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el
mundo y su plenitud”.
5. Dios no necesita
de su creación, él solo la creó para alabanza de su gloria; es decir, que no
necesita alimentarse: “¿He de comer yo carne de toros, O de beber sangre de
machos cabríos?”.
Finalmente, si le presentamos a Dios los sacrificios que Él
está demandando de nosotros, entonces Él cumplirá su rol de padre protector y
nos librará de toda angustia y entonces nosotros le honraremos mediante otro
sacrificio que es el de glorificar a Dios por su magnificencia y por su poder:
“E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás”.
Estimado hermano y amigo, no son sacrificios a Dios los que
hace la gente común como: Prender velitas ante una imagen, dar limosna, caminar
de rodillas hasta un santuario, ir a lugares lejanos a participar de fiesta
solemnes, etc.; nada de esto representa un sacrificio delante de Dios, más bien
hay que escudriñar la Biblia y entender qué sacrificios son los que Dios
demanda de nuestras manos; aquí en esta reflexión se citan algunos, pero
realmente son muchos más los que Dios puso a nuestro alcance.
Que Dios los bendiga grande y abundantemente.
Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta
sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y
me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre
derramada en la cruz del calvario. Yo te acepto hoy como el Señor y
Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me
purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo
Espíritu. A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a
leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda
estar en el reino de los cielos por una eternidad. Amen”. Y
si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la
misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por
salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”
Hechos 2:21.
Comentarios
Publicar un comentario