Dios conoce a sus hijos en forma extraordinaria.
El hecho del mundo andar en contravía de la voluntad de Dios y de la poca comunión entre el hombre y Dios, hace que la humanidad piense que el conocimiento de Dios sobre nosotros es muy generalizado; pero nos daremos cuenta de que es lo contrario.
Texto: Salmos 139:1-4.
“Oh Jehová, tú me has examinado y
conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;
Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi
andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra
en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda”.
CONCLUSIONES.
El conocimiento que Dios tiene de cada una de sus creaturas
es extraordinario, mayormente de aquellas que mediante el segundo nacimiento
pasaron a ser sus verdaderos hijos, pues si una criatura sigue bajo la potestad
del diablo, Dios la trata como a un desconocido y no le prestará la atención
necesaria como sí ocurre con sus verdaderos hijos.
Veamos algunos aspectos del hombre, en los cuales Dios
coloca toda su atención:
1. Dios examina y
conoce al hombre.
El diseño de Dios sobre cada ser humano está presente desde
antes del nacimiento y por tanto nos conoce antes de que seamos unos seres
vivos: “Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas
aquellas cosas que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas”. Salmos
139:16. Y el hecho de no faltar ninguna de las cosas que fueron programadas,
significa que Dios hace un examen minucioso del embrión para determinar que no
haya faltado ninguna de las características y por eso el texto dice: “Tu me
has examinado y conocido”.
2. Dios está
presente al levantarnos cada mañana.
“Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme”. En el
momento que nos levantamos de nuestros lechos y nos sentamos sobre nuestra cama,
ahí está Dios y también cuando finalmente nos paramos sobre nuestros pies. ¿No
le parece maravilloso que Dios a través de su Santo Espíritu esté presente aún
en esos momentos, cuando muchas veces ni siquiera le damos gracias porque
amanecimos vivos?
Por eso es tan importante agradecerle a Dios por el nuevo
día, para que Él no se sienta ignorado por nosotros, pues es justo que le
retribuyamos el milagro de seguir vivos y con fuerzas para levantarnos.
3. Dios entiende nuestros
pensamientos desde su trono.
“Has entendido desde lejos mis pensamientos”. Hay una
virtud de Dios que es la omnisciencia y quiere decir que todo lo conoce
incluyendo las cosas invisibles como nuestro pensamiento y aunque hay otra
virtud que es la omnipresencia y quiere decir que Dios está presente en todo
lugar a través de su Santo Espíritu, este texto indica que estando Dios sentado
en su trono en el reino de los cielos, desde allí entiende todas las cosas que
pasan por nuestra mente, incluyendo los pensamientos perversos; por tanto como
hijos tenemos que estar vigilantes para ver qué tipo de pensamientos cruzan por
nuestra mente y reprenderlos cuando se trate de obras de las tinieblas y si
estos ofenden a Dios entonces hay que pedir perdón por ellos.
Esto porque la mente generalmente trabaja sola, sin nuestro
permiso y porque también está influenciada por agentes externos como los
espíritus del mal que tampoco anuncian su visita, o agentes internos del hombre
como la lascivia y las concupiscencias que nos dopan antes de su manifestación,
de tal forma que cuando nos damos cuenta de que están ahí en nuestra mente,
ya ha pasado un tiempo valioso.
4. Dios camina a
nuestro lado y nos acompaña durante el sueño.
“Has escudriñado mi andar y mi reposo”. Según la Real
Academia de la Lengua escudriñar consiste en: “Examinar, inquirir y averiguar
cuidadosamente algo y sus circunstancias”. Esto implica que hay mucha
profundidad en la forma como Dios hace seguimiento a nuestro caminar y también
a nuestro reposo y que sin duda alguna está caminando a nuestro lado en todas
las actividades que desarrollamos en el día a día y en las noches está velando
nuestro sueño, porque el descanso nocturno es una bendición de Dios tiene para
sus hijos: “Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a
reposar, Y que comáis pan de dolores; Pues que a su amado dará Dios el sueño”.
Salmos 127:2.
5. Dios sabe a dónde
vamos y con qué propósitos.
“Y todos mis caminos te son conocidos”. Todo lo que
hacemos durante el día y también durante la noche, está siendo visto y conocido
por Dios, máxime cuando Él ya sabe a dónde vamos y también lo que vamos a
hacer; y por eso creer que lo que hacemos a solas o a oscuras se escapa de la
mirada de Dios, es una gran equivocación. El mal generalmente actúa bajo estas
dos modalidades, porque no quiere que sus obras salgan a la luz: “Porque
todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus
obras no sean reprendidas”. Juan 3:20.
6. Dios conoce
todo lo que hablamos en forma anticipada.
“Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh
Jehová, tú la sabes toda”. La lengua es el órgano a través del cual se
manifiestan los pensamientos para que otras personas puedan ser partícipes de
ellos, solo que Dios no necesita escuchar nada para saber qué es lo que una
persona quiere expresar, sino que interviene directamente sobre los
pensamientos: “Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos,
respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones?”. Lucas 5:22.
Lo maravilloso de esto es que Dios puede asistir a cada uno de sus hijos en forma oportuna e independiente, es decir que no necesitamos ser atendidos por turnos y Dios puede dedicar una porción de su ser a cada uno de nosotros, es como decir que Dios se multiplica en 7,500 millones de veces para atender a los 7,500 millones de habitantes que hay hoy sobre la tierra.
Estimado hermano y amigo, el conocimiento que Dios
tiene sobre sus hijos es extraordinario, máxime cuando cada característica de
nuestro cuerpo fue planeada meticulosamente y si Dios conoce tanto sobre
nosotros, mucho más puede ayudarnos y librarnos de todo mal y peligro; solo
basta que deseemos de verdad ser sus hijos entregando nuestras vidas a su Hijo
Jesucristo y permitiendo que su Santo Espíritu more en nuestras vidas y nos
haga nuevas creaturas aptas para entrar en el reino de los cielos.
Que Dios los bendiga grande y abundantemente.
Estimado amigo, si deseas hoy entregar tu vida a Jesucristo haz esta
sencilla oración en voz alta: “Señor Jesús, reconozco que soy pecador y
me acerco a ti arrepentido para que me perdones y me laves con tu sangre
derramada en la cruz del calvario. Yo te acepto hoy como el Señor y
Salvador de mi vida y te pido que entres en mi corazón y me transformes, me
purifiques y me santifiques, porque quiero ser el templo de tu Santo
Espíritu. A partir de hoy me comprometo a no practicar más el pecado, a
leer tu Palabra, a meditar en ella y sobre todo a obedecerla, para que yo pueda
estar en el reino de los cielos por una eternidad. Amen”. Y
si estás en peligro de muerte y no estás en paz con Dios, puedes acudir a la
misericordia de nuestro Señor Jesucristo, clamando a gran voz por
salvación: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”
Hechos 2:21.
Comentarios
Publicar un comentario